Capítulo 7 Prepárate, Elsa de Arendelle.

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-Llegas tarde-le escupió nada más llegar.

-Buenos días, reina Elsa-contestó él irónicamente- yo también me alegro de verla.

        Jack y Elsa se encontraban en el ala central de los jardines de la Corona. La mismísima Rapunzel les había cedido aquella porción del jardín para que practicaran los dos juntos. Ante ellos se extendía un enorme lago rodeado por muchísimas clases de árboles diferentes que ni ellos mismo podían imaginar, dentro de él se hallaba una pequeña barca, para poder cruzarlo cuando ellos quisieran.

 -Vale, terminemos con esto cuanto antes, tengo muchas cosas que hacer, reuniones que preparar...-decía Elsa sin parar. 

-Pídeme perdón-le contestó alegremente Jack mientras se posaba en una roca. 

-Espera...¿Qué?-contestó ella atónita. 

-Como lo oyes-respondió tranquilamente-me merezco un perdón después de la bofetada y también un perdón por adelantado ya que voy a dar clases a una principiante que seguramente no sabrá ni crear una ventisca sola. 

-Mira...-Jack pudo notar como los rasgos de Elsa se tensaban- no tengo por que aguantar estas insolencias...

-Vale, no te preocupes-le cortó él-pero recuerda, conseguiré que me pidas perdón, ahora , practiquemos. 

Elsa soltó un suspiro, sí, lo mejor sería no tratar de estrangularlo el primer día. 

-Empecemos con lo secillo, toma nota-le dijo Jack, lanzándole un guiño, mientras de su mano emergía un pequeño copo de nieve. 

-Vale, creo que hasta ahí llego- dijo Elsa imitando sus mismos pasos. 

-¿Pero tú has visto con qué poca intensidad demuestras lo que sabes?Esto va a ser más difícil de lo que creía...Empecemos de nuevo,¿Tú que piensas acerca el hecho de que puedas crear nieve Elsa, de Arendelle?-empezó Jack, poniéndose a su lado. 

-Es una maldición, algo que he intentado erradicar toda mi vida, pero que al no conseguirlo, necesito controlarlo para no herir a más personas inocentes-respondió firmemente, intentando contener las lágrimas. 

-Es un don hermoso, una habilidad especial que muy pocos poseen, capaz de crear ilusiones, sueños-le corrigió  Jack-la nieve crea esperanza en mí, me recuerda los buenos momentos. 

Elsa lo miró horrorizada. Su peor recuerdo de la infancia  le vino a la cabeza de nuevo . Ella había herido a Anna,había estado sola toda su vida y todo había sido por aquello, por ser diferente. Elsa no eligió tener aquel 'don', nunca lo quiso. Sin poder evitarlo, estalló en cólera. 

-Un...¿Don?¿Realmente lo ves así?-respondió impasible-¿No sabes lo que este don me ha hecho a mi, verdad?¿Te has presentado en palacio sin saber siquiera a quién ibas a ayudar ni el porqué ibas a hacerlo?Vete Jack Frost, no te necesito para nada. 

Desde que Jack vivía en el polo, había aprendido a tragarse su orgullo en varias ocaciones, pero las palabras de la chica le habían superado por completo. 

-¿Sabes?Creo que ya sé lo que te pasa-contraatacó él-eres una amargada, que nunca ha sabido divertirse ¿No quieres controlar tu precioso don? Pues tú veras. Ni si quiera te lo mereces, muchísimas personas morírian por tener lo que tú tienes y tu no haces nada más que lamentarte, eres una egoísta, reina Elsa..

Nada más haber terminado, se arrepintió de haber abierto la boca. Elsa, aún paralizada al oír aquellas palabras, no volvió a contraatacar, simplemente se levantó y se puso en dirección hacia el castillo de nuevo. 

-¡Elsa, espera!-gritó Jack tratando de alcanzarla-Yo no quería...-pero Elsa se volvió repentinamente, mirándole con los ojos llenos de lágrimas,unos ojos del azul más intenso que Jack había visto nunca. 

-Déjame- escupió.

Y dicho eso, Elsa corrió hacia la fortaleza mientras se le deshacía la trenza, dejando caer su sedoso pelo rubio en cascada, dejando atrás a Jack, el cual sentía cómo su corazón se encogía poco a poco.

        El eco de los pasos de Jack resonaba por todo el jardín. Seguia sin poder asimilar todo aquello. Lentamente fue acercándose hacia el castillo, donde distinguió la silueta de Flynn a lo lejos.

-Eh, amigo-le saludó Jack.

-¡Hola, Jack!-saludó el alegremtente mientras le acariciaba el lomo a Pascal, sentado junto a Flynn.

-Eh, Flynn. Sé que aún no tenemos mucha confianza pero... necesito preguntarte una cosa, me estoy volviendo loco-suspiró Jack. 

-Dispara- le animó el otro. 

Jack le contó todo lo sucedido desde que había llegado. Desde cómo conoció a Elsa, cuando le asignaron ser su instructor, de cómo había conseguido hacerla llorar en apenas un momento...Flynn comenzó a relatarle toda la información que tenía sobre la familia Arendelle. Cómo murieron los padres de Elsa y Anna, el día de la fatal coronación, también le contó todo lo sucedido en el castillo de hielo de Elsa, de cómo volvieron a Arendelle y creyeron que todo volvería a la normalidad, también de cuando llegaron a palacio y Kristoff tuvo que coger a Elsa literalmente en brazos porque no paraba de llorar. Jack se quedó atónito mientras la culpabilidad crecía dentro de él a una velocidad asombrosa. 

-Eso es todo lo que sé Jack-finalizó Flynn- pero también sé que hay algo que Rapunzel no me llega a contar, algo entre ella y Elsa, corre peligro Jack, hay que tratarla con mucha delicadeza. 

-Pues ya he empezado con mal pie...-dijo Jack- Pero es que pf...¿A ti no te pone nervioso cómo llegan a ser las mujeres?

Flynn estalló en una fuerte carcajada.

-Por ahí hemos pasado todos, Jack Frost-decía, sin parar de reírse-solo he de decirte que cuando yo subí por primera vez a la torre de Rapunzel me pegó un sartenazo y me amordazó a una silla ¿Sabes? Y ahora mírame, casado y perdidamente enamorado de ella. 

Jack sonrió levemente.

-¿Tu qué crees que puedo hacer, Flynn?Es decir...Si tu estuvieras en mi lugar...-comenzó de nuevo Jack.

-Pídele perdón, eso por supuesto, ¡Estas chicas no van a aceptar la culpa!-le contestó entre risas- Jack, tienes que encontrar la manera de que olvide todos los problemas que la rodean, hazla reir como si siguiese siendo una niña, en el fondo sabes que Elsa se lo merece. 

-Gracias, amigo-terminó diciendo Jack mientras se levantaba-te debo una.

En aquel instante se dio  cuenta que el y Flynn llevaban casi todo el día hablando, pero había merecido la pena.  Antes de volver al castillo alzó el vuelo por última vez, dejando que la luz del atardecer bañara su rostro. 

-Mañana será un gran día-pensó intentando convencerse a sí mismo- Prepárate, Elsa de Arendelle. 

Hoooola :) Bueno, aquí dejo otro episodio, espero que les guste, de verdad que intento dar lo mejor de mí. Espero que comenten que les pareció y cómo les gustaría que continuase, me hacen muy feliz con cada comentario que recibo, y por supuesto, sigo aceptando críticas constructivas.

Un beso. 

La última esperanza(JELSA)CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora