Muchos comentarios una tanto fantasiosos como también algo escalofriantes habían comenzado a circular en el campus de la prestigiosa universidad.
Exactamente días después de que pasará el primer homicidio, noticias no sólo escalofriantes para el estudiantado o para la planta educativa sí no también para el cuantioso grupo de señoritas que frecuentan el lugar que está en medio de los dichosos comentarios.
Varios alumnos del campus que se recogían a altas horas de la noche de las instalaciones aseguraron no sólo haber visto a dos muchachas en medio del ya conocido estadio sí no también aseguran haberlas escuchado llorar de manera desgarradora.
Hay quienes ya no quieren ni desean llegar a ese lugar precisamente por tales noticias pero hay otras que no tienen más remedio que seguir asistiendo, pues allí se encuentra el centro de su entrenamiento.
Lo curioso de todo es que quizá los estudiantes del campus huyan de la cancha pero hay multitud de gente externa que ha estado llegando a curiosear los alrededores.
Quizá incluso las muertes de las dos muchachas le dio un poco más de fama al lugar, aunque el pánico ronda en cada visitante ante la posibilidad de encontrarse al asesino o incluso en ser atacados por el.
Hay quién estaría encantado de encontrárselo.
-Esto es el colmo- protestó Samantha más que molesta, no era para menos pues otra vez estaba en graderías aquel grupo vestido de negro que se había acostumbrado a asistir cada dia a aquel lugar.
Parecían estar esperando algo e quizá a alguien pues movían la cabeza como aves rapaces en la dirección de cada persona que pasará por allí.
Pero lo que más le molestaba a Samantha era el hecho de que siempre les encontraba mirándola, como sí vieran su propia alma o su interior.
Sus miradas no sólo perturbaban, también la asustaban, podían ser tan directos, tan obvios.
-Entrenadora no podemos trabajar sí no hay tranquilidad -se quejó la chica por décima vez durante el día -sí quieren que ganemos el siguiente partido tienen que darnos más privacidad.
-Me encantaría hacerlo, sabes que sí pero esto es algo que yo no puedo decidir -se disculpa la maestra, un suspiro profundo sale de sus labios.
¿cómo se supone que va a entrenar para el próximo partido cuando no tiene la tranquilidad que necesita?.
Además de que ya va una semana desde el último asesinato, pero sus compañeras de equipo simplemente han dejado de asistir a los entrenamientos.
Todo es un caos que quiere que pronto acabe, aquel asesino sólo está logrando destruirle la vida.
-Ola bombón? –dice aquella voz femenina que tantas veces a conseguido sacarle un dolor de cabeza.
-hola Drey.
-huy que humor!! Hoy nos levantamos con el pie izquierdo?-pregunta risueña.
-No sólo me caí de la cama -bromea Samantha.
-Debió de ser grabe porque estas hecha un asco.
-También te quiero nalgon.
-ya llegó el estorbo -gruñe la rubia.
Que podría hacer Samantha más que negar con la cabeza a pesar de que les advirtió varias veces a sus amigos que se comportaran estos simplemente hacen oídos sordos, atacándose cual perro y gato.
-Ese apodo te queda mejor a ti, te lo dejó no pretendo quitarte tú nombre artístico -se burla el muchacho de ojos verdes.
La animadora prácticamente grita por la ofensa, nadie hasta el momento a excepción de Samantha se había dirigido a ella de esa manera, lo peor era que el labios de angelina jolie se tomaba atributos que no le correspondían.
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PSICOPATA
Fiksi PenggemarSINOPSIS. Mi vida sólo podría describirse como un enorme y completo caos. Yo Samm la líder del equipo de futbol del San Bartólome, la chica con excelentes notas académicas, una alumna ejemplar en la universidad, sin ninguna queja por parte de ningún...