Punto final

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Ethan

–Eres un completo imbesil lo sabías verdad.

– cierra la boca. Tú tienes la culpa. pretendias llevarla a tu casa o que?

– solo iba a llevarla a su casa de acuerdo. Estábamos festejando su último final aprobado. Y tú jodiste su noche cuando entraste del brazo de otra mujer.

– ella se graduo? Mierda soy un imbesil- digo y me siento en el borde de la vereda- si la eh cagado.

– no has parado de cagarla desde que está contigo eres un puto chuquilin que no sabe comportarse.

– tú no sabes nada cierra el pico.

– se más de lo que tú crees. Esa mujer que acaba de largarse en un taxi me contó todo- dice y se sienta a unos pocos metros de mi– ella estuvo  pasando momentos deficiles en el trabajo, con su mamá, y lo del juicio. Necesitaba a alguien que la contenga.

– y tú eras ese alguien?

– yo estaba ahí pero no era lo que ella necesitaba. Y dime tú dónde estabas aparte de revolcandote con tu amiga y con la linda colorada.

– ella no me escucha, no estuve con mí compañera de trabajo. Ella me beso y no le correspondi. Y la colorada es una vieja amiga, salimos de ese bar juntos pero la lleve a su casa y me largué. No quiero estar con nadie más, ella es mía es para mí. Y es... Es todo. Y en cuanto vallas de bocasas a decirle una palabra de estos voy a hacer que te comas tus bolas entendiste.

– se lo que es, te entiendo. Y se lo que se siente que te mandé por un caño. Pero así es ella terca como una mula. Pero si de verdad no hiciste lo que ella cree deberías demostrarselo. No hacer crecer su dolor. Eres muy imbesil ya te lo dije?

– si ya

–ok, ahora lárgate antes de que salga Cloe y patee tu trasero por haber echo enfadar a su amiga. Si Cloe te odia date por vencido jamás te perdonara Mel.

El doctor amor se levanta y sube a su auto. Me quedo sentado un rato más y decido poner en marcha un operativo  arriesgado y nunca antes puesto en práctica por mí.

Hago una llamada y despejó el área.
Respiro profundo y bajo la mirada al timbre. Son las diez de la mañana se supone que alguien debe estar despierto a esta hora. Vuelvo a tocar y entonces la madre de Mel me abre la puerta.
Apenas puedo moverme con el gigante oso de peluche y las rosas.

– hola señora, como le va, creo que ya nos conocemos, yo quisiera hablar con su hija y la verdad que va a ser muy difícil sin su ayuda.

– hay muchacho Mel está en la ducha acaba de levantarse y por su cara nose si es momento.

– usted la conoce mejor que yo seguramente, por eso le pido que me deje pasar yo no molestaré, la esperaré en su cuarto y si empieza a gritar prometo irme. Porfavor ya no aguanto más estar así. Si decide mandarme a volar lo hare.

– está bien. Entra y no la hagas enojar.

– gracias suegra y estás flores son para usted.– le entrego el ramo y me dirijo a la habitación sin esperar respuesta. Estoy nervioso como la mierda. Va a matarme nose que estoy haciendo aquí.

Espero lo que parece una eternidad hasta que habré la puerta y va directo a su armario. Deja caer su toalla y saca de un cajón una crema que seguro huele a chicle frutal.

– amo el sabor a chicle que tiene esa crema. - digo fuerte para que oiga y grita por el susto arrojandome el envase en el pecho. - AUUUCH!!

– qué demonios haces aquí lárgate de mí casa. Quién te dejo entrar. Mamaaa!!!
Ya te me largas cabron gilipollas no quiero ni oler tu perfume aquí.

Mas alla de tu orgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora