Capítulo VIII - Lo que siento por ti (Parte II)

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Los rayos del sol se colaban por la diminuta ventana, creando una semipemumbra en el cuarto que daba el ambiente perfecto para aquella escena. Jellal abrió los ojos, y los recuerdos de la noche se agolpaban en su mente. Miró hacia su pecho, necesitaba estar seguro de que aquello no había sido sólo un sueño (uno maravilloso, sin duda, pero sueño al fin). Pero no. Una cabellera roja se extendía a su lado, y un ligero peso descansaba sobre su hombro. Estaba seguro de que en ese momento no había un hombre más feliz en todo el mundo.
Abrió los ojos y tardó un segundo en reconocer donde estaba. Aquello no era Fairy Hillls. Su mente le arrojó imágenes de la noche vivida, y no pudo menos que sonreír.

- Buenos días - susurró.

- Buenos días, Erza.

- Yo... Tú... Anoche...

- Te amo - le sonrió él - Y quizá sea tarde para pedirlo, y sea absurdo a este punto, pero...

- Sí, quiero ser tu novia. - le interrumpió ella. Aunque le hacía ilusión escuchar la pregunta, sabía que las palabras no eran el fuerte del mago. Se vistieron tras una relajante (e individual) ducha y bajaron. Eran los únicos que faltaban.

- Buenos días - saludaron todos.

- Maestro, quiero hacerles un anuncio - pidió Erza - Jellal y yo lo hemos hablado y, bueno, creo que vivir en el pasado y aferrarse a los errores del pasado sin darse la oportunidad de crecer gracias a ellos es una estupidez que va en contra de todo lo que Fairy Tail nos ha dejado. Mi corazón está abierto a amar y perdonar, y él lo sabe y estará dispuesto a rehacerse dejando todo atrás. Lo que quiero que sepan es que él lo hará... Conmigo junto a él. - tomó su mano y sonrió - Maestro, Jellal y yo queremos ser pareja, y queremos su aprobación.

Un ligero aplauso se dejó oír. Mientras las chicas sonreían y felicitaban a la nueva pareja, Makarov dirigía una mirada de dureza a Jellal.

- Erza ha pasado un verdadero infierno, y tú tuviste mucho que ver. Si mi hija derrama una sola lágrima otra vez, el infierno será un suspiro.

El joven mago no quiso lucir intimidado, aunque ésto no era nada fácil. 

- Mi vida le pertenece a Erza. Si de ahora en más hago algo que la haga sufrir, tendrá que ser más rápido que yo para acabar con mis días.

Admitir que se estaba dispuesto a la autoeliminación frente a Fairy Tail le pareció a Makarov prueba suficiente (sin contar la sinceridad reflejada en los ojos del joven).

- Excelente. Siendo así, tienen mi bendición. Una vez pasado todo este alboroto, tendremos una celebración como corresponde.

Tras un discreto brindis, y alguna que otra broma, todos saludaron a los recientes novios, e incluso se contactaron con el gremio para dar la buena nueva e iniciar la planificación de la fiesta, la cual con suerte, arrastraría cuatro parejas más.
Erza llevó algunos platos a la cocina, y fue seguida por Jellal.

- Gracias por aceptar mis sentimientos.

- No deberías agradecer nada.

- Pero así lo siento.

- Si realmente quieres redimirte, deja de hablar del pasado y empieza a pensar en un futuro junto a mí.
- Un futuro.... ¿Que involucre un anillo quizá?

- Ya lo veremos.... - sonrió. Esa era la actitud que quería de él.

La tarde se arrastraba lenta, perezosamente. El hechizo de ocultamiento se desvanecería esa noche, y no sería conjurado nuevamente a menos que las cosas se salieran de control. A todos les generaba cierta ansiedad lo que estaba por pasar, pero nadie se atrevía a pronunciar palabra al respecto; les aterraba la idea de romper el silencio.
Tras la hora de la merienda, el maestro consideró que ya era suficiente suspenso.

- ¿Todas son conscientes de lo que está por ocurrir, verdad? - ellas asintieron - Un dragón (o un demonio) conocen el amor una única vez. ¿Todas tienen eso claro? El amor que reciban sea eterno. ¿Se creen capaces de responderlo? - asintieron nuevamente.

- Cuando un dragón está en celo - comenzó Porlyusica - su conducta puede ser llevada al extremo. Todas ustedes subirán ahora mismo a bañarse y por ropa limpia; es muy importante que ellos no perciban el olor de nadie en ustedes, especialmente de un hombre. En el caso de la hembra del demonio de hielo, las precauciones no son tan estrictamente necesarias, pero no estaría de más que lo hiciera; uno de los dragones (se me ocurre el de fuego) podría sentir el olor de alguien más y hacerle burlas que desencadenen en una verdadera batalla - todos suspiraron, era algo que Natsu era capaz de hacer - Afortunadamente, ninguna ha sido marcada, ya que la marca de un dragón representa...

Una pared estalló. Cuatro abrumadoras presencias mágicas se hicieron presentes.

- Ya están aquí...



















































Hola amigos, he aquí la conclusión del episodio Jerza. Espero que les haya gustado. El capítulo nueve ya está en marcha.
¡Hasta la próxima!

Celo de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora