Epílogo

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Todo había cambiado tanto en menos de un año, observé por la ventana del departamento como el sol empezaba a salir, y yo aun no me había acostado. Bostecé. 

Desde que Makarov me ofreció un trato hace 9 meses mi vida había dado un giro importante. Con pesadez me restregué los ojos y volví a enfocarme en el mar de números que tenía frente a mi. 

- ¿Aún despierta rubia?- Escuché su voz a mi espalda. Acababa de salir de la ducha, tenía la toalla amarrada a la cintura y esos abdominales me estaban hipnotizando.

-Estaría durmiendo si alguien me hubiese dejado terminar con esto anoche, teniente Dragneel.- Le reproché.

-No es mi culpa que estuvieses tan apetecible, y no escuché ninguna queja de tu parte.-Sonrió de lado, yo le lancé una almohada. Se empezó a vestir y yo volví a mi trabajo.- Podrías dormir ahora, yo le digo al general que estabas enferma o algo.-Me susurró mientras me besaba el cuello.

-Te recuerdo que al igual que tu trabajo es proteger a este país, el mio es proteger sus datos.-Lo alejé de mi.- Además, como vuelvas a usar esa excusa Makarov me va a mandar de vuelta a américa para que te centres.-Reí. Ese viejo e había propuesto olvidar los incidentes de hace 9 meses a cambio de eliminar las grabaciones y usar mi talento para proteger los datos de su base.

-Que aburrida eres.-Bufó

-Te recuerdo que cuando te conocí lo único que hacías era mandarme a correr en esa horrible pista.- Le espeté. Natsu rió.

-Que rencorosa.-Murmuró a la vez que me besaba, su alarma sonó obligándonos a separarnos.- Nos vemos esta tarde preciosa.-Me dió un último beso y salió de la habitación.

Sonreí como boba, no sabía en que punto estábamos exactamente, pero lo importante era que estábamos juntos. 

La relación con mis padres era otro caso, me costó bastante entender y procesar la muerte de Michelle. Mi madre seguía un poco resentida y no le hacía buena cara a Natsu, no quería que un militar saliera con su hija. En cuanto a mi padre, era difícil intentar restablecer una relación que había estado en pausa durante 15 años, pero él lo intentaba.

Respecto a los chicos de la base, Gajeel tardó bastante en procesar que yo no era un chico y que había abierto su oscuro corazón a una mujer, por suerte desde que fusionaron los pelotones y estaba casi todas las horas con Levy recurría a mis consejos y habíamos mejorado nuestra relación.

Fue interesante ver como trabajaban todos juntos, seguía sin entender por que les gustaba seguir ordenes y esas cosas, pero la verdad es que había entablado buena amistad con la mayoría, aunque eso es otra historia.

Volví a bostezar cerrando el portátil, que ganas tenía de dormir.

Ahora si que fin.

 Tal vez no es el mejor final del mundo, pero lo compensaré con algunas escenas extra que creo que os podrían gustar, aunque no se cuando las subiré.

Ha sido un placer escribir para vosotros, y si os ha gustado informo que planeo subir otra historia Nalu próximamente.

Gracias por todo el apoyo.

INFILTRADA(completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora