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— ¿Cómo está? —pregunto Olivia sin soltar a Julián.

— Durmiendo. —suspiro y se quedó mirando un punto fijo.

— ¿Camo estás bien? —pregunto acercándose a ella.

— Estaba desesperada. —emitio mirando la puerta. — Cuando me llamo y caí en la cuenta de lo que estaba pasando salí inmediatamente de mi casa, tenía miedo de llegar y que sea tarde. —su voz se quebró y miro a su amiga. — Abrí la puerta sin pensar, pensando que la iba a encontrar haciendo alguna locura, pero no, el envion de la puerta golpeó contra su cuerpo y ella ni se movió, Oli. —Olivia la abrazo para que pueda descargarse olvidándose por completo que Julián estaba ahí. — Estaba shockeada, la levanté como pude y la hice darse un baño, sentía en carne propia todo lo que estaba pasando en ese momento y todo lo que está pasando ahora, me siento culpable Oli. —suspiro con pesadez y dejó que las lágrimas salgan. — Ella está pasando todo esto por mi culpa, yo. —Olivia la interrumpió antes de que ella siguiera.

— No Camo, no es tu culpa. —puso sus manos en su rostro e hizo que ella la mirara para que pueda entender lo que le estaba por decir. — Lo que pasó con Liam, no fue culpa tuya, era algo que tenía que pasar, y le pasó a nuestra amiga cómo nos pudo haber pasado a cualquiera de las tres, no fue culpa tuya ni de Liam ni mucho menos de Keila, fue culpa de la vida, del destino. —la abrazo y dejó que se desplomara en sus brazos. — Eso ya es pasado, sentirte culpable no te va a devolver a tu hermano, Camo. No va a hacer que la relación que él tuvo con tu mejor amiga, pero sintiéndote culpable tampoco la ayudas a ella, porque ella quiere olvidarse de ese momento de mierda que tuvo que pasa. —la voz que se quebraba ahora era la de ella. — Todas tenemos que tratar de olvidar lo que pasó aquel día, tenemos que seguir no nos podemos estancar, no ahora. —acaricio la mejilla de su amiga mientras secaba sus lágrimas con el pulgar. — Somos fuertes amiga, salimos juntas de esto siempre, vos, ella y yo somos una sola. —Camille rió  a la vez que asentía con la cabeza y la abrazo nuevamente hasta que se percató de la presencia del jugador en la sala.

— ¡Julián! —llamo la atención de quien estaba con su amiga. — ¡Lo que pasa en estas cuatro paredes, queda en estas cuatros paredes! —exclamo con su voz firme. — ¡No se te ocurra mencionarle una sola palabra a Gonzalo. Si te pregunta, vos no sabes nada y listo! —el delantero asintió no muy convencido de que lo cumpliera. — Creo que tengo que avisarle a Catalina.

— ¿Querés que la llame? —pregunto Olivia, sabiendo la relación que Camille tenía con la hermana de su amiga.

Negó. — No, me interesa muy poco su odio hacia mi o mi familia, la que está en esa cama durmiendo con ansiolíticos es su hermana y la necesita. —suspiro y tomó su celular.

— ¿Si no vino cuando la hermana casi se tira de un noveno piso, —suspiro. — que te hace pensar que va a venir ahora?

— Mi idea no es que venga, mi idea es que sepa que la hermana no la está pasando bien. —marco el número y se llevó el aparato a su oído. — Avísale a Lula y que le diga a Nahuel que lo necesito acá ahora mismo.

— ¡Yo le puedo avisar a Nahuel! —exclamo Julián. — Se que no confías en mí porque soy estúpido como el otro estúpido, pero a Keila la quiero mucho Camille, y la quiero bien. —la mirada sincera de Álvarez se posaba en la castaña. — ¡Solo si querés yo puedo avisarle a Nahuel!

— Está bien. —musito y se direccionó a la ventana cuando la línea se conectó.

— Gracias. —le musitó Olivia y lo abrazo después de que el guardara su celular. El dejó un beso en la coronilla de su cabeza y la abrazo con fuerza. — El pasado se vuelve a repetir. —la voz quebrada de Olivia se hacía presente solo para ellos dos. La más colgada del grupo era quien tenía las riendas ahora, no podía permitirse caerse delante de ninguna de sus amigas, Camille quién siempre levantaba a la otra del piso estaba a punto de caer, Keila estaba pero no estaba.

— No se va a volver a repetir Oli. —acaricio su mejilla. — Ustedes no están solas ahora, tanto Lula como Nahue y yo no las vamos a dejar sola, y hablo por ellos porque los conozco lo suficiente para saber qué es así. —la abrazo con fuerza y ella acurrucada en su cuerpo intento ponerse bien.

— ¡Es una estúpida! —grito tirando su celular contra el sillón. — ¿Podés creer que la estúpida dijo que me arregle sola porque ella no puede venir?

— ¿Te digo la verdad? —se acercó. — Si lo puedo creer. Es Catalina, Camille. Ca ta li na.—remarcó el nombre a medida que lo separaba en sílabas. — Nunca le importa nada más que su pellejo, pero bien que cuando necesitaba se acordó quién era la hermana. —la abrazo y Julián la abrazo por el otro lado. — ¡Como te dije antes Camo, vamos a salir de estas juntas! —le sonrió transmitiendo paz en cierto modo. — Y sé que ahora no vamos a estar más solas, nosotras tres, hay un grupo de personas a nuestro alrededor que no nos va a dejar solas.

— En eso tiene razón. —emitio Julián, tomándose el atrevimiento. — No las vamos a dejar solas.

Era increíble como las cosas se daban para que todo vuelva a suceder, pero esta vez era a para que no se vuelva a repetir una vez más, era para superar y seguir.

— ¿Catalina no te dijo solo eso no? —pregunto Olivia examinando la actitud de Camille perdida en su celular.

Negó con preocupación en su mirada. — Me aconsejo que le diera pastillas y que la mantuviera dormida, le dije que eso no iba a funcionar, que Keila tenía que enfrentar sus decisiones para seguir y me dijo que su hermana enfrenta esas decisiones por mi culpa,  y que si volví a llamarla una vez más iba a volver de donde sea que estuviera para internar a Keila. —Olivia no podía creer lo que acaba de escuchar, no podía entender como su propia sangre podía decir algo así.

— ¿Es joda no? —Camille negó con la cabeza y bajo la vista. — ¡Es más estúpida de lo que pensé!




Holi, buen domingo! Aquí la introducción a todo lo que se viene, de apoco vamos a ir conociendo más sobre la vida de Keila, una vida complicada.

| 29 | Gonzalo Montiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora