Muñequito |Larry Stylinson| (Omegaverse)

capítulo 10

Capítulo dedicado a:

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Harry gemía y lloriqueaba suavemente, tratando de no hacerlo tan fuerte, no quería ser tan ruidoso pues la noche anterior había gemido como perra en celo por lo bien que Louis Tomlinson lo había follado, no le apetecía que alguien lo escuchara de nuevo, aunque sin embargo sabía que no iba a poder aguantar mucho sin empezar a gemir y gritar verdaderamente.

Su espalda se arqueaba con violencia, sus manos se aferraban a las sabanas como garras tomando a su presa, sus ojos lagrimeaban y sus dientes mordían la almohada con fuerza, tanto que ya le dolía la mandíbula, pero era necesario, necesitaba callar sus lamentos y esa era la única manera de hacerlo.

Y la verdad es que era comprensible el estado en el que se encontraba, la boca de Louis en su parte más íntima y sensible lo estaba haciendo perder la poca cordura que le quedaba, lo estaban llevando al cielo.

¿O al infierno?

No lo sabía, lo único que si sabía es que ese miembro húmedo que lamía y se adentraba en su agujero se sentía como la misma gloria.

— ¡Louis! —Gritó sin poder evitarlo cuando el alfa empujó el rostro, adentrando de manera violenta la lengua en su palpitante y dilatado agujero, su mejilla se arrastró en la almohada hacia enfrente debido al brusco movimiento.

El alfa abrió más las torneadas piernas de Harry dejándolo muy, demasiado abierto y a su disposición. Enterró su rostro de nuevo entre las húmedas y carnosas nalgas, y siguió lamiendo, probando y follando esa cavidad que lo volvía loco. No sabía que tenía el elixir de Harry que lo estaba volviendo adicto, pero realmente no le importaba volverse uno si era de esa esencia tan exquisita.

Se separó un momento para echarle un vistazo a su muñequito. La imagen de Harry todo destrozado por sus actos lo hizo sonreír con suficiencia, bajó la mirada a su actual foco de placer y gimió cuando vio la entrada de Harry dilatada, hinchada y lista para que la poseyera, con el lubricante saliendo a gotas resbalando por los muslos y las paredes comprimiéndose por la expectativa de tener algo adentro.

—Fóllame. —Murmuró Harry apenas entendible debido a que la almohada en sus dientes amortiguaba su voz.

Louis agachó su cabeza y sopló en la entrada de Harry haciendo que el omega se estremeciera completamente y que su piel se pusiera chinita.

— ¿Qué dijiste? —Preguntó haciéndose el que no escuchó.

Harry gruñó, se incorporó un poco con la ayuda de sus brazos y volteó su rostro para encarar al alfa.

—Dije que quiero que me folles. —Habló claro, fuerte y seguro.

Sus hinchados labios temblaron cuando vio la mirada de Louis oscurecerse con esa bruma de pasión que le daba el pronóstico de que lo que vendría sería intenso.

El alfa metió sus dedos a la ya dilatada entrada y comenzó a moverlos lentamente, humedeciéndolos con el lubricante. Los ojos del omega se cerraron fuertemente mientras balanceaba las caderas para conseguir los dedos de Louis aún más profundo.