Capitulo 1

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Al fin comenzaba con mi curso clínico. A mis 21 años, lo único que quería era trabajar, no porque lo necesitara tanto, aunque la verdad es que ganar algo de dinero no me vendría nada de mal. Desde que murió papá hace 8 años, las cosas en casa andan "justas" se podría decir. Estudio la carrera de medicina en la Universidad Central de Konoha y voy en 4 año, que es cuando recién podemos optar a trabajos "clandestinos" se podría decir, después de todo, estando no titulada a pesar de lo mucho que me esfuerce, no valgo demasiado.

Me levanté llena de entusiasmo y me preparé para lo que sería mi primer día oficial de práctica. Abrí la cajonera para sacar mi delantal con el nombre "Sakura Haruno", bordado con un hilo rosa, y lo eché dentro de la mochila. Bajé apresuradamente a tomar el desayuno y luego, subí a despedirme de mi madre que seguía dormida.

Mamá…. me voy al hospital… - le hablé desde la puerta.

Pude observar sus rosa cabello moverse a medida que ella se giraba hacia mi. Apenas abrió los ojos.

Suerte…

Gracias… - me preparé para salir, pero me llamó para detenerme.

Quiero que hoy vengas temprano… lo más que puedas… vamos a tener una cena especial – habló comenzando a frotarse los ojos.

¿Vas a cocinar tú? – pregunté algo irónica. La cocina nunca había sido su fuerte…

La vecina me prestó un libro… así que lo intentaré… - contestó entredormida.

Haré mi máximo intento… - respondí.

Salí a toda velocidad de casa, ya que al menos iba unos 3 minutos tarde. Por supuesto, ustedes pueden pensar que 3 minutos no son nada, pero en mi carrera pueden costar. Nuestros profesores son bastante severos con los tiempos de llegada y mis compañeros se pelean los pacientes y trabajos, como aves de carroña, así que un minuto perdido me puede costar una buena nota, y ese es un lujo que me podría costar la beca.

Estuve en la parada de autobús y espere unos minutos. Finalmente vi el letrero de la universidad en un autobús y me subí rápidamente. Éstos iban bien rápido, pero sumado el tiempo de espera, ya iba 5 minutos tarde. Saqué mi celular para ver la hora… 8:35, en eso mi teléfono comenzó a vibrar, era Ino. Lo abrí y contesté.

Ino… - hablé calmadamente.

¡Sakuraaaaa! – gritó algo espantada.

Ino… tranquila… ¿qué pasa?

¡Apresúrate! – habló con nerviosismo – hoy no estará Sarutobi, está enfermo creo, así que no te salvas… fijo que entrega los pacientes al comienzo.

¡Mierda! … gracias – y colgué.

Sarutobi había sido el médico que había tratado el cáncer de mi padre, así que lo conocía de hace bastante tiempo y además, tenía una especie de afecto casi de abuelo conmigo, aún así, era más exigente de lo normal, ya que según sus propias palabras quería que yo llegara a ser excepcional.

Minutos más tarde me encontraba finalmente frente a las puertas del hospital, las cuales atravesé a toda velocidad. Entré al baño, me puse mi delantal y fui al auditorio. Había un silencio sepulcral y pude ver en la ventana que estaba sobre la puerta que estaban pasando unas diapositivas. Se escuchaba la voz de un hombre que hablaba, pero no lograba escuchar claramente lo que decía, así que me decidí por abrir la puerta… ¡error! Estaba bastante oscuro pero pude ver como la persona que dirigía la clase inaugural, detenía por completo su discurso, viéndome fijamente y provocando, a la vez, que todo el resto de mis compañeros imitara su actitud.

Disculpe… por el retraso… - dije con voz de respeto, pero su tono de voz se volvió muy severo.

Nombre… - pronuncio con una voz ronca y a la vez molesta.

Mal pronósticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora