Los magos se miraron. Aquello parecía una mala pasada del destino. ¿Cómo podía ser que de todas las habitaciones hubiera ido a parar a la de ella?
- Juvia puede dormir en otro lado. No se preocupe.
- No, esta es tu habitación. - en cuanto se dio cuenta de que se estaba poniendo en pie, se dio una cachetada mental - Juvia, yo...
- Gray sama se retiró porque la conversación lo incomodaba ¿verdad?
- ¿Cómo lo...
- Gray sama. Juvia no quiere molestarlo. Pero usted sabe de los sentimientos de Juvia.
- Juvia...
- Déjeme terminar por favor. Juvia no quiere exigirlo, pero llegados a este punto Juvia necesita una respuesta.
El corazón del mago se encogió. ¿Cómo podía darle esa respuesta? ¿Cómo podía gritarle que la amaba?
- Yo...
- Gray sama. Juvia no lo dice para reclamarle. Juvia quiere aliviarlo. - la joven le tomó tímidamente las manos, y le dedicó la más resplandeciente de sus sonrisas - Juvia quiere que Gray sama entienda que sin importar la respuesta, ella siempre estará ahí para usted. Porque Juvia lo ama, Gray sama.
Enfocó su rostro, y en aquella sonrisa, Gray encontró la respuesta. Tomó a Juvia por la cintura, y sin mediar palabras, la besó.
El contacto entre sus labios abrió las puertas de la pasión en el frío corazón del mago, quien ante la primer oportunidad no dudó en recorrer con su lengua la tibia boca de la maga, su maga, su mujer. Preso de la pasión, y fiel a su hábito, Gray demoró fracciones de segundo en quedar desnudo, haciendo lo propio con Juvia, cuyas manos recorrían descaradamente aquel cuerpo que parecía tallado por los mismos dioses.
Se detuvo un instante a comtemplar aquella piel bajo la opaca luz de la luna, y entendió que jamás habría otra mujer para él.- Te amo - susurró. Y aprovechóel pequeño shock de la maga para lanzar su rostro a aquellas suaves cumbres que tanto había imaginado. Bajó su rostro aún más para estampar besos y mordidas en aquellas magníficas caderas y recorrer sus piernas, el atributo que él consideraba más perfecto en ella, después de su cálida sonrisa.
Cielo, aquello era el cielo. La piel de Gray bajo sus dedos se sentía como acariciar una nube tormentosa que a cada roce ejecutaba una pequeña descarga sobre ella. Aquel hombre era el éxtasis encarnado; su piel, su olor, la fuerza de sus manos cuando aferró sus caderas, la calidez de su lengua entre sus ¿muslos? ¿Cuándo había llegado hasta allí?- Gray sama, no...
Gray la silenció, tomó sus manos a cada lado de su cintura y le dedicó una socarrona mirada mientras apoyaba la lengua en su centro. Y tras unos cuantos roces más, la maga liberó toda aquella presión de su cuerpo en el más perfecto orgasmo. Gray se situó sobre ella, sujetándole las manos sobre la cabeza con una de las suyas, y posó la mirada en el rostro de su compañera, esperando alguna señal. Juvia levantó la cabeza y rozó los labios del mago en un tímido beso que le enterneció el corazón.
Y entró, colmándola de besos para distraerla del dolor, forzándose a tener control; no podía evitar querer hundirse en aquel cálido, húmedo y estrecho lugar. El deseo aplastó al dolor, y las caderas de ambos se acompasaron en un frenético goce. Un calor se formó en sus vientres, y creció con cada estocada hasta explotar en un orgasmo que dejaría a ambos completamente rendidos al placer. Era una sensación maravillosa y vaga a la vez, como flotar a la deriva en un ancho y calmo mar.
Él la abrazó posesivamente y se tumbaron a ver la luna en silencio, simplemente disfrutando del otro, convencidos de que estaban exactamente donde debían estar.
¿Qué hace más fuerte el corazón de un guerrero? ¿La experiencia en batalla? ¿La fe en sus compañeros durante la misma? ¿O el amor de una buena mujer? A Gray no le importaba realmente. Después de todo, tenía las tres cosas juntas entre sus brazos.¡Hola! Hasta aquí el capítulo de hoy, dedicado a los GrUvia shippers, especialmente a WinterCeratiSodera que me acompaña en todas las redes sociales. El NaLu está a la vuelta de la esquina.
¡Hasta la próxima!
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Celo de dragones
FanfictionLa etapa del celo en el dragón es la más violenta de entre todas las especies; no importa cuál sea la reacción del mismo ante ésta (sueño, hambre, deseo sexual), todo será llevado al extremo. El período de celo no suele ser largo en sí, pero es muy...