- Voy a vomitar el desayuno...-murmuró Bunny al bajar del trineo.
Por fin habían llegado al Reino de la Corona. Nada más recibir el mensaje pasaron toda la noche decidiendo estrategias y preparandolo todo. Esta mañana, al amanecer, Norte los había obligado a montarse en su trineo y después de un largo viaje habían conseguido llegar. Fueron recorriendo los callejones del lugar, millones de banderines morados con un gran sol dorado bordado en el centro se extendían desde la entrada del reino hasta la mismísima fortaleza. Al llegar al centro de la aldea, la música empezó a sonar. Las damas se colocaban en un círculo interior mientras los hombres les hacían reverencias alrededor, invitándoles a que les acompañaran en aquel baile.
-¡Venga!¡Va a ser muy divertido!- exclamó Norte.
-¿Cuánto hará que no bailo?¿Otros...440 años?- dijo Hada, también entusiasmada.
-No sé que le puedes ver de divertido, colega, pero...-antes de terminar la frase una mujer lo introdujo en el centro, empezando a bailar alrededor de él.
Jack no lo dudó un momento. Cogió a Hada por la cintura y entraron los dos en el baile, al compás de la música. Hada miraba emocionada a Jack.
-¿Cómo es posible que baile tan bien? Y esos dientes...- pensó.
Llegó el cambio de parejas y todos se separaron. Jack empezó a bailar con una muchacha joven, de cabello negro e inmensos ojos verdes.
-Jack Frost¿Verdad?- le preguntó, susurrándole al oído.
Él le dedicó una sonrisa picarona y la miró de arriba a bajo.
-El mismo- y volvieron a juntar sus cuerpos.
'Quizás el reino no esté tan mal del todo, tengo diversión para rato' pensó.
Después del baile volvieron a caminar hacia el castillo. Jack había disfrutado bailando hoy. Y como le miraban aquellas chicas...¿Volvería a verlas algún día? Lo que más le ha extrañado han sido las miradas de Hada, son guardianes, son amigos. Nada de eso podría cambiar ¿No?
Al llegar a la gran puerta principal un pequeño camaleón apareció por una diminuta ventana.
-¡Pero qué cosa más mona!- dijo Hada, con una voz irónicamente aguda.
El camaleón solamente los miro de arriba a abajo, como inspeccionándolos, y volvió a entrar por donde había salido.
En ese instante, la puerta se abrió y un chico alto, fuerte y con el cabello castaño los invitó a pasar.
-Perdonen a Pascal, se pone un poco...digamos...cascarrabias cuando vienen visitantes-contestó con una sonrisa-me llamo Flynn Rider.
-Un momento...¡Yo te conozco!-dijo Norte mientras sacaba un viejo cartel de su bolsillo- tú eres éste, estabas de los primeros en la lista negra.
-¡Oh, esa foto no por favor!¡Nunca acabaron de acertar con mi nariz!- empezó Flynn- yo soy infinitamente más guapo.
-No sé por qué me recuerdas a cierto peliblanco que yo me sé...-contestó Bunny mientras miraba de reojo a Jack, el cuál le chocaba la mano a Flynn.
Llegaron todos juntos a una sala central, con unos doce guardias a cada costado y un gran trono al final de la estancia.
-Emm...Bueno, me parece que aún están arreglandose arriba-dijo Flynn-van a tardar un buen rato...¿Por qué no os dáis una vuelta por el castillo? Y si os encontráis con un caballo blanco por el camino decidles que sóis visitantes de la reina, no vaya a ser que os de un sartenazo.
-Qué bonita bienvenida...Camaleones y sartenazos...¡Mis vacaciones deseadas!- respondió irónicamente Bunny mientras se alejaba por el ala izquierda.
Jack se separó un poco más que el resto. Subió por la escalera de detrás y llegó a un pasillo muy amplio. Estaba lleno de puertas por todos lados, deberían ser las habitaciones. Fue recorriendo una a una, en todas había algún símbolo dibuajdo del reino. Miró hacia arriba y empezó a contemplar los ventanales por los que entraba toda la cantidad de luz que iluminaba el pasillo. Empezó a caminar hacia atrás intentando traducir todos los grabados que habían en ellos, debían de estar en una lengua muy antigua. De repente, su espalda chocó con algo, mejor dicho, con alguien. Ese alguien cayó directamente al suelo inconsciente. Jack se había quedado paralizado. Al darse la vuelta se dio cuenta de que era una chica, se había caído de espaldas. La agarró por la cintura y le puso el brazo derecho alrededor de su cuello. Cuando por fin localizó una habitación abierta empujó la puerta y consiguió colocar a la chica encima de la cama. En ese momento se dio cuenta de algo muy importante. Ahora le veía la cara a la chica. Con su pelo rubio platinado y su tez blanca como la nieve que recubría las montañas del Norte. Jack notó como su respiración se entrecortaba y sus pupilas se dilataban.
La chica era preciosa. Hermosa. Única.
Solo podía pensar en qué le diría al despertarse. ¿Le mataría por no mirar por dónde iba?¿Quién sería aquella chica? Un millón de dudas le pasaban por la mente pero Jack Frost conseguiría averiguarlo.
'Ninguna se me resiste, ¿Por qué iba a ser la primera?' pensó.
Un movimiento lo extrajo de sus pensamientos, aquella linda chica del cabello de ángel, había abierto los ojos. Unos imponentes ojos azules lo observaban detenidamente.
Voten y comenten que les pareció. Sigo aceptando críticas constructivas :) He de dar millones de gracias a aquellos que le habéis dado un voto de confianza a mi historia y habéis empezado a leerla, no sé como poder expresar todo lo que os lo agradezco. Millones de gracias por los comentarios y los votos, con solo un like me hacéis la persona más feliz.
Un beso.
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La última esperanza(JELSA)CANCELADA
FanfictionElsa dirigió su mirada a través de la ventana donde podía admirar la nieve caer a su paso. En estos momentos se dirigía al Reino de la Corona, escoltada por el ejército de Arendelle, bueno, lo que había quedado de él. Tras descongelar el Reino Elsa...