Capítulo 26

541 51 1
                                    

POV Nathaniel

Ya han pasado unos días desde que comencé a enseñarle a Kim. Después del incidente con Castiel, creí que me preguntaría algo, pero solo se limitó a preguntar si todo estaba bien para luego retomar nuestras clases como si nada hubiera pasado. Valoro mucho su discreción, cualquier otro estaría intentando averiguar que pasó o al menos se lo comentaría a alguien, sin embargo ella parece no haberlo hecho, eso debe ser porque ha ignorado por completo el tema.

Hoy habrá una reunión en el gimnasio para hacer un anuncio, la verdad ignoro de que se tratará, esta vez la directora no ha mencionado nada acerca del tema. Solo espero no tener más trabajo, desde hace tiempo que estoy harto de mi rol dedelegado y no quiero tener que soportar otra carga.

Desde ese día no me he encontrado mucho con Castiel ya que estoy muy ocupado, si no es mi trabajo de delegado es enseñarle a Kim y si no son las charlas largas con Armin sobre el juego que me enseñó recientemente. Ya que no nos hemos visto mucho, parece que el pelirojo ha estado de mal humor esta semana, aunque no he hablado mucho con él por lo que solo puedo notarlo superficialmente.

El día pasó volando y el momento de reunirse en el gimnasio llegó en un parpadeo. Todos se dirigieron hacia el lugar, la mayoría sin mucho entusiasmo, se notaba en sus caras que lo único que deseaban era que todo terminara pronto para poder irse a casa. Entre la multitud pude notar la silueta de Castiel, caminando sin muchos ánimos, pensé en llamarlo y acercarme, pero había tantas personas que no pude hacerlo. Al final la reunión terminó sin que pudiera siquiera hablar con él.

Habían anunciado que se celebraría una jornada de arte en el instituto y que familiares y amigos estaban invitados al evento. En otra ocasión estaría algo emocionado, ya que el arte y la música siempre me han atraído, sin embargo en lo único que pensaba era en que quería ver a Castiel y hablar con él, tan solo hablar sería gratificante para mí, es por eso que salí un poco deprimido del instituto.

-¿Buscabas a alguien? - la voz resonó en mi mente. Instintivamente volteé para saber quien era, aunque con solo escuchar su voz podía distinguirlo claramente del resto de la bulliciosa calle.

-Tal vez... - levanté una ceja y sonreí. Parecía que había leído mi mente.

-¿Ya te vas a casa delegado? - sonreía al igual que yo. Creo que ambos teníamos el mismo pensamiento.

-Si...aunque si alguien tiene algo que proponerme, puedo quedarme más tiempo. - pasamos por la cafetería que estaba a un costado del instituto.

-Que curioso, justo ahora tenía pensado pasar la tarde sentados bajo un árbol comiendo alguna cosa. - enseñó una bolsa de papas fritas que sacó de su mochila.

-Está bien, acepto. Pero nada de golosinas. - y con eso nos dirigimos lentamente hacia el parque.

Al llegar a la entrada, una persona familiar se divisaba, parecía estar esperando.

-¡Nath! Te estaba... - al ver a Castiel enarcó una ceja en señal de pregunta. 

-Ámber, ¿qué estás haciendo acá? Deberías volver a casa pronto. - la situación era incómoda. Sabíamos que nuestra supuesta relación no debía ser expuesta y justamente nos habíamos encontrado con la persona más problemática del mundo.

-Quería que fuéramos a casa juntos... - dudó un momento si mencionar o no lo que quería decir delante de Castiel. - ...para hablar sobre la jornada de arte y saber si nuestros padres pueden ir. - estaba haciendo "esos ojos", los falsos ojos de cachorro abandonado para conseguir lo que quería. No pude evitar suspirar, sabía que no se detendría hasta conseguir lo que quería.

Te quiero... ¡Te odio! Te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora