—Pide un deseo— murmuró Vic en el oído de Kellin, causándole escalofríos— Pide los que quieras, las estrellas no dejarán de caer.
Kellin sonrió tiernamente y cerró sus ojos para concentrarse y pensar en un buen deseo, uno del que sabía que no se arrepentiría jamás.
Vic lo observó atentamente y sonrió de manera ladina al ver como Kellin movía sus labios, susurrando su secreto y dejando que llegara a las estrellas fugaces que les ofrecía esa bella noche en San Diego.
—¿Qué pediste?— preguntó Vic cuando Kellin abrió los ojos—.
—Mi deseo no se cumpliría si te lo digo— dijo Kellin volteando su cabeza para poder ver a Vic—.
—Eso es un viejo mito— replicó Vic con un bufido—.
—¿Tú ya pediste tu deseo?— preguntó Kellin riendo levemente—.
—Si— contestó Vic volviendo su vista al cielo— Y déjame decirte que pedí más de uno.
—¿En serio?— preguntó Kellin— ¿Cuáles fueron?
—No se cumplirían si te los digo— comentó Vic con una sonrisa burlona—.
Kellin rodó los ojos con una sonrisa divertida y luego dirigió su vista de nuevo hacia el cielo, admirando la lluvia de estrellas fugaces que parecía que no acabaría nunca.
El silencio reinó entre los dos, pero aún así, ninguno de ellos se sentía incómodo, era un silencio que decía más de mil palabras y estaban muy acostumbrados a ellos; era parte de su relación, aquellos silencios los sentían casi necesarios.
—Pedí que siempre pudiéramos estar juntos— confesó Kellin luego de unos minutos y captando la completa atención de Vic—.
—Yo pedí que siempre me amaras— dijo Vic con una sonrisa y volteando su rostro para poder ver a Kellin—.
—Eso ni siquiera tenías que haberlo pedido— dijo Kellin con una sonrisa y volteando a verlo—.
—Es mejor prevenir— replicó Vic acercándose un poco a él— Y tú no debiste pedir que siempre estuviéramos juntos, porque estás loco si crees que te voy a dejar ir.
—No lo decía por ti, Vic— dijo Kellin con una pequeña mueca— Así como están las cosas, cualquiera cree que puede separarnos.
—Y créeme que no dejaría que alguien lo hiciera— dijo Vic enderezándose para sentarse—.
Kellin observó con inseguridad a Vic, dándole a entender que no estaba muy seguro de todo eso, es decir, las cosas en la escuela y en la familia de Kellin habían cambiado mucho, y no para bien.
—Escucha Kellin, tienes que creer en mí— dijo Vic agachándose para quedar a la altura de Kellin— Ya no está Danielle, ya no están tus padres que creen que pueden controlarte, ya no están nuestros "amigos", solamente somos tú y yo, ya no hay nadie más— Vic se acercó un poco más a Kellin hasta que sus narices se juntaron— Y eres todo lo que siempre deseé, eres como mi estrella fugaz.
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I Need To Know [Kellic] (Vers.1)
Hayran KurguLuego de haber estado en un accidente automovilística, Kellin y Vic continúan con sus vidas, sin saber de la existencia del otro. Ni siquiera recuerdan que se aman.