Capítulo IX - ¡En marcha!

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Mientras la tarde caía, la ansiedad se apoderaba de los magos. Hacía más de un día que no sabían nada de ellas ¿dónde se habían metido? Laxus, Gray y Gajeel coincidían en que el maestro tenía que ver con aquello. Natsu probablemente también, pero no tenían forma de saberlo, él apenas les dirigía la palabra.
La verdad era que al dragón de fuego las razones lo tenían sin cuidado, siempre que ella estuviera a salvo (y los motivos fueran lo suficientemente fuertes). Todo lo que sabía era que ella se había esfumado. ¿Lo había dejado solo? La idea lo aterraba. Necesitaba verla. Necesitaba preguntarle por qué se había ido.
La brisa trajo un suave olor a vainilla. <<Luce>> pensó, y su corazón dio un vuelco, pero inmediatamente la ira lo aguijoneó; el olor de otras personas se mezclaba con el de ella, especialmente el de dos hombres: el maestro y Jellal.
<<Se la han llevado>> insinuó aquella voz una vez más <<la alejan de ti. ¿Quién sabe para qué?>>. <<Cállate>> respondió mentalmente. Le daría un voto de confianza a Lucy. Ella merecía el derecho a defenderse.
Se dirigió a toda prisa a la fuente del olor, seguido de los otros que también habían identificado el aroma de sus parejas. Una enorme cabaña en un claro. Su fino oído reconoció la voz de su amada, estaban celebrando algo. ¿Cómo podía estar feliz en una situación como esa? Estaba furioso. Aún así, decidió esperar un poco más (aún estaba plenamente consciente), sabía que Erza, Jellal y el maestro estaban allí, podía sentirlos.
A medida que la hora pasaba, los olores y las voces se habían ido haciendo más intensos. <<Un hechizo de ocultamiento>> pensaron los cuatro. El silencio se había apoderado de la cabaña. Poco después se distinguía un murmullo, la voz del maestro. Sin embargo, no podían distinguir lo que decía. Tras él, sonó la voz de Porlyusica. A ella se le entendía cada palabra; el hechizo se había roto.
Las palabras de la dragona lo enfureciron. Natsu destruyó la pared.

- Ya están aquí - se escuchó en el lugar. Los cuatro magos pasaron por la.reciente abertura.

- Bienvenidos - les recibió Makarov.

- Sin ceremonias, viejo. Si ellas están aquí, es porque sabes exactamente a qué hemos venido.

- No es tan simple, Laxus. Verán, tras ellas aceptar su amor, vendrá una etapa que...

Una cortina de fuego envolvió el lugar. Segundos después, no había rastros de ellos, ni de las chicas.

- ¡Natsu! - resonó por todo el lugar. El maestro y Erza estaban furiosos.

- ¿Están todos bien? - preguntó Jellal.
- Sí, gracias. Porlyusica san, ¿por qué Natsu actuó así? - Wendy sonaba asustada.

- Ese mocoso... Makarov, debemos ir por él. Si ese chico se convierte en dragón estamos perdidos.

- ¿Cómo podremos saber dónde buscarlos?

- Laxus y Gajeel iban a ir a sus propias casas. Quizá deberíamos empezar por ahí, no está tan lejos. - sugirió una voz detrás de ellos.

- ¡Gray!

- ¿Por qué no te fuiste? - quiso saber Porlyusica.

- Es curioso... Ya no estoy molesto, ni cansado, ni ansioso por saber... - se sonrojó - Supongo que sólo quería venir por ella.

- Gray sama, Juvia lo...

- Y yo. - la cortó él. - Ahora nuestra prioridad es encontrar a este idiota. Luego lo resolveremos.

Le dedicó una media sonrisa que quedaría grabada en el corazón de la maga. Él al fin había sido claro (o casi).

- Muy bien. Erza y Jellal los buscarán en la cabaña de Natsu y el apartamento de Lucy. Gray, Juvia y Wendy batirán el bosque. Nos quedaremos aquí por si alguno de ellos regresa. Por favor, cuídense mocosos.

Mientras tanto, en la ciudad

Laxus y Mirajane habían llegado a la casa de él. La ira se leía en los ojos del dragón del rayo.

- Laxus, yo...

- Mira. Estoy furiosos.

- ¿Estás enojado conmigo?

- No estoy seguro.

- ¿Es por el celo?

- ¿Estás al tanto?

- El maestro nos llevó allá para explicarnos.

- Eso facilita las cosas. O sea que sabes lo que siento. Y por qué estás aquí.

- Sí. Y también - la maga se le acercó lentamente - significa que yo te correspondo

- Mirajane...

La voz de Laxus sonó entrecortada mientras veía como una Mira con sonrisa desafiante y un dejo de lujuria en los ojos se le colocaba encima lentamente.




























































Hola amigos, hasta aquí llega el capítulo nueve. ¡Tenemos una nueva pareja a punto de consumar!
Estoy teniendo serios problemas con mi celular, por lo que no sé qué tan frecuente volveré, aunque trataré de actualizar seguido, como hasta ahora.
El capítulo diez empieza a pensarse hoy mismo.
¡Hasta la próxima!

Celo de dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora