Ya había pasado dos semanas, y los días escolares eran de lo más normal, la primavera ya había llegado, y con ello Alessandra ya no tenía nada de que preocuparse a excepción de que carrera estudiaría y a qué universidad asistiría, puesto que el conflicto con su padre se había terminado, la amistad con sus amigas había vuelto a la normalidad, exceptuando a la pelirroja. De esta última su madre se había encargado de averiguar a dónde se la habían llevado, conjuntamente se había encargado de hacérselo saber a toda la congregación pese a que su familia había insistido que la deje en paz y ella simplemente había respondido "Dios ya sabe que nos hizo esa familia, pero la gente también necesita saberlo y que mejor yo para difundirlo", la pelirroja se encontraba en un campamento católico, con la esperanza de que diera a luz ahí, y luego casarse con su maestro, puesto que este había pedido su mano.
Pequeños rumores se iban creando en aquel colegio, sin embargo, el nuevo director no era tan permisivo, y llamaba de inmediato a aquellos que los creaban, se diría que era más eficiente y estricto.
Es así que llegamos a la escena de dos jóvenes pelinegros enamorados sentados en una de las mesas del patio escolar, el muchacho terminando de escribir un correo con un documento adjunto.
― Después podemos ir a comer a mi casa, mi mamá dice que estas invitado cuando quieras ― había dicho Alessandra, por su parte John le regaló una sonrisa mientras le daba clic a la palabra enviar; siendo así que la miró una vez más, sus grandes ojos azules, su cabello negro que era levemente acariciado por la brisa mañanera; él por su parte nunca se hubiera imaginado que la chica frente a él que una vez había conocido en un pasillo deshabitado iba a robarle el corazón, es así que cerró su ordenador portátil una vez que había enviado la novela que tanto esperaba su editora, una novela con la que todo comenzó puesto que ahora él sabía que ella ya no era más la chica de relleno, era la protagonista de su vida.
― Si es contigo... hasta la luna.
Diez años después...
Las fiestas de navidad eran esperadas por toda la familia, lo cual incluía a un par de casados, es así que decidieron celebrar estas fiestas en la antigua casa de Alessandra.
― Traje el pollo ― había anunciado el chico alto y bien parecido, que en este caso era Gael, depositando dicho alimento en el gran comedor.
― ¿Qué haces aquí? ― había echado un gruñido la hermana menor de Alessandra, quién le había lanzado una mirada acusadora― ¿no tenías una cita?
― Mi cita tenía un novio del cual no sabía nada, entonces cancelé... ― La menor rió por lo bajito mientras ponía vasos en la mesa
― Con ella son 8 mujeres que te dejan ― se burló, el gruñó, sin embargo se acercó descaradamente a la muchacha, y dijo cerca de su oído.
― Por eso decidí pasar las navidades con mi persona favorita...
Echó una sonrisa coqueta, haciendo que la muchacha se sonrojara.
― Dejen de coquetear ustedes dos― había dicho, Mika, la hermana menor de John, entregándole una pequeña a los brazos de Vanessa ― la vida de tía no es tan fácil, impide que tu hermana y mi hermano los tengan.
Vanessa sonrió y vio a la pequeña de 4 años ― Da tía se comió mis galletas de animaritos... ―Mika rió a carcajadas nerviosas, carcajadas que se fueron esfumando mientras ella se alejaba.
― Tu tía Vanessa te dará otros... ― miró a la pequeña mientras Gael echó una sonrisa cálida mientras se alejaban escuchando por parte de la pequeña si es que no iba a tener primos.
Por otro lado, dos jóvenes esposos entraban por la puerta principal.
― ¡Bien! ― gruñó Alessandra ― enójate, enójate cuanto quieras... pero solo te diré esto una vez más, a estas alturas ya deberías de saber lo que siento por ti, y si no lo sabes entonces no sabes absolutamente nada, tú eres el único hombre al que quiero, que amo, que pienso día y noche... y que quisiera que pase toda mi vida a mi lado... ― por su parte el hombre se había sonrojado.
― Eso ya lo sé ― había dicho cubriendo su rostro.
― John...― apartó su manos de su rostro y depositó un beso que era muy bien correspondido por su pareja, y así mismo había silenciado a toda la casa.
Una relación con altos y bajos, donde cada quién tenía sus propios temores y si ninguno decía nada al respecto la relación no avanzaría, pero este no era el caso de la joven pareja.
― Un año de casados y siguen con lo mismo ― había dicho la Vanessa ― Cada cuento de navidad.
― Quiero mis galletas, señotita tía Vanessa...
― Podrás tener unos primos muy pronto― le había susurrado a la pequeña, la cuál le correspondió con una gran sonrisa.
Concluyendo así una historia donde dos personajes de relleno, para las vidas de los demás, vivían su vida. Sin embargo, no era un final o al menos no para ellos.
FIN
Y fin... Gracias por leer :')
Bueno, vamos a aclarar pequeñas cosas en este capítulo final, Alessandra y John ya van casados 1 año, Alessandra tiene 28 y John tiene 27 años.
La pequeña de cinco años es la hija de Clara, la hermana mayor de John, la cual ya tiene dos pequeños con Bob, su esposo. Gael terminó su relación con Laura hace vaaaaarios años, ¿por qué? no todas las parejas duran toda la vida XD; solos mis dos bebés que en este caso son Ali y John.
Vanessa, parece ser el nuevo interés de Gael, con lo poquito que la conocen, ¿creen que le haga caso? o Gael se nos quedará soltero toda la vida, porque tal parece que no le va bien el amor.
Yo digo que...
Y creo que es todo por la aclaración aquí. Una vez más gracias por acompañarme hasta aquí... ya nos veremos en futuros proyectos. *guiño, guiño*
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La chica de Relleno
Novela JuvenilAlessandra está enamorada de su mejor amigo de la infancia, ella creía que entre Gael, su mejor amigo, y ella podía surgir algo especial, como en las películas... Lo que no sabía es que no era la protagonista de su propia historia, y se autodenominó...