1

10.7K 277 29
                                    

Estaba nerviosa, lo suficiente como para no poder hilar dos palabras seguidas. Estaba a un paso de cumplir uno de sus sueños, y sin embargo, había arrancado la mañana con el pie izquierdo.

-Contá hasta diez, Keilita-. Se dijo a si misma y suspiro de manera pesada antes de ingresar a la oficina donde la esperaban.

—¡Hola, buen día!— saludo la recepcionista con amabilidad. —¿En qué puedo ayudarte?

—¡Buen día! Soy Keila Scheck.— Se presentó. —Pertenezco al departamento de comunicación y medios digital, tengo una reunión con...— busco en su agenda el nombre para no equivocarse —Matías Barreta– informó leyendo el papel y la recepcionista sonrió.

—Temo informarte que llegas temprano— Keila sonrió, ya que según su agenda la reunión debería haber comenzado hace mínimo media hora y que ella estaba llegando tarde por sus incidentes matutinos
–el señor Barreta ha tenido un inconveniente personal y atraso toda su agenda— le informó y ella solo asintió. Cambio la vista por un momento y saludo a otra persona que ingesaba a la oficina —¡Hola Lua!— sintió unos pasos hacia donde estaba ella y luego la recepcionista volvió a mirarla. —¡Tenés suerte!— le indicó con una sonrisa y guiño el ojo.

—¿Ella es la nueva?— preguntó a la recepcionista poniéndose a su par. —¡Un gusto, soy Luana Castenovo!— se presentó con una sonrisa dándole un apretón de manos a la joven que tenía a su lado. —¿Que te parece si la llevo a recorrer las instalaciones y la pongo el al día?— le consulto a la señora que se encontraba en frente de la computadora y está asintió mientras Luana finalizaba de hablar. —Al menos, hasta que Matías llegué a la reunión.

—¡Hoy viene Stéfano!— Le informo y la recién llegada sonrió con ironía.

—Sí seguro que viene—  emitió con ironía. —disculpa, ¿Keila no?

— Si, Keila Scheck— respondió y luego acortó la presentación con una sonrisa —Kei.

—Bueno Kei— emitió con una sonrisa —¡vamos!

Comenzaron a caminar por el predio, perdiendo rápidamente de vista la oficina de recepción.

—Bueno esto es el "departamento lindo"— hizo comillas con los dedos —el nombre del departamento es muy largo y aburrido, además la imagen digital de toda la institución está en nuestras manos, yo creo que merecemos el recambio de nombre al mejor departamento que existe— emitió con una sonrisa —eso de allá— señaló una parte del edificio —eso es el departamento Marketing— y así fue nombrando uno por uno los departamentos que rodeaban al de comunicación, al suyo —¿alguna vez trabajaste en algo tan grande?— preguntó dirigiéndole una mirada de interés

—me recibí hace dos meses— respondió con una media sonrisa —me dieron el título y lo primero que hice fue dejar el currículum acá, ví la oportunidad de pasante por vacaciones y me mande— explico con ligereza —obviamente no esperando que me llamaran, pero era un sueño trabajar en River.

—bueno, tenés suerte entonces. — exclamó su nueva compañera con una sonrisa. — Tu destino te quiere trabajando acá.

—no creo en esas cosas del destino, tampoco en las casualidades— le respondió segura —creo que cada uno está en el lugar que corresponde por mérito propio, no por el destino— Luana la miró y sonrió.

—trabajando acá vas a creer hasta en Diosito— declaró provocando una sonrisa en el rostro de la nueva integrante. —perdón, estoy tratando de sacarte la presión del primer día de encima, va a ser un día largo— le informó mirando su agenda.

Siguieron caminando por el predio, antes de llegar a la sala de reuniones, pasaron por una de las canchas dónde entrenaba el primer equipo. De repente Keila se quedó mirando a los jugadores.

—¿todo bien?— consulto al ver que se quedó estática sin emitir movimientos ni sonidos

—¿las posibilidades que trabajemos con ellos...— señaló el campo de entrenamiento y Luana asintió con la cabeza. —cuántas son?

—por tu cara al verlos, no se si decirte que es buena o mala suerte— le indicó señalando su rostro— es probable que gran parte de nuestro tiempo de hoy, trabajemos con ellos— Keila se quedó mirando la ventana. —¿hay algún problema?

—digamos que son el grupo de personas que deseo esquivar— explico mirándola con inseguridad, sin embargo recibió una mirada de tranquilidad del otro lado, indicando que podía seguir hablando. —se creen superiores por ser jugadores de fútbol y creen que pueden conseguir todo con esa soberbia que manejan.

Luana rió al escucharla hablar así y solo se quedó observándola.

—bueno al menos a vos, no te van a transferir por no hacer tu trabajo— Emitió divertida. Keila la miro sin entender —a la ayudante anterior la transfirieron al departamento de imágenes de Adidas por no hacer su trabajo, además de coquetear con varios integrantes del club— explicó restándole importancia. —mira Kei, no está prohibido mezclar los vínculos, pero es necesario saber separar las situaciones. 

—quedate tranquila, no tengo intención de meterme con ninguno, yo solo vengo a trabajar— sentenció encogiéndose de brazos, Luana solo asintió.

—Kei, esto es un mundo diferente al de afuera— le sonrió con tranquilidad —las cosas acá adentro son completamente diferentes, yo cuando ingresé acá, era como vos— se dió un descanso y suspiro —hoy tengo una mirada diferente a la que ingresé y eso en parte se debe a ese grupo de personas— señaló el campo de entrenamiento.  —la gente de acá te hace cambiar de perspectiva. Acordate que cuando los conozcas vas a cambiar de parecer con facilidad— le advirtió con una sonrisa.

Evidentemente Keila no pensaba como ella y tampoco pensaba que un grupo de personas como ellos podía hacer que cambiara su forma de pensar. Siempre odio todo lo relacionado al fútbol, no al fútbol en si, sino a los jugadores de fútbol por lo que había mencionado anteriormente, sus aires de grandeza solo por el simple hecho ser jugadores, pero iba a tratar de dar lo mejor de ella para hacer bien su trabajo.

—te vas a reír mucho— dijo Luana entre risas, mientras la miraba cuando la reunión matutina terminó. —la sesión de fotos va a ser muy divertida.

—¿Todo el plantel de fútbol?—  preguntó con una sonrisa. —¿te das cuenta que la vida me odia?

Luana rió y negó ante la testarudez de su nueva compañera.

— ¡Deja de ser negativa Keila!— le reprochó. —no te gusta el ambiente de fútbol y trajiste tu currículum a uno de los clubes más grande de Argentina en donde su primer actividad es el fútbol, deja de mentirte a vos mimsa— le indicó con confianza caminando a su lado

—¡Me traicionó el subconsciente!— exclamó con los brazos levantados y comenzó a preparar las cosas para la sesión de fotos.




Las mejores cosas comienzan en discusiones. Les doy una idea de lo que va a ser el próximo capítulo. 🤗

| 29 | Gonzalo Montiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora