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Salí del edificio y caminé calles arriba tratando de recordar cómo llegué al karaoke. Tendría que pararme en algún lugar para ver un mapa en mi teléfono, pero no lo haría tan cerca del edificio del karaoke.

—¡Eunji, espera!

Logró alcanzarme. Cuento de nunca acabar. ¿Qué puedo decir? No tengo un peso elevado, pero me desmayo con dos minutos corriendo. Además de que estoy rodeada de moratones y golpes, tampoco soy de piedra, creí que ya había quedado claro.

—ninguna se te escapa, ¿no es así, Taehyung?—lo encaré.

Mi voz salió rota, obvio, estoy llorando. Pero aún así contenía todo el valor y mi frustración del momento. Pero es que no dejo de sorprenderme, carajo, de dónde saqué el valor. Mierda, Eunji, no te conocía así pero me agradas.

Se exaltó al verme a la defensiva, y en realidad toda la semana he estado en un sube y baja. Cuando normalmente mi humor era lo más irrelevante de todo lo que podía sentir o pensar en el día. Pero claro, era antes de "quiero ser tu amigo, Eunji".

—no soy un puto trozo de carne.—seguí mientras lo señalaba con mi dedo índice—. Te dije desde un principio que esto era una broma de muy mal gusto. No soy la persona indicada para esto, Kim.—se sorprendió aún más, creo que nunca lo había llamado por su apellido solamente.—. Búscate a una chica que no tenga los sentimientos a flor de piel y juega todo lo que quieras con ella, porque yo no soy muñeca de tu estantería.

Sequé mi rostro agresivamente y traté de darme la vuelta, Taehyung volvió a tomar de mi brazo. Me dio la vuelta y me jaló para estrellar sus labios contra mí. De verdad no saben cuánto cuesta resistirse, pero ya he tenido suficiente de juegos hasta ahora.
Golpeé su pecho y me alejé, no soltó su agarre de mi brazo. No llegaba a lastimarme, pero no me dejaba ir.

—¿qué es lo que hace sentirte como un juguete o...que todo es una broma?—preguntó calmado.
—sabes bien de lo que hablo.—enarcó una ceja. Bien, ahora me siento imbécil.—. ¿Es cierto que has besado a todas las chicas de la escuela?

Por una parte no se ni para qué le pregunté. Es decir, no me responderá "oh, cómo supiste. Sí, ya que te besé puedes irte a casa, linda". Claro que no.

—¿quien te lo contó no te dijo que eso es un rumor?—dijo en tono juguetón. No entiendo, ¿de qué se ríe? ¿Qué sucede aquí?
—¿y qué si es un rumor?—pregunté aún sin entender.
—que un rumor es sólo eso. Cosas que se dicen. Un chisme.—no dije nada—. Una noticia sin fundamento que se transmite de boca en boca. Sólo eso.

Definitivamente me vi estúpida. No quita que me sienta de la mierda, pero con más razón quería ir a mi casa a enterrarme en las cobijas y salir hasta el año entrante. Desvíe la mirada, él seguía mirándome, pero no lo iba a mirar. No a menos que me hiciera mirarlo, y no basta con un "mírame".

—mírame.

No, esta vez no, Kim.

—mírame, Eunji.

No puedes conmigo, Kim Taehyung.

—hey—tomó mi mentón con su mano y me hizo mirarlo. Bueno, ya lo logró. Al menos lo intenté.

Mi mirada no decía mucho. No mucho más que estaba enojada, y que me sentía estúpida, y bueno...que me cerró la boca y me hizo mirarlo aún cuando dije que no lo iba a mirar.

—este es un beso.

Con su pulgar y dedo índice acercó mi mentón y me besó. No fue nada especial, duró menos de cinco segundos y fue apenas un pico, pero sin llegar a ser agresivo o instantáneo. Fue eso. Un beso.

—este es el beso que le doy a alguien que me parece linda.

Volvió a besarme. Volvió a ser igual que antes, quizá duró más, pero sinceramente no conté los segundos.

