Capítulo X

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Anteriormente en la mierda de vida de Lucy

Dos días mas tarde

Desperté de mal humor odiando más que nunca la maldita sirena. Gajeel me estuvo contando anoche hasta las 12 mas emocionado que una colegiala que la peliazul( Que al parecer se llamaba Levi ) Le había dicho que si y que se verían al salir de la base el viernes.

Cuando me levanté supe que algo iba mal, y no solo era el dolor de cabeza que se estaba instalando en mi sien. Cuando el Sargento Dragneel entró a la habitación si mirada se clavó en mi, tragué saliva y seguí en mi posición.

-Señoritas, hoy os libráis de la carrera matutina.-Informó.- Debemos ir a salón de actos por una noticia urgente.

Escuché a muchos murmurar por lo bajo

Esto no me da buena espina.

Actualmente

El escenario estaba ocupado por el General Makarov Dreyar junto a unos superiores más, entre ellos Jude Heartfillia.

-Soldados, he de informarles que próximamente cooperaremos con la C.I.A para ayudarlos en una misión especial. Quiero que de toda la información relevante a sus preguntas se comunique inmediatamente.- Habló con tono autoritario aquel viejo bajito. Mi cuerpo se tensó y el dolor de cabeza se esfumó de repente, al parecer mi madre no era tan tonta como pensaba. La mirada de cierto pelirrosa me traspasó desde el escenario. Estaba firme al lado de un pelirrojo al que creía haber visto antes. Lo ignoré y seguí escuchando al general, el cual informaba de como se harían los interrogatorios y demás. 

Muchos de los soldados tenían el ceño fruncido, al parecer no les agradaba mucho la idea de ser interrogados por una agencia extranjera.

La charla terminó sobre las doce, y nos dieron el tiempo libre hasta la hora de comer. Aproveché para intentar salir del recinto pero habían superiores en todas las puertas. Volví a nuestro edificio y entré a la habitación, la cual estaba vacía.

¿Y ahora qué?

El dolor de cabeza volvió y me masajeé las sienes para intentar quitarlo.

-¿Es a ti a quien buscan?- Me preguntó una voz varonil e insufrible. No me molesté en contestarle.-¿Estas bien?, no tienes buena cara.

-Gracias por el cumplido- Gruñí.

-Deberías ir a la enfermería.-Separé las manos de mi cara y lo miré con una ceja alzada.-¿Qué?.

- Idiota-Murmuré. Si iba a la enfermería justo ahora sospecharían que estoy buscando un permiso para salir al hospital, y llamaría mucho la atención, lo que le confirmaría a Layla que estoy aquí y que quiero acercarme a Jude. Le escuché bufar.

El jueves se hizo tan largo como pudo, mi malestar no mejoraba y tenía que asegurarme de que los micros siguieran dando señal, o no habría valido para nada. Solo esperaba que mañana encontrara algo útil con lo que obligar a mi padre a hablar sin desvelarle a mi madre que estaba aquí. 

Cuando llegó el toque de queda esperé una hora y me levanté tambaleándome un poco. El maldito dolor de cabeza parecía convencido a amargarme la existencia.

Sin hacer ruido salí de la habitación y empecé a comprobar uno por uno todos los micrófonos del recinto, y por último me dirigí al despacho de Makarov. El airé frío me calaba de pies a cabeza, así que apresuré el paso para entrar en el edificio central, pero algo llamó mi atención.

-Te lo he repetido mil veces Liss- La silueta de Natsu era inconfundible, y deduje que la persona a su lado era la peliblanca de la otra vez.- No es solo porque las relaciones entre soldados estén prohibidas, yo pasé pagina hace mucho tiempo.- Oí un sofoco.

INFILTRADA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora