HATE | Kim Taehyung

Fjorten

Las luces de la habitación estaban apagadas, sólo se podía escuchar la acompasada respiración de Chaerin y el húmedo sonido de la boca de Yoongi recorriendo el cuello de la chica. La luz de la luna se colaba por la ventana de la habitación. El cuerpo de Chaerin se encontraba ahí pero su mente no lo estaba.

—sigues ensimismada en tus pensamientos. ¿Qué es lo que tienes?—preguntó de la nada el pelinegro.

—hablé con Taehyung...también con la chica.—mencionó en un susurro—. Me siento una mierda.

Yoongi suspiró con hastío y encendió las luces de la habitación, Chaerin se exaltó y trató de cubrir su cuerpo en ropa interior de la Luz para que Yoongi no le viera pero él tomó sus muñecas con fuerza, sin permitirle apagarla de nuevo. Rin se quejaba y lloriqueaba sus ganas de apagar de nuevo la luz.

—estoy harto de que siempre hables de Taehyung.—dijo el chico mirando a los ojos de Rin—. Y si él no te quiso yo sí.

Rin le miró con el ceño fruncido en súplica y Yoongi procedió a bajar su rostro hasta su abdomen para besarlo justamente ahí donde se encontraba su cicatriz. Acción que dejó perpleja a Rin, además de hacerla enternecerse por el gesto del pelinegro.

Y tan sólo con esas palabras y el beso, ambos pudieron mejorar la relación distante que tenían y esa noche terminar con las ansias del otro de comerse toda la piel a besos.

[....]

—Park Eunji.

Me volteé a ver al chico detrás de mí. Por un momento me sentí intimidada al ver al pelinegro después de tanto tiempo de no ser acosada por los amigos de Taehyung.
Le miré fijamente, tratando de no demostrar mi miedo interno a que me hiciera algo.

Él comenzó a acercarse a mí, no parecía enojado o con intención de hacerme algo pero el miedo y la ansiedad seguían ahí. No entendía por qué quería hablar conmigo pero no dije nada, esperé a que él dijera algo.

—tengo que agradecerte.

¿Qué mier...?

—ayer...hablaste con Rin—comenzó a explicar—. Ayer pude arreglar mi relación con ella, y no sólo eso, sino que Rin también pudo hablar con Taehyung. Y te lo debo a ti.

—¿a..mí?

—sí. Si tú no hubieras hablado con ella, probablemente las cosas seguirán igual. Así que gracias—una sonrisa amable se asomó por el rostro de Yoongi, que en poco la cambió por una mueca más seria—. Y perdón.—los ojos de Eunji volvieron a su rostro sorprendida—. Perdón por todo lo que tuviste que sufrir por nuestra culpa.—agachó la cabeza apenado—. Hasta ahora puedo comprender el trato tan denigrante que te dimos y te ofrezco una disculpa totalmente sincera.

—yo...

—entenderé si no puedes perdonarme. Yo dudaría también.

—no, no es eso. Te perdono, a ti y a los demás. Pero...¿por qué me trataban así? ¿Por qué de pronto se detuvo todo?

—Yoongi se encogió de hombros con una mueca—. A veces tenemos miedo de las cosas que no hemos visto.

Fue lo último que dijo antes de hacer una reverencia pronunciada e irse sin mirarme una última vez o decir algo más. Me quedé perpleja. ¿Qué acaba de suceder? Entendía su comentario y la metáfora que daba a entender, pero seguía aquí parada como si nada hubiera sucedido y hubiera visto al fantasma de Yoongi, que bueno, por la apariencia del pelinegro cualquiera pensaría que eso es.