Capítulo XV - Los encontraremos

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La cabaña de Makarov despertó con el amanecer. Se reunieron en el comedor, echando fugaces miradas a la complicidad de Gray y Juvia, pero sin hacer comentarios al respecto; probablemente ya había sido difícil para ambos y ahora habían cosas ligeramente más urgentes.

- Buenos días - saludó el maestro - nuestra primera misión hoy será traer con nosotros a los miembros restantes de este vaje para hallar finalmente a Natsu y Lucy.

- Parece que eso no será necesario - observó Gray. Ambos dragones atravesaban el sendero con sus parejas. Al entrar, saludaron tímidamente. La culpa por lo sucedido se leía en sus ojos.

- Bienvenidos hijos míos

- Viejo, yo... - comenzó Laxus

- Felicidades. A los cuatro. Ya podremos hacer las cosas como es debido. Ahora lo mejor es que los pongamos al tanto de todo para ponernos en marcha cuanto antes.

Les contaron todo. Los cuatro magos sintieron cómo se encogían sus corazones. La posibilidad de un auténtico dragón y de que algo le sucediera a Lucy eran demasiado agresivas, lúgubres y tétricamente reales. Las chicas se veían francamente aterrados; los chicos bastante nerviosos.

- Lo importante ahora es poder descubrir dónde están. No es en casa de ninguno de ellos, ni en los bosques. - anunció Makarov.

- ¿Ha pasado un día entero, qué tan lejos la puede haber llevado? - Levy se sentía al borde del llanto. Gajeel la oprimía contra su pecho para tranquilizarla.

- Makarov, movosos, piensen. ¿Cuáles son los lugares especiales para el hijo de Igneel?

- Siempre está en casa de Lucy.

- O en el gremio, pero si estuvieran allí nos habríamos enterado.

- ¿Y si hubieran salido de la ciudad?

- Eso no tiene sentido - explicó Erza - Cuando estuvimos en casa de Natsu y Happy vimos un tablero donde Natsu guarda los recuerdos de todas las misiones que ha hecho junto a  Lucy. Aunque no esté completamente consciente, creo qur buscaría un lugar con significado especial. Y hasta donde sabemos, Natsu no tiene nada de eso fuera de Magnolia.

- ¿Quizá en Hargeon? Ellos se conocieron ahí.

- ¿Y que tal en la casa de rival del amor?

- La coneja nunca fue feliz ahí. Si a Salamander le queda algo de seso, ese sería el último lugar al que irían.

- Tratemos de aplicarle un poco de lógica a esto - sugirió Lecy al ver que no estaban llegando a nada - Sabemos que no están en ninguno de los lugares que frecuentan. Es muy probable que no estén lejos de aquí. También contamos con que sea un lugar relativamente especial, al menos para Natsu. Y creo que deberíamos tener en cuenta que si ya... Natsu podría transformarse. Debería ser un lugar que se adecúe a un dragón ¿no? - dirigió inconscientemente una fugaz mirada a Gajeel. Los ojos de Erza, Gray y el maestro se encontraron.

- Ya sé dónde están - anunció el maestro, y partieron al único lugar que reunía todo lo que Levy había enumerado: la cueva donde Natsu se había criado junto a Igneel.
Cerca del mediodía, tras una pequeña pausa para tomar algo, por fin se acercaron a la cueva. De inmediato supieron que tenían razón, aquel lugar irradiaba una poderosísima cantidad de magia.
Los tres dragones quedaron paralizados. El demonio de hielo se veía sumamente intranquilo. Los demás sentían cierta agitación pero no podían explicar por qué. La visión de aquella cueva los ponía muy nerviosos.

- Makarov - llamó Porlyusica

- Sí... Lo noto.

Habían llegado tarde.

































































¡Hola! Con ustedes un nuevo capítulo de esta humilde historia, espero que sea de su agrado. ¿Adivinen qué se viene en el próximo capítulo?
Gracias por leer.
¡Hasta la próxima!

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