HATE | Kim Taehyung

Seks

—¡Taehyung, ven, siéntate aquí!

Taehyung entró al bar y vio a sus amigos en una mesa largada. Todos bebiendo algo. Ya había bastantes envases vacíos sobre la mesa, por lo que podía notar, estaban borrachos.

—no he venido para quedarme.—mencionó serio mientras se plantaba en frente de Jimin y Jungkook.
—¿qué sucede?—preguntó Jungkook confundido.
—¿quien de ustedes dos, idiotas, le dijo a esas tres que Eunji me gustaba?—preguntó cerca de la cara de sus amigos aguantando la cólera.
—fue Jungkook. Yo no he hablado con ellas hasta hace una hora.—dijo Jimin en su tono ebrio.
—sí, fui yo—aceptó Jungkook.

Taehyung no necesitó más. Inmediatamente lanzó un puñetazo a la cara de su amigo haciendo que cayera de la silla donde se encontraba. El semblante de Jimin cambió y abrió los ojos como platos al ver a Jungkook caer al suelo. Le ayudó a levantarse y miraba con miedo a Taehyung.

Las chicas presenciaron la escena y miraban a Taehyung con los ojos cuadrados. Este se acercó a las tres y sacó su celular, buscó las fotos que había bajado hace unos minutos.

—no he caído tan bajo como para golpearlas. Así que prefiero que lo hagan entre ustedes.

Taehyung le mostró a una de las chicas las imágenes del celular. Se podía observar claramente a Chaerin con el novio de la chica en poses...inapropiadas. La castaña miró con odio a la pelinegra y a la morena en frente suyo.

—¿cómo te atreviste, Rin?—la pelinegra observó las imágenes y se puso pálida. No podía negar lo que había pasado—. Y tú, ¿lo sabías?—la morena se limitó a mirar con pena a su amiga.

La castaña explotó en ira y se abalanzó hacia las dos chicas en frente. Taehyung tomó su celular e hizo ademán de irse del bar, pero alguien agarró su brazo. Cuando se volteó para enfrentar a la persona que le privaba su libertad, el puño del pelinegro se estrelló en su pómulo. Taehyung cayó al suelo, tosió sangre desde abajo y miró a quien lo había golpeado. Yoongi lo miraba con el ceño fruncido. Se acuclilló y habló.

—¿qué te sucede, Taehyung? Has estado distante ¿y vienes a arruinarnos la fiesta?
—a Jungkook no le gustaría que lo trataran como la tratan a ella.—tosió—. Le dije que no podía decírselo a nadie. Y aún así lo hizo.
—ve a casa. Hablaremos mañana sobre esto.

Yoongi le dio la mano a Taehyung y este pudo levantarse. Guardó su celular en su sudadera y salió del bar. Caminó hacia la casa de Eunji. No era tan tarde como para que se molestara. Se plantó frente a la puerta y tocó tres veces con sus nudillos rojos por el golpe que le dio a Jungkook.

Pudo escuchar los pasos de alguien acercándose a la puerta y rezó porque no fuera la madre de la chica. La puerta se abrió, pudo ver a Eunji asomándose, cuando la chica reconoció a Taehyung abrió la puerta completa.

—Taehyung...
—¡buenas noches, Eunji! ¿Puedo pasar?—le mostró su mejor sonrisa. Eunji asintió con la cabeza un poco dudosa y se hizo a un lado para dejarlo entrar.

Taehyung entró y observó con una sonrisa todo su alrededor. Eunji no era tonta, tampoco era ciega. Obviamente había notado los golpes en la cara de Taehyung y sus labios rojos por la sangre.

—¡qué linda casa! Me gusta la decoración. Amo los floreros.
—Taehyung.
—y tienes cuadros familiares. A mí nunca me ha gustado poner fotos en mi cuarto.—ignoró a Eunji.
—Taehyung, escúchame.—dijo en tono serio. Sin embargo Taehyung siguió alegando.
—¿ella es tu madre? Es muy linda. Mi madre solía decir que si el hijo es bien parecido es porque su madre lo es.

Eunji caminó hasta Taehyung y tomó fuertemente su brazo. El peligris, sorprendido, miró a la castaña en frente de él y dejó de hablar ante su semblante serio.

—¿qué demonios sucedió?—el tono que usó no era el que normalmente había escuchado de su parte. Eunji tenía una voz suave y tímida, y aunque sus acciones fueran introvertidas, sus pensamientos eran muy extrovertidos, si tan sólo dijera lo que pensaba.

Taehyung abrió la boca un poco para poder hablar, pero no lo hizo. Sólo pronunció monosílabos aun estupefacto por el tono de voz de Eunji. Hasta que su ceño dejó de fruncirse y esta vez delataba preocupación.

—suspiró—. Yo...no podía dejar que se salieran con la suya.
—¿que no entiendes que eso me va a crear más problemas? Me irá peor, ahora que saben que tú lo sabes.
—de eso me encargo yo. Tú no tienes por qué preocuparte.
—claro que me preocupo, porque no sólo acabo yo hecha papilla, sino que tú también.—los ojos de Taehyung comenzaban a derramar lágrimas.
—lo siento, yo...no puedo simplemente quedarme callado. Y dejar que te pongan un dedo encima otra vez. No puedo.

Se deshizo del agarre de Eunji y la rodeó con sus brazos. Escondió su rostro entre su cabello. Eunji no sabía cómo responder. Para empezar, no creía que el mismo Kim Taehyung la estaba abrazando, y que estaba llorando.

Taehyung se separó de Eunji y acogió su rostro en sus manos, acarició la mejilla de Eunji con su pulgar. Sus nariz roja y sus ojos irritados delataban que Taehyung estaba demasiado sentido.

—no me lo perdonaría, Eunji.

Tomó las manos de la castaña, y sin su permiso, dio un pequeño beso en sus labios. Un beso que duró menos de tres segundos. Un simple roce de labios. Un beso sumamente tierno y lleno de tristeza.

Taehyung soltó las manos de Eunji. La castaña suspiró y lo miró a los ojos.

—siéntate, voy a curarte.

Taehyung obedeció y se sentó en un sillón. Eunji fue por el botiquín con el que hace unos minutos ella misma se estaba curando y regresó con Taehyung. Sacó alcohol y mojó un algodón con él. Procedió a pasarlo por las heridas de Taehyung. Este por su parte trataba de soltar una queja del dolor que sentía. Aplicó una pomada en la mejilla de Taehyung, una bandita en su ceja y bálsamo en sus labios.

—perdóname, Taehyung. No fue tu culpa lo que me pasó. Y sólo te estoy aumentando problemas.
—no pasa nada, linda.

Taehyung besó la frente de Eunji y se levantó del sofá. Hizo una reverencia y salió de la casa. La castaña suspiró.

—¿qué me pasa? Se supone que lo odio. ¿Por qué tiene que ser tan...? Él.