Capítulo 4

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Serena cerró la puerta de su furgoneta con violencia y se agachó para recoger sus tres bolsas de la compra. Llevaba tan sólo tres semanas en Erskine Brookes y todo le había salido mal.

La culpa de todo la tenía Leo Kerslake ya que desde la escena de la terraza, había sido incapaz de olvidarse de él y con demasiada frecuencia su imagen volvía a su memoria.

No había vuelto a tener noticias de Leo desde la boda de Candace y ya habían pasado dos semanas. Se imaginaba que habría vuelto a los Estados Unidos ybque no habría dedicado no un sólo instante a pensar en ella.

Haciendo un gran esfuerzo por apartarle de sus pensamientos, Serena se había concentrado en su nuevo trabajo, pero cocinar para unos cuantos directivos todos los días era algo demasiado fácil para una cocinera tan sofisticada y experta como ella. Erskine Brookes era un banco regentado por directivos de gustos muy conservadores.

En aquellos momentos, lo único que deceaba era un trabajo que representara un reto y que la hiciera olvidar a Leo; sin embargo, no podía dejar a la banca Brookes, ya que era la única fuente de ingresos con la que contaba. Si alguna vez podía montar su propio restaurante, tendría que trabajar durante bastante tiempo para gente tan aburrida como aquella, pero que, al menos, pagaba bien.

Además, tenía que pensar también en su hermana Madeleine. La pobre se habia quedado sola con sus tres hijos y un montón de deudas. Poco después, su ex marido y su nueva esposa se mataron en un accidente y el mundo se le vino encima. A pesar de ser la mayor, Madeleine siempre se había apoyado en Serena en los malos momentos. Lo único que deseaba era saldar algunas de las deudas de su hermana y conseguir que trabajara en algo. Después de conseguir un futuro para su hermana, comenzaría a ahorrar para el suyo.

Madeleine le había llamado como cada semana y le había dicho que seguía buscando trabajo, a pesar de ser difícil cuidar a tres hijos y trabajar al mismo tiempo. Serena había sugerido a su hermana que regresara a Inglaterra, pero ella se había negado ya que sus hijos eran americanos como lo  había sido su padre; su hogar estaba ya en los Estados Unidos.

Cuando miraba hacia el pasado, a Serena no le extrañaba que el matrimonio de su hermana hubiera fracasado como el de su propia madre. Tanto su padre como el esposo de su hermana había tratado de privar a sus mujeres de la confianza en sí mismas; por aquella razón, sabía que, si Madeleine encontraba un trabajo, su autoestima incrementaría y podría ser una mujer más segura e independiente.

- ¿Has conocido a alguien interesante ?- había preguntado su hermana en la última conversación.

A Serena le asombraba la capacidad que tenía su hermana de interesarse por los asuntos del corazón, a pesar del fracaso de su matrimonio. Pero lo que más le molestó fue el comprobar que el recuerdo de Leo volvía a su memoria y que su imagen la hacía estremecerse.

- No - había mentido.

Sin embargo, el mal estaba hecho y, desde aquel instante, no había podido deshacerse del pensamiento de Leo Kerslake. Incluso aquella misma noche, no pudo conciliar el sueño hasta las tres de la mañana. A la mañana siguiente, se levantó temprano para ir a trabajar a la banca Brookes y, desde el primer momento, todo le fue saliendo mal. Perdió el tren que la llevaba hasta el city londidense y más tarde, no encontró los ingredientes del menú que había previsto para aquel día. Tuvo que cambiar sus planes y comprar otros alimentos. Cuando por fin llegó al banco, el ascensor del personal de servicios estaba eatropeado y tuvo que cruzar el vestíbulo con las bolsas de la compra ante la mirada horrorizada del recepcionista del banco. Serena se dirigía a los ascensores principales pensando que, por una vez que incumpliera las normas, no pasaría nada. Además, llegaba tarde al trabajo y le habían dejado muy claro que no podía retrasarse con los almuerzos.

Una Chica Interesada {Completada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora