Madame G

455 68 19
                                    


Diamantes relucían en aquel pálido cuello.

Un rojo vestido se ceñía a tan esbelta cintura, mientras ella se colocaba los largos guantes negros que hacían juego.

A sus pies Jeremy se encargaba de atar el cinto de sus altos tacones color negro.

Val por su parte había elegido una nueva creación de aroma, una combinación de jazmín y rosas.

Un perfume suave pero elegante, embotellado en una pequeña botella de cristal azul.

-madame su limosina espera-

-dile al chofer que madame bajara enseguida-respondió Val en su nombre.

-enseguida-

-madame Trager me pidió informarle que Waylon ha llegado su hogar-

Ella solo sonrió ante aquella sublime noticia.

Su Darling estaba aquí.

Relamió sus labios ante la sola idea.

Pero sabía que debía tener paciencia.

-desea que lo invitemos-

-no, esta noche cenare contigo Jeremy, ya tendremos tiempo de saludar a nuestro joven técnico más adelante-

-está ansiosa verdad-

-hablas demasiado Blaire, no recuerdas lo que te paso la última vez-

-que puedo decirte, amo el dolor....-susurro mientras acariciaba sus cicatrices sobre su camisa color vino.

-guarda esos deseos para la cena, por cierto que elegiste hoy-

-un prestigioso valet se presentara en el gran teatro esta noche-

-no me gustan las bailarinas, tienen un sabor desagradable-

-y que me dices de un millonario que se presentara con su joven amante-

-eso cambia las cosas querido-

-solo pienso en darte lo mejor mi amada-

-bueno esto se está poniendo demasiado cursi-interrumpió val, mientras encendía su cigarro.

-porque no vas a ver a Blake, seguro que tu pequeño camarógrafo ya debe haber despertado-

-no ir muy lejos, pero tienes razón, debo ir a alimentarlo-

Val sonrió y se fue mientras le hacia una seña con su dedo miedo a Jeremy.

Este la detuvo antes que cruzara la puerta.

Metió aquel dedo en su boca y dio un fuerte mordisco.

-cabron me tardare dos días en recuperarme-

-alégrate, tendrás a Blake para distraerte esos dos días....que tengas buena noche- se carcajeo mientras extendía su mano a madame, quien sonriente la tomo y salió del hotel junto a su compañero.

Era hora de divertirse.

Solo ellos dos y tantas posibles presas esperándola bajo el brillo de la luna y las estrellas.

*

*

*

*

No hay nada más maravilloso que despertar a mitad de noche y ver a tu amante completamente desnudo cabalgando sobre tus caderas.

Cabe aclarar que esto sucedía más comúnmente de lo que cualquiera imaginaria.

Pero no por ello se quejaba.

Miles Upshur a sus 37 años era todo un experto en el placer físico y mental.

Una sola palabra y podría tener cualquier amante a sus pies, ya sea mujer u hombre.

-porque siempre me despiertas así-

-me gusta como tu pene se pone duro en mi entrada aun cuando tus hermosos ojos no están mirándome-

Con firmeza atrapo aquellas voraces caderas, forzándolo a mirarle directamente en sus ojos.

-mis ojos no son lo único que te pertenece-

-es usted muy atrevido capitán Walker-

-bueno usted no se queda atrás mi amado reportero, solo mírate....dime Little pig cuantas veces te ha hecho correrte mi verga esta noche.-

-tres y contando-susurro mientras se masturbaba rápidamente.

Forzando a su semen a cubrir a su amante por completo.

Y claro está la apretada entrada de Miles era suficiente incentivo para obligarlo a correrse.

Haciendo que por primera vez en toda la noche Miles gritara su nombre.

-estas satisfecho al fin-

-solo por ahora...que tal si me llevas a cenar esta noche-

-lo que tu desees, solo pídelo...-

-quiero una hamburguesa, patatas y una malteada de fresa, y quiero mi juguete especial-

-que están regalando esta vez-

-no lo sé, algo estúpido de alguna caricatura, pero lo quiero para nuestra colección-comento alegremente mientras señalaba el enorme librero en su pared, donde Miles exhibía todos los juguetes que Chris le compraba.

Debía haber más de cinco mil, pero ante su vista ese mueble estaba vacío.

Demasiados huecos por llenar.

-no me gustan los huecos-

-lo se mi amor, que te parece si te llevo a la juguetería de regreso a casa-

-me encantaría, por cierto que sabes del nuevo juguete de Gluskin-

-Waylon Park, no he podido verlo, pero Frank dice que el jefe ya ordeno que organizaran un baile para darle la bienvenida-

-quiero verlo-

-sabes que si tuviera más poder te cumpliría ese capricho, pero Trager está ahora con el-

-lo odio...ojala lo aplaste el elevador algún día-

-estoy seguro que eso te encantaría, tomarías cientos de fotos y adornarías nuestro salón con ellas por los próximos años-

-tú sí que me entiendes....mi dulce y gordo amor....mi alma gemela-

Chris sonrió ante el sarcástico tono de Miles, pero aun así lo cargo para llevarlo al baño.

Si no se daban prisa la fuente de sodas cerraría, y su dulce Little pig no estaría muy feliz.

Y nadie en el hotel quería ver a esa parte de Miles, escapar de nuevo.

Amaba a ambos, pero el....

Bueno era aún más caprichoso y con un carácter tan especial.

Calmarlo tomaba hasta semanas.

Sabía que debía agradecer a Billy por tenerlo, pero...

Ese precio fue bastante caro.

Aun así el seguirá pagando por ello.

Sin importar cuantos años más tuviera que hacerlo.

Pensó mientras miraba las enormes cadenas que adornaban sus brazos.

Hotel Mount MassiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora