Shail se sentó a la mesa. Había sido el último en levantarse, sorprendentemente. Había supuesto que los viajeros necesitarían descansar, que estarían cansados del lago viaje. Sin embargo, parecía que, en realidad, estuvieran más despiertos y activos que él. Incluso con lo que ellos habían averiguado en las últimas semanas.
Victoria sonreía débilmente mientras Zaisei le preparaba el desayuno. Erik y Marta susurraban en otro rincón de la mesa, mientras que Hoight, Miriay e Iszar les miraban, sin comprender nada. Después de todo, habían llegado la noche anterior, muy tarde, y ni siquiera les habían presentado. Tampoco es que Shail creyera que estaban realmente allí, o que entendiera los motivos de su visita. La mayor parte de las últimas horas había sido solo un sueño para él, el volver a ver a Victoria, al pequeño Erik y a Christian. El shek se había marchado después de que su familia se instalara, sin siquiera dormir. Había agradecido la hospitalidad, pero tenía asuntos que resolver, había dicho. Asuntos importantes. Y, dado que Jack y Eva no estaban, Shail y Zaisei no habían dudado ni un instante de la importancia de aquel trabajo.
Shail sabía que Victoria no se hubiera separado de Jack jamás, ni muerta. Por tanto, debía de ser algo muy grave, por lo que habían vuelto a Idhún. No era tan tonto como para pensar que no estaba relacionado con la huella que habían encontrado en el bosque.
-Chicos- dijo, cuando todos se hubieron acomodado para desayunar-, estos son unos viejos amigos nuestros. Son… Victoria y su hijo Erik.
-Y yo soy Marta- se presentó esta, que tenía claro quién era él. El hechicero que ayudó al unicornio-. Encantada.
-¿Por qué estáis aquí?- preguntó Zaisei, que podía sentir una profunda tristeza en sus almas.
-Las cosas… se nos han complicado un poco últimamente- respondió Erik, poniendo una mano en el hombro de su madre.
Victoria era muy fuerte, sabía Shail. Cuando perdió a Jack la última vez, sin embargo, se tornó un ser vengativo y destructor. Vacío y sin magia, sin felicidad. Shail lo recordaba, aunque no deseaba hacerlo. Y ahora parecía igual de vacía, como si llevara demasiado peso sobre sus hombros. Más del que podía soportar. Zaisei se preguntaba por qué la vida siempre parece castigar a los que ya llevan muchas cicatrices encima.
-Confiábamos en que podríais ayudarnos…- Erik echó una rápida mirada a los niños, que le escuchaban atentamente. Tenía sus dudas sobre si debería comentar algo en su presencia, mas al final decidió que no importaba- a encontrar a Jack y a Eva.
-¿Están aquí, en Idhún?- Shail arqueó una ceja.
Erik tragó saliva.
-Eva sí, estamos bastante seguros…
-No sabemos dónde está Jack- retomó Victoria, sorprendiéndole-. Cruzó el portal con nosotros, y luego… no estaba al otro lado.
-Quizás se perdió por el camino- murmuró Hoight, a lo que su padre le respondió con una severa mirada. No era el momento, definitivamente.
-Os ayudaremos en todo lo que podamos- prometió Zaisei, cogiendo a Victoria de la mano-. Averiguaremos qué está ocurriendo.
-¿Han pasado cosas extrañas por aquí también?- preguntó Marta, mirándola directamente.
-Algunas… Pero no sabemos si puede tener nada que ver- aseguró la celeste.
-Todo tiene que ver cuando se habla de profecías- murmuró Victoria, tristemente.
-¿A qué te refieres?- se extrañó Shail-. ¿Una nueva profecía?
Victoria asintió.
-Al menos eso nos dio a entender Shizuko, la shek en la Tierra.
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Memorias de Idhún: Hexágono
FanficErik y Eva han crecido en la Tierra, de espaldas a su verdadero mundo. Sus padres no les han revelado nada y ellos no sospechan, hasta que en la adolescencia, se empiezan a mostrar en ellos poderes y experiencias que exigirán la vuelta a Idhún...