Parte IV: La tormenta
Capítulo 14
La mirada fría de aquel chico pelinegro estaba fija en aquél castaño que reía con un grupo de amigos, seguramente era por un chiste de alguno de ellos. Pero eso realmente no importaba necesitaba hablar con él, decir cosas que no se habían dicho y quizá así despejaría su conciencia.
Y Gael no ayudaba mucho, pues ya habían pasado como 15 minutos desde que tenía que abandonar aquella cafetería y regresar a su casa.
― ¡Hey! ... chico― escuchó la voz de un chico que esperaba que no le hablase a él, pero estuvo equivocado en el instante que golpeó de una manera floja su espalda ― ¿Por qué tan solo?
Echó un vistazo al muchacho que había tomado como lugar el asiento al lado suyo, e inmediatamente lo reconoció como Joaquín el chico de pelo extraño y tes oscura.
― Por nada ― respondió a su pregunta y voltear a ver a la pequeña botella de yogur que había estado consumiendo antes de su llegada.
Joaquín entendió que el chico no era muy conversador, ― por poco y no te reconozco, te ves diferente ―dijo, pero de momento también observó la pequeña botella en sus manos y abrió los ojos de par en par ― ¿Solo almuerzas eso?
― No. ― respondió sin algún interés a su pregunta.
― Eso quiere decir que ya comiste. ― dijo Joaquín con una sonrisa.
― No.
Iba a perder las esperanzas con ese chico, si tan solo sus amigos no fueran tan aplicados estaba seguro que en esos instantes estarían comiendo y burlándose de cualquiera a su alrededor, obviamente sería en privado.
Suspiró ― No eres muy buen acompañante, ¿lo sabías?
― De hecho... Sí ― respondió después de darle otro trago a la casi vacía botella ― Alessandra me lo ha dicho muchas veces.
Tal vez no sería tan aburrido intercambiar palabras con el chico después de todo, ya que se le oía diferente al hablar de aquella chica tan problemática en estos últimos meses y hasta podía asegurar que lo oyó suspirar al recordarla.
― ¿Aún la frecuentas? ― preguntó curioso.
― No mucho, ― respondió, pues sabía de quién hablaba ― la vi en fin de semana.
― Y dime... ¿No te molesta esa actitud de superioridad que tiene?
― Solo a veces ― dijo Johnatan después de darle un sorbo al yogur.
― ¿Cómo la conociste? ― preguntó Joaquín, pues no parecían ser muy cercanos como para conocerse de años.
― Hace unos meses, ella estaba llorando y la interrumpí ― dijo tranquilamente.
Joaquín empezó a pensar en la chica alegre y un tanto gruñona en algunas situaciones ― No pensé que era el tipo de persona que lloraba, de hecho, pensé que ni lloraba.
― Pues no, es una chica muy llorona ― dijo mientras una pequeña sonrisa se asomaba en aquel rostro serio. Y Joaquín lo entendió. A este chico le gustaba la chica de la que hablaban.
― ¡Hey! Veo que están juntos ― llamó la atención una chica castaña y con el pelo casi crespo.
― ¡Marizza! ― saludó el chico con la tez más oscura y el contrario, pálido, solo asintió en respuesta. Y bueno, ella tomó asiento junto al último nombrado.
― Y de qué hablaban ― dijo ella con una gran sonrisa, Marizza no era una chica de mucho sonreír, y eso muy bien lo sabía Joaquín después de todo sabía observar muy bien a las personas, aunque sus amigos lo tachasen de alguien desobligado y despistado. Y por su intuición sabía que ahí había un triángulo amoroso, o más que eso.
― De... cosas de hombres ― respondió de inmediato ― voy por algo de comer, ¿no quieren que les traiga algo?
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La chica de Relleno
Teen FictionAlessandra está enamorada de su mejor amigo de la infancia, ella creía que entre Gael, su mejor amigo, y ella podía surgir algo especial, como en las películas... Lo que no sabía es que no era la protagonista de su propia historia, y se autodenominó...