Me planté bajo la ducha, así quizás lograba sacarme de encima el día que había tenido. No fue malo en su totalidad, atendí bastantes pacientes, aprendí cosas nuevas y como siempre, Jiraya me alegraba el día con especial interés en las esmeraldas tristes con las que había llegado a verlo, refiriéndose a mis ojos creo. De inmediato cambié la cara y eludí máximamente el tema de mi vida en general, a pesar de que me preguntó específicamente por ciertos temas, pero cuando le dije que hoy saldría a cenar con Sai, terminó el interrogatorio como un niño amurrado.
Salí de la ducha, arreglé mi cabello, me maquillé un poco, me puse un pantalón ajustado, mis zapatos planos típicos y una polera linda, no de calle, pero tampoco muy formal. Me veía bien, pero tenía una extraña sensación de amargura en mi garganta.
Miré la hora… 7:30. Estaba bien de tiempo. Fui a la cocina a buscar algo para comer. Sí… sé que saldré a comer, pero a mi defensa debo decir que el almuerzo no lo disfruté en lo absoluto y no me puedo aguantar media hora, así que necesito algo de glucosa.
Mi madre se encontraba frente a una taza de té, como siempre, ya que no era muy buena para comer, al contrario, estaba en esa etapa de la vida en la que vivía en función de cuidar su cuerpo. Fui al refrigerador y saqué jugo y queso. Me serví un vaso y me preparé un pan con queso derretido, total, aún era temprano y simplemente volvería a lavarme los dientes.
Me afirmé en el mueble y miré a mi madre ver la televisión algo aburrida. Ella lo notó y me vio curiosa.
- ¿Vas a salir? – bebió un sorbo de su taza de té.
- Si… saldré a comer – di una mascada a mi sandwish improvisado y ella levantó una ceja.
- ¿Y porqué comes antes? – negó con la cabeza – deberías cuidar tu figura Sakura.
- Tengo hambre… - solté con fastidio, volviendo a dar otra mascada. No iba a manipular mi pobre estómago con sus discursos fitness.
- ¿Y con quién saldrás?
- Con Sai… - solté despreocupada.
- ¡¿Sai?! – genial… iba a hacer un show. Me maldije internamente por no mentirle, aunque era probable que él entrara a saludarla - ¿volvieron?
- No madre… saldremos de amigos – me miró con preocupación y yo traté de creerme mi reciente discurso.
Sabía que mi madre lo adoraba, no porque hubiese sido el novio perfecto, sino por la cuenta corriente que tenían sus padres. Su apellido era tan famoso como el dineral que portaba.
- Es un buen chico para ti… - era obvio que saldría con eso, así que traté de cambiar el tema.
- ¿Y tú... qué harás? – buena forma de huir. Sabía que le encantaba hablar de si misma.
- Ayy… - hizo una cara de aburrimiento – no sé… Sasuke no me ha llamado – me miró - ¿lo has visto o has hablado con él? – me puse nerviosa, no sé porqué.
- No… - me corregí – o sea… al almuerzo le ví un poco – di un sorbo a mi jugo y luego comí pan.
- Lo llamaré… - soltó – se me ha ocurrido una idea genial.
- ¿Lo invitarás a casa? – me parecía perfecto que se viniera a divertir un rato con mi madre mientras yo comía y así me ahorraba tener que verle la cara ¡Imbécil!
- ¡No! – negó llena de picardía – saldremos los cuatro ¿qué te parece?
Sentí que me iba a ahogar con el pan. La miré con asombro mientras tomaba su teléfono y llamaba a Sasuke. Parecía que más que una pregunta, me avisaba que lo haría.
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Mal pronóstico
FanfictionAntes que nada quiero aclarar que está historia no me pertenece, y tampoco las imágenes que aquí aparecen...! Los personajes...todos sabemos a quién pertenecen así que no son míos... Esta historia es una de las mejores historias que e leído...doy gr...