Capítulo 11 ¿Hans?

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Apoyó todo su peso encima de aquella vieja mesa de madera. Desesperación. 

Anna se dejó caer completamente, su cuerpo impactó contra el suelo, pero ella no sintió nada. Aquello se les estaba yendo de las manos, Norte les acababa de explicar toda la historia de aquel personaje, pero...¿Por qué atacaría contra Arendelle? 

-Som-Sombra-susurró, raramente le resultaba familiar. 

Apretó los puños y dedicó un instante a mirar al horizonte, 26 días faltaban para cumplir el mes, tenía que ponerse a ayudar desde ya. 

El sol iba poco a poco bañando cada rincón de la frontera entre los dos reinos mientras Ana se dirigía al campamento del ejército. Nada más llegar y correr la cortina de la cabaña el humo de la gran chimenea le impactó directamente en la cara. No pudo evitar sacar una sonrisa de oreja a oreja . 

Los ciudadanos supervivientes estaban ya todos en pie, reorganizándose para reconstruir su aldea. Aquello estaba sucediendo realmente, iba a funcionar. Pasó toda la mañana llevando materiales de un lugar a otro y quitando escombros de los alrededores, ya se empezaban a ver algunas partes de el reino que había sido anteriormente. 

-Ojalá Elsa pudiera ver esto...-se dijo a sí misma. 

Sí, realmente a Elsa le encantaría. 

Kristoff ayudaba también cargando su trineo, llevado por Sven, de un lugar a otro. Conejo había llamado a sus feroces comandantes los huevos de Pascua, que iban recontruyendo los hogares de la población, mientras Norte, tan alegre como siempre, se dedicaba a hacer reír a los niños más pequeños mientras sus padres también ayudaban, había sido una mañana agotadora. 

Mientras los demás iban terminando todas sus tareas, Anna se quedó un poc atrás.De repente, un  impulso recorrió su cuerpo, instintivamente, dio una vuelta perfecta en sí misma y pudo ver como una gran nube negra iba acercándose a gran velocidad hacia ellos, olía a tormenta. Dieron la voz de alarma para que todos volvieran a entrar dentro, Kristoff le tendió la mano para entrar juntos, pero en aquel momento...

Un chillido de pánico llegó a la frontera. La mujer que se encontraba al lado de Anna tiró el jarrón que llevaba en las manos y  se quedó completamente paralizada. 

-¡Lucy!-gritaba eufórica-¡LUUUUUUUUUUUUUUCY!.

Otra vez el mismo grito, acompañado de un siniestro rayo que apuntaba a la más alta torre del castillo, como queriéndose meter dentro. 

Anna no lo dudó, una sola mirada bastó para que Kristoff entendiera sus intenciones, pero era demasiado tarde, no podía detenerla. 

Se montó encima de Sven y galopó por las calles en dirección al castillo, mientras la tormenta la alcanzaba e inundaba las calles. 

-Anna, cálmate, sigue siendo Arendelle, no tienes por qué tener miedo-pensó. 

Apretó las manos con las que tenía cogidas las riendas de Sven y paró en seco. Otra vez aquel silencio espectral, el mismo que el otro día. Caminaron lentamente, haciendo que las pezuñas de Sven realizaran el menor ruido posible mientras Anna agudizaba el oído, la niña seguía llorando, en algún lugar cercano. 

La encontró en la explanada del castillo, hecha un ovillo. 

-Shh pequeña-le tranquilizó-no te va a pasar nada. 

La niña se limitó a mirarla con sus pequeños ojos marrones y sin mediar palabra, corrió a abrazarla. 

El susurro de los árboles las puso en tensión de nuevo, de en medio de la nada, una figura vestida con una túnica negra se acercaba lentamente hacia ellas. 

Anna subió a la niña a lomos de Sven.

-Sujétate fuerte, pequeña-dijo mientras le dedicaba una sonrisa. 

-Sven, llévala de nuevo al campamento, corre tanto como puedas-se apresuró.

El reno vaciló, pero cuánto más se acercaba aquella figura misteriosa con más desesperación le suplicaba Anna que la dejara atrás, no tuvo más remedio que aceptar. 

Se dio la vuelta lentamente, acumulando toda su valentía mientras la lluvia iba empapándola y los truenos la perseguían, intentando infurdile miedo, preparándose para lo que iba a suceder. 

Ella esperaba un ataque, un hechizo, que la golpeara sin más pero. en lugar de eso, la figura se detuvo enfrente de ella mientras se iba quitando la capucha. 

Aquello debía de ser una broma. 

-¿Hans?-dijo ella frunciendo el ceño. 

Él no contesto, simplemente levantó su rostro. 

Aquel no podía ser Hans de las islas del Sur.Observó toda su cara llena de arañazos y sangre seca, su piel mugrienta, el eco de sus pasos, más sonoros y tenebrosos pero sus ojos...De un azul oscuro como el abismo. No sabía que sentía en aquel momento, miedo o sorpresa, tal vez las dos. 

En un movimiento rápido agarró a Anna del cuello y la estampó contra un árbol de los alrededores. Anna inteba zafarse con las piernas pero era inútil, parecía que tuviera fuerza sobrenatural. Hans le apartó su mechón rubio de la cara mientras lucía en su rostro una sonrisa perversa. A Anna le faltaba el aire cada vez más, no le dejaba repirar. Tomó una última bocanada y miró de nuevo aquellos ojos. 

-Dile a Elsa que esto no va a acabar así-dijo él.

La cabeza de Anna daba vueltas de un lado a otro. Esa voz...Grave y metálica. Aquel no era Hans. Era una amenaza mayor, no sólo era Sombra quién intentaba vengarse de los guardianes, era su hermana Elsa lo que fueron a buscar el día de la masacre, era la clave de todo aquello, esto nada más acababa de comenzar. 

La soltó de su agarre dejándola en el suelo, al extremo de la explanada. Anna se estaba quedando sin respiración mientras perdía el conocimiento, el eco de los pasos de Hans resonaban en su cabeza, cada vez más lejos de ella, lo último que recordó antes de desmayarse fue a Elsa chillando de  puro dolor, aquel grito agudo de su hermana imposible de confundir. 

La última esperanza(JELSA)CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora