Se sentía extraño el sentir frio y calor a la vez, el agua había traspasado toda su ropa pero los escalofríos que sentía no era por estar calado hasta los huesos, si no por el roce de la nariz de Wonsik en su cuello. Estaba sentado sobre la mesa de herramientas, por suerte vacía, con la cabeza hacia atrás y los ojos cerrados, nunca creyó que fuera tan buena idea meterse en el trastero de la gran mansión de su hermana para cobijarse de la lluvia.
Apretó las piernas alrededor de la cintura de su pelirrojo, mientras trazaba con sus manos las líneas de su pecho y le quitaba la chaqueta del curioso traje, extraño para los invitados y extremadamente sexy para Taekwoon. Se lo comió con los ojos, no solo tenía ganas de hacerlo sobre la mesa, si no de atraparlo y no soltarlo jamás.
Su intento por confesarse, la ternura y sinceridad con la que le dijo que estaba enamorado de él, no hizo más que aumentar lo que ya sentía. Descubrió la sensación de ser correspondido, y no le pudo gustar más, era feliz y completo, tubo la necesidad de rodearlo con los brazos y Wonsik no se lo negó.
- ¿Siempre es así? – Preguntó sin dejar de hacerle círculos en la espalda con el pulgar, Taekwoon lo miró. - Esto del amor... - Lo oyó suspirar. – Creí que era un mito pero está bastante bien, como cuando te subes a una montaña rusa y parece que estés volando.
Le hizo gracia la comparación, pero creyó que no hubo mejor marera de hacerlo, se rio antes de robarle un beso, era cierto, cada vez que rozaba sus labios notaba como si tocara el cielo.
La mesa chirrió minutos después, estaba algo coja y demasiado inestable, en realidad podían haber escogido el sillón que había en la esquina, pero a ambos les pareció que entregarse el uno al otro, por primera vez enamorados, sobre ella era sumamente excitante y algo que no olvidarían jamás.
Ninguno de los dos se contuvo a la hora de gemir, estaban en la otra punta de la casa, serían las tres de la mañana pasadas y lo más probable era que todos ya estuvieran dormidos después de la fiesta. Taekwoon arañó la espalda de Wonsik mientras empujaba sus caderas para que llegara más al fondo, con la práctica había averiguado el movimiento perfecto así que no desperdiciaba nunca la oportunidad.
Lo oyó decir su nombre repetidas veces en suspiros, sobretodo en el momento que aumentó su velocidad al sentir como el clímax estaba a punto de alcanzarlos casi a la vez. Una última estocada y un fuerte chasquido en el beso, los hizo caer rendidos sobre la mesa, con los cuerpos temblorosos como la gelatina.
Wonsik apoyó la frente sudada sobre la suya, se percató que tenía los ojos cerrados mientras intentaba controlar su respiración, le gustó el color de su pelo en contraste con la bombilla tenue de la habitación, se lo acarició y como resultado pudo ver su sonrisa. De nuevo cayeron en un nuevo roce de labios, esta vez fue lento y delicado, le dedicaron el tiempo suficiente para saborearlo como era debido, no tenían ninguna prisa.
- ¿Gatito? – Sin abrir los ojos hizo un sonido conforme lo había escuchado. - ¿Somos novios ahora? Porque no entiendo cómo funciona, Hyuk me habló una vez de esto, pero no me enteré muy bien.
Lo miró desconcertado, por un momento le pareció un niño pequeño preguntando de donde venían los bebés, le sonrió con ternura.
- Bueno, no lo sé... supongo que los dos tenemos que estar de acuerdo. – Dijo enrojecido.
- ¿Y tú lo estás?
Asintió con efusividad sin pensarlo en ningún momento, todo era mucho mejor que cualquier cliché peliculero, todo lo sería si tenía a Wonsik como novio y eso le encantaba. Lo volvió a besar como si con eso cerrara el trato.
- ¿Y ahora qué hay que hacer? – Taekwoon frunció el ceño. – Quiero decir, ¿Tenemos que hacer algo especial por ser novios?
- Creo que tenemos que hacer lo mismo de siempre.
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Tu toque de Color
Fanfiction"Todos necesitamos un toque de color en nuestras vidas..." Ravi Pero en la de Wonsik no había ninguno... y le encantaba el de Taekwoon. Hyuk también tenía uno... pero era inalcanzable. Hakyeon lo había encontrado... y se negaba a admitirlo. 🌟HISTOR...