—este es el beso que le doy a alguien con quien quiero tener una relación.

Besó la comisura de mis labios. No fue un pico. No fue un beso normal. Fue lento, con cariño, dando tiempo a disfrutar de cada segundo.

— y este...es el beso para la persona que de verdad me gusta.

Tomó delicadamente mi cintura. Casi no sentía su mano en mi cuerpo, no era territorial, acercó de nuevo mi rostro con sus dedos y con toda la calma me besó. Y lo sentí. Lento, tierno, suave. Calmó cada uno de mis pensamientos anteriores. Un dolor en mi pecho crecía, pero no era relevante gracias a su beso y lo que me hacía sentir.

—¿yo te gusto, Eunji?

No dije nada. Seguía paralizada y sin entender que acababa de pasar. Es decir, me acababa de besar y básicamente decir que le gustaba. Y yo no dije nada a su pregunta.

—no me contestaste eso la semana pasada.

Me acabo de dar cuenta de que su mano sigue en mi cintura. Me volví un tomate al recordar eso, eso y que hace una semana me lo preguntó y yo me enojé cuando me besó. Se que por dentro dije que sí, porque realmente no hay que reafirmarlo. Me gusta. Me encanta. Lo dije.

Pero no pienso decírselo a él.

—se supone que te odio.

Cinco palabras fueron suficientes para provocar su risa. No era una carcajada, fue una risa junto con un bufido. Digo, ¿quién era yo para negarme a Kim Taehyung? No lo estaba haciendo, pero eso parecía.

—pero...—me miró atento cuando empecé a hablar de nuevo— hay tantas cosas que siento y nunca te he dicho. Bueno, sí te lo dije. Ese día que me lo preguntaste...

—¿y sigues sintiendo lo mismo?—preguntó con parsimonia y se acercó a mi rostro.

—me lastimas tanto...—rió. Pude ver su hermosa sonrisa cuadrada. Se acercó a mí y me besó cortamente.

—ven, te llevaré a casa.—rodeó mi cintura y comenzó a caminar a mi lado.

—pero es tu cumpleaños, los chicos siguen ahí.

—¿qué mejor forma de pasar mi cumpleaños si no es contigo?


[.....]

Taehyung me dio tiempo en el camino a casa para poder arreglarnos. Me aclaró que lo que me dijo Amber es sólo un rumor. No podía dudar de Kim Taehyung cuando sonreía como un bebé y entrelazaba nuestras manos mientras me mira dulce. Cualquier otra chica que tenga más experiencia con chicos no se habría conmovido con este gesto de Kim Taehyung, pero para esta chica aparentemente Virgen y relativamente inocente, era todo.

—¿c-crees que pueda pasar?—preguntó tartamudeando.

—¿por qué no? Mamá no llega hasta las ocho, y mi jefa me ha dado el día. Por mis heridas.—saqué la llave de mi bolsa y abrí la puerta—. Pasa.

Taehyung suelta mi mano delicadamente para entrar a mi casa y observarla de nuevo. Esa noche que llegó golpeado, no tuvo tanto tiempo para observar mi casa a lujo de detalle. Hoy sí tenía la oportunidad.

—puedo prepararte algo si tienes hambre, o podemos ver televisión. ¿Que quieres hacer?—sugiero. Taehyung deja de observar mi casa para observarme a mí. Se acerca lentamente mientras sonríe dulce. Cuando llega hasta mí rodea con sus manos mi cintura y acerca su rostro al mío haciéndome sonrojar cual tomate.

Y en lugar de que me bese, decide cerrar su acercamiento en un abrazo, con sus brazos rodea todo mi tronco y espalda y entierra su rostro en el espacio qué hay entre mi cuello y mi hombro. Puedo sentir como aspira toda mi fragancia y yo recargo mi rostro en su hombro y rodeó su tronco correspondiendo su abrazo. También puedo oler su aroma y quedármelo en mi memoria.

—yo te quiero, Eunji. ¿Tú me quieres?

HATE | Kim Taehyung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora