Primera vez

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Advertencia: Smut
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La temperatura en la habitación empezó a aumentar, cada beso y cada caricia era fuego en la piel de ambos amantes. Los vidrios empañados eran la prueba del calor que emanaban sus cuerpos y la traba en la puerta era la muralla que impedía hubiesen testigos.

Tony lo besaba con lujuria y pasión, ansioso al saber que ésta vez no debía preocuparse por nada. La delicadeza con la que sus manos recorrían el cuerpo del castaño era comparable con la de un escultor moldeando a mano su más bella creación. Lo arrastraba hacia la cama a paso lento y algo torpe, tenía el control de la situación pero la situación estaba por tomar control de él.

Empujó al arácnido a la cama subiéndose de inmediato arriba de él, esos cortos segundos en los que estuvieron separados bastaron para que desabrochara su pantalón. Peter, algo incómodo por el molesto traje, presionó su pecho y el Iron Spider volvió a ser una pequeña araña, dejándolo sólo en ropa interior y con una camiseta negra que no tardó en ser quitada por el azabache.

Volvieron a besarse con urgencia, necesitados el uno del otro. Tony disfrutó la sensación de tocar finalmente la piel descubierta de su chico y Peter la de ser tocado. El placer que ese simple roce provocaba en ambos los dejaba ansiosos al saber que aún podían llegar a más. La notable erección del superhéroe palpitaba desesperada por liberarse, notando eso, Tony acató sus plegarias y le arrancó su última prenda, dejando al descubierto su perfecto miembro. Lo miro con deseo, admirando cada vena, cada relieve, cada mínimo detalle que lo hacía delicioso, y de hecho, uno de esos detalles llamó su atención.

El maldito tenía un lunar en el falo.

La sonrisa lujuriosa que formó en su rostro debió ser demasiado, pues el hermoso cuerpo debajo suyo empezó a temblar dubitativo. Dirigió sus ojos a los contrarios, deleitándose con la maravillosa vista que se le otorgó.

Peter mordía su labio nervioso, sus sonrosadas mejillas se asemejaban a un tomate en su punto exacto y sus ojitos aterrados eran lo más adorable y caliente que hubiese visto en la vida. Acercó su mano lentamente, acariciando con delicadeza los suaves cachetes y le dedicó la mirada más dulce que podía formar en ese momento.

—Eres hermoso —Susurró con cariño, provocando que el labio inferior del castaño temblara nerviosamente y el sonrojo incrementara. Tony rió —¿Hay algo mal? —Preguntó calmado, quería hacer las cosas bien con el chico.

—N-no —Negó entrecortado, desviando la mirada a algún lugar que no fueran los ojos avellana del otro —E-es sólo q-que... t-tú aún estás ve-vestido —Cerró los párpados con timidez, escuchando la suave risa del adolescente.

—Bueno, eso puede arreglarse —Con una rapidez con la que ni Peter fue capaz de reaccionar, se deshizo de su chaqueta, camiseta y pantalón, quedando solamente con unos bóxers apresando su enorme erección. El arácnido abrió los ojos al verla.

Era grande. Muy.

Sintió más miedo que antes y se abrazó al genio, escondiendo su cara en el cuello de éste. Tony sonrió enternecido y le devolvió el abrazo, tomándolo en el proceso y sentándose con él en su regazo.

—Oye, no voy a lastimarte si eso es lo que temes —Pronunció despacio, con la intención de calmarlo.

—Y-yo sé que tú no, p-pero... —No terminó al no saber qué decir.

—Déjate llevar, ¿está bien? Si algo te molesta, me dices y yo paro —Propuso, empezando a dar pequeños besos en la mejilla del chico.

—B-bien —Aceptó en un suspiro, en parte resignado, en parte placentero.

Maldito niño [Starker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora