Capítulo I

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Pov Lucy

Noté el traqueteo del avión al tocar tierra. Guardé el portátil que tenía encima y me preparé para salir sin ser vista.

Al cabo de unos largos minutos la puerta se abrió y unos señores empezaron a coger cargamentos. Salí lo más sigilosa posible y me junté con un grupo de personas que salían de un avión turista hasta llegar al interior del aeropuerto.

Una vez dentro, me estiré provocando que mis huesos emitieran ruidos raros. Después de pasar 15 horas en un avión me sentía exhausta.

Dejando de lado el cansancio me apresuré a entrar a los baños públicos y cambiar mi ropa, no quería arriesgarme.
Me puse una peluca morena y unas gafas de sol, además de cambiar todo mi vestuario. Una vez fuera, cogí el primer taxi que vi y di mi nueva dirección .

Con las prisas no tuve mucho tiempo de pensar en un apartamento, así que cogí el más decente que había.

Estaba al lado de la academia militar, en un edificio viejo, mas concretamente en el séptimo piso, y para mejorar no tenía ascensor.

Era bastante pequeño, un baño con nada más que una ducha, retrete y lavamanos; una habitación con una cama un armario y una cocina-comedor que solo contaba con los electrodomésticos que no sería mucho más grande que la habitación.

Aún así, era todo lo que necesitaba.

Mi equipaje consistía en una mochila y una maleta grande, en la que no había ropa desgraciadamente. Abrí la maleta y empecé a sacar todo el equipo. Dos ordenadores, cables, tres alargadores, pantallas... Todo lo necesario.

Empecé a montarlo todo y conseguí meterme en la red de la Academia, su señal llegaba lo suficiente como para poder entrar en ella sin problema.

Monté una antena y con cinta aislante la pegué al lado de la ventana por dentro, consiguiendo meterme en la red de la ciudad y creando una ficha para entrar a la academia. Una vez todo montado, saqué de la mochila mi poca ropa y mis tarjetas.

Me volví a cambiar de ropa y me puse unos leggins, sudadera, y calzado deportivo. Me puse una gorra y salí del apartamento a inspeccionar más de cerca.

Empecé a trotar por el borde de la valla de la academia mirando disimuladamente. Se veían a lo lejos a los cadetes entrenar, como ya había visto, todo el recinto estaba separado por un muro que dividía mujeres y hombre, sinceramente, no entendía muy bien por qué.

¿Qué razón había para separas hasta a los tenientes por sexos?

La seguridad que tenían era alta, cámaras de vigilancia en cada poste de luz, cadetes en las puertas de todo y sargentos controlando todo.

Pude divisar a lo lejos un hombre rubio vestido de uniforme hablando con otro que no tenía brazo. Aceleré para ver más de cerca pero estaban muy adentro para ver con claridad.

-¡Oye, ten cui- mi cuerpo impactó contra otro provocando que me tambaleara. Miré hacia la persona con la que había chocado y me topé con unos hipnotizantes ojos verdes que me estaban matando en su imaginación.

Lo inspeccioné rápidamente, debía reconocer que era muy atractivo.

-Disculpa- Musité para evitar problemas y salir de ahí rápidamente.

Un pelinegro detrás del chico soltó una carcajada, a lo que yo lo miré mal.

- Mira por donde andas, Tsk- Gruñó el pelirrosa frente a mi, yo sólo asentí mientras rodaba los ojos, le había pedido perdón, tampoco le había matado el canario. 

En fin, militares.

Trote hasta mi edificio y subí las escaleras a un ritmo medio, al llegar me di una ducha y me senté en el suelo frente al portátil (tampoco es que tuviera otro sitio donde poder sentarme). Y estuve un rato intentando meterme en la base de datos de la academia para meter mi ficha e investigar un poco. 

Cuando por fin conseguí hacerlo, ya eran las 12:27 y mi cuerpo fue directo a la cama, cayendo en los brazos de Morfeo al instante.

INFILTRADA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora