Confianza

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Tony sentía un pitido en su cabeza que no paraba de sonar. Estaba aturdido, estaba confundido, estaba decepcionado...

Estaba enloqueciendo.

Jamás en su corta vida había sentido tantos sentimientos juntos, todos negativos. Su cabeza trabajaba a 1000 km/h en ese momento, pero a la vez estaba en blanco. No asimilaba lo que estaba ocurriendo, ¿cómo se supone que debería sentirse uno al enterarse de que todo lo que conoce es una mentira, y que la única persona en la que confiaba ciegamente tampoco era real?

Peter no era real.

Su cien empezó a palpitar cuando ese pensamiento cruzó por su cabeza. No quería creerlo, gran parte de su mente de verdad rogaba porque todo fuera un malentendido, que haya malinterpretado las cosas, haber escuchado solo la mitad de la historia.

Es que tenía tanto miedo de la verdad...

Cuando sus oídos se destaparon y su cerebro se aclaró un poco, volteó nuevamente la cabeza a la pantalla y trató de seguir escuchando.

Pero lo que escuchó no hizo más que detonar la bomba que en ese momento era su corazón.

¿Te aprovechaste del estado de Tony para ligártelo? Vaya, cuando Helen me habló de ti no mencionó que fueras tan traviesoLas palabras que el hombre de gafas le dedicó a Peter hicieron acabar con todo lo que quedaba de su cordura.

Y cuando vio el sonrojo y la risa nerviosa del castaño, decidió que había sido suficiente.

—F.R.I.D.A.Y. —La voz sombría que había empleado daba a entender que no estaba jugando, y mientras temblaba, pensó detenidamente cuál sería su siguiente orden —...Duerme.

El televisor se apagó, y solo bastó esa señal para entender que la IA había entrado en reposo.

Con la frente sudorosa y con un nudo que iba desde su estómago hasta su garganta, salió de la habitación rápidamente con la intención de largarse de ahí. Caminó por los pasillos nervioso, tratando de recordar dónde exactamente estaban los Quinjet.

Cuando pasó por la cocina escuchó las risas de los Vengadores, quienes ya habían terminado su comida pero seguían disfrutando tranquilamente de su día libre. Tony sintió asco, desprecio por esas personas que lo habían engañado durante tanto tiempo. Estaba dolido por la forma en que traicionaron su confianza, lo habían utilizado, se burlaron de sus sentimientos y los pisotearon.

Estaba enojado consigo mismo, pues él se había dejado engañar...

Salió del Complejo sin mayor problema, los agentes lo dejaban caminar por ahí ya que sabían que no iba a escaparse, ya ni siquiera lo vigilaban.

¿Él no representaba un reto para ellos? ¿Tan poca cosa lo creían que lo habían dejado pasar a la zona de despegue sin dirigirle una segunda mirada?

Ahora iba a darles una razón para que lo respeten. A Tony Stark nadie lo subestima.

Caminó sigiloso hasta llegar a los vehículos, pues aunque lo dejaran estar ahí, estaba seguro de que no le permitirían acercarse a ellos. Esperó unos minutos escondido detrás de uno de los tantos Quinjet, cuando finalmente divisó a un hombre preparándose para entrar en el que estaba a su lado.

Avanzó despacio hasta él, cuidando que los otros guardias no lo notaran. Cuando estuvo lo suficientemente cerca robó el arma de electroshock que el hombre tenía en su bolsillo trasero y rápidamente le soltó una descarga en el cuello, dejándolo inconsciente. Tony se apresuró a arrastrar el cuerpo detrás de una de las naves, escondiéndolo de la vista de los demás y acto seguido se metió al Quinjet que estaba por ser abordado anteriormente.

Maldito niño [Starker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora