POV Nathaniel
Quien me había llamado era...Castiel. No pude ocultar mi sorpresa, no lo esperaba. Se acercó a mí y me tomó del brazo, evitando que pudiera escapar. Mi mirada interrogante no pareció serle indiferente, me miró fijamente y como si me hubiera leído la mente, habló.
-Estoy aquí porque quiero hablar contigo - su mirada penetrante por un momento hizo que dejara de pensar en todo. Cuando me di cuenta de lo que pasaba, intenté librarme de su brazo, sin éxito.
-¡Suéltame! - mi brazo estaba agarrado muy fuerte, aún así intenté nuevamente removerlo de su agarre - No hay nada que hablar - intenté sonar indiferente, pero en el fondo estaba muy nervioso.
-Tal vez tú no tengas nada que hablar conmigo, pero yo si - y diciendo esto me arrastró hacia una de las aulas que parecía estar completamente vacía.
Ya en la habitación, soltó mi brazo por un momento, pero cuando vio que intenté salir de allí tomó mi mano fuertemente causando aún más sorpresa en mí.
-Yo...me arrepiento - sus palabras me molestaron ¿De qué servía ahora arrepentirse de las cosas? Francamente no lo entendía.
-¿De qué estás hablando? Si es por lo que pasó con Debrah, ya - interrumpió mi frase abruptamente.
-No hablo de eso. De lo único que me arrepiento es de...no haberme dado cuenta antes de que tú... - su mirada fija se sentía cada vez más cerca, acelerando un poco mi respiración.
-No entiendo nada de lo que estás diciendo - aparté mi mirada de él ¿Qué rayos pasaba por su cabeza? Definitivamente no entendía que le pasaba hoy.
-Lo que quiero decir es... - su otra mano acarició mi mejilla mientras se acercaba cada vez más a mí.
-¿¡Qué rayos estás haciendo?! - con un manotazo aparté su mano de mí, ya empezaba a ser extraño todo esto - ¿Te sientes bien? ¿No te golpeaste la cabeza por casualidad?
-¡No! Ahora entiendo todo... ¡¿Por qué cuando intento ser atento te comportas así?! - parecía haberse irritado un poco ante mi reacción.
-¡Porque tú no eres así, idiota! - solté por fin mi mano de su agarre, mientras lo miraba de forma extraña - ¿Qué te pasa?
-¡Nada! Solo...quería ser más cercano a ti - dijo pareciendo algo contrariado.
-Esto es muy raro... ¿Tanto así te afectó el descubrir cómo es Debrah en realidad? - su actitud ya me estaba dando miedo.
-¡No! ¿Por qué metes a esa tipa en esto? Esto es algo entre tú y yo - parecía muy molesto por escuchar ese nombre.
-Entonces ¿por qué actúas tan extraño? ¿Te sientes culpable o qué? - dije levantando una ceja.
-¿Yo, culpable? ¿Por qué? - dijo como si fuera yo el que estaba diciendo cosas extrañas.
-¿Por lo que pasó con esa mujer? - lo dije como si fuera lo más obvio.
-¡¿Ah?! ¿Por qué tendría que sentirme culpable por eso? - dijo algo irritado.
-¿No será por el hecho de confiar en ella y no en tus amigos de verdad?
-¿Y yo cómo iba a saber que me estaba engañando? ¡Yo no tengo la culpa de nada de lo que pasó! - en cuanto escuché eso, pensé "solo hay una explicación, ¡Castiel!"
-¡Ah, OK! - rodee mis ojos - Bueno, si no tienes nada importante que decir me voy.
-¡Oye, no he terminado de hablar contigo! - frunció el ceño.
-¿Qué quieres? - dije después de lanzar un suspiro.
-Yo solo quería hablar contigo un poco... - hizo una pequeña pausa - quisiera ser más cercano a ti. Creo que te juzgué mal.
-¿De qué sirve eso ahora? Yo te odio y tú me odias ¿Qué caso tiene intentar llevarnos mejor ahora?
-¿Y quién dice que yo te odio? - su mirada era tan seria que me asustó un poco.
-¿Eh? Pero si tu lo dices siempre... no entiendo porque cambiaría eso ahora.
-¡Yo no te odio! - parecía realmente alterado - Y yo sé... que tú tampoco me odias.
Mis ojos se abrieron demostrando mi sorpresa. Estaba muy nervioso ¿había visto a través de mí? No, eso no podía ser.
-¿Cómo puedes estar tan seguro? - mi ceño se frunció ¿Qué se creía? ¿Por qué tenía tanta confianza en eso? No tiene ninguna certeza de lo que dice.
-Porque lo sé - se acercó mucho hacia mí, casi acorralándome en la pared - ¿Por qué no lo admites de una vez? - se esbozó una sonrisa en sus labios.
-¿Admitir qué? - esta situación me estaba preocupando.
-Ya sabes... que tú - el sonido de los altavoces interrumpió de forma escandalosa su frase, tanto así que tuvimos que taparnos los oídos para no quedar sordos.
"El instituto cerrará sus puertas en breve, favor de retirarse todos los alumnos del establecimiento"
¿Tan tarde era? Y yo que pensaba volver temprano a casa... Espera, ¿qué hora es?
Me precipité a buscar la hora y en cuanto pude verla el pánico se apoderó de mí. Sin pensar en nada más que en llegar a casa salí del aula.
-¡Oye, ¿a dónde crees que vas? Todavía no termino de hablar contigo! - dijo bastante molesto por la situación.
-Lo siento, me tengo que ir - el pánico era mayor a cualquier cosa. ¡Rayos! ¿Por qué no me di cuenta de la hora? Ahora todo mi día estaría arruinado.
No podía pensar en nada más que en mi casa y mi padre cuando salí del instituto. Sabía que no debía llegar tarde, pero... lo hice otra vez. Me sentía tan estúpido y frustrado, no podía hacer nada, solo podía esperar lo peor en esta situación.
No tuve tiempo siquiera de pensar en la actitud de Castiel, mi mente estaba definitivamente en mi padre. Cada vez sus golpes era más y más fuertes y siempre buscaba cualquier excusa para desquitarse conmigo, mi cuerpo y mente estaban agotados. Quería que este infierno terminara pronto, pero aún quedaba mucho para poder librarme de esto y ya no sabía cuanto más resistiría.
No pude dormir muy bien esa noche y mi cuerpo temblaba por el dolor. Cerré mis ojos lentamente imaginando que el día de mañana tal vez... solo tal vez sería diferente a hoy.
ESTÁS LEYENDO
Te quiero... ¡Te odio! Te amo
FanfictionNathaniel, el delegado principal, no ha tenido una vida fácil. Los caprichos de su hermana, el odio e indiferencia por parte de sus padres y sobre todo...el rechazo por parte de la persona que alguna vez fue su primer amor. Mientras intenta disimula...