Pov Lucy
-¡Esta bien señoritas!- Empezó con su griterío el estúpido pelirrosado. Había dejado su chaqueta en una de las mesas de plástico y llevaba una camiseta negra de tirantes. Sus músculos se contraían a medida que se tensaba, tenía unos hombros anchos y fuertes que hacían juego con sus musculosos brazos.
¿Por qué un cuerpo tan perfecto estaba en un idiota como él?
-Teniendo en cuenta los aspectos de la última vez- Empezó a hablar mirando a Gray- Esta vez consistirá en conseguir un objeto que está en la cima de la montaña sud-oeste sin saber donde o dejaremos. Tenéis un plazo de dos días y medio, y el último en llegar limpiará las botas de todo el escuadrón durante una semana. Y antes de que preguntéis, se puede retrasar a los demás. Y para que nadie se queje de que yo nunca hago nada- Su mirada seguía clavada en Gray, quien sonreía con autosuficiencia.- Yo también participaré. ¿Entendido?.
-¡Si Señor!- Respondimos todos al unísono.
Nos subimos a una furgoneta muy grande y el escuadrón de Laxus nos vendó los ojos a todos. No entiendo como se supone que vamos a ganar en solitario si todos vamos al mismo sitio, además, según tengo entendido los soldados suelen trabajar en equipo ¿No?. La verdad es que no entendía muy bien como funcionaba esta academia.
Después de unos 25 min alguien me tocó el hombro y me sacó de la furgoneta me sentó en la tierra y apretó la venda de mis ojos.
-Hay megáfonos por toda la isla, no te quites la venda hasta que no escuches las señal, a tu izquierda tienes una mochila, si intentas hacer trampas y moverte antes quedarás descalificado, tenemos cámaras.- Me informó una voz, yo asentí sin saber muy bien si me estaba mirando.
Segundos después escuché el sonido del motor de la furgoneta alejarse. No se cuanto tiempo pasó, pero se escuchó una sirena.
Me quité la venda de los ojos, tardé unos segundo en volver a acostumbrarme a la luz, busqué la mochila, que como me había dicho el chico, estaba a mi izquierda, solo tenía una pequeña navaja, una cantimplora, una linterna, cloro (para clorar agua en caso de emergencia) y unas barritas de una pasta muy extraña, no tenían muy buena pinta a decir verdad.
Miré hacía mi alrededor pero solo vi árboles, decidí escalar uno de ellos y tener una visión más alta, cosa que no me resultó difícil, divisé la montaña a mis espaldas y emprendí mi camino.
Caminé, caminé y caminé durante mucho tiempo, y no vi a nadie por el camino, lo que si que encontré fueron unos moras silvestres que, después de comprobar que no estaban envenenadas, guardé con una hoja enorme en mi mochila. La noche hizo que un manto de oscuridad cubriera prácticamente todo mi campo de visión, si mis cálculos eran correctos, la montaña no debería de estar a mas de 100 metros de donde me encontraba. Busqué un par de hojas grandes y las puse en el suelo para evitar que la humedad se adentrara aun más en mi cuerpo. Mi chaqueta sirvió de manta y la mochila de almohada. Comí una de las barritas, que resultó tener un sabor a carne muy extraño, y un par de moras. Me tumbé en el suelo e intenté dormir, cosa que no funciono, cuando empezaron a colarse los primeros rayos del sol me levanté y subí a un árbol para confirmar la posición de la montaña, que como había previsto, ya estaba muy cerca mío.
Cuando había caminado unos 20 metros, escuché un ruido a mis espaldas. miré a mi alrededor pero no vi nada, la tierra se empezó a levantar a mi izquierda y con cuidado me acerqué. No pude evitarlo, pero me empecé a reír.
Un chico que si no me equivoco se llamaba Max Alors y Gray estaban atados con lo que creo que eran una raíces a un árbol. Mi risa llamó su atención, Max se puso hasta rojo y Gray me miró como si quisiera matarme.
-Lucky, ¡desátanos!- Mi risa aumentó. Así que esto era a lo que se referían con obstaculizar a la competencia.
-Lo siento Gray, no me apetece tener que limpiar tus botas malolientes durante un semana- Me burlé, y aún riéndome empecé a subir el sendero de la montaña.
Me pregunto quien les habrá hecho eso.
Una sirena volvió a sonar, pero esta vez le siguió una voz metálica.
-Atención, a todos los soldados, la niña pequeña Asuka Conell ha desaparecido, si alguno la encuentra que la traiga de inmediato a la base, es urgente, podría estar herida.- La voz metálica, que supuse que era del Mayor Dreyar resonó por todo el bosque. Yo negué con la cabeza, estaba claro que traer una niña pequeña a un sitio así era irresponsable, y dejarla sola aun más.
Tardé unas dos horas en subir la montaña, y llegando a la cima, empecé a escuchar un llanto. El llanto provenía de una cueva, me acerqué con cuidado, la cueva estaba muy húmeda y la piedra del suelo resbalaba bastante. A medida que me iba acercando escuché otra voz, que no me costó reconocer.
-¿Natsu?- Pregunté, el llanto paró un segundo al escuchar mi voz. Me acerqué un poco más.
- ¿¡Lucky?- Respondió él con otra pregunta.- Estamos atrapados aquí abajo, pero ten cuidado, que la roca resb- No tuvo ni que terminar, mi pie se deslizó solito, y mi cuerpo lo acompañó. Me caí por el agujero de la cueva. Esperé el impacto, pero en su lugar caí sobre algo blandito.
- Imbéc-La voz de Natsu calló cuando le quité el aire al caer encima suya. Me sobé la rodilla, que no había tenido tanta suerte como el resto de mi cuerpo y había chocado contra el suelo.-¡Te he dicho que resbalaba!
- ¡ Haber avisado antes!- Le grité, miré a mi alrededor y vi a la pequeña Asuka llorando en una esquina.- Y yo que creía que los llantos eran tuyos...- Murmuré para mi, pero Natsu me escuchó y me fulminó con la mirada.
-¡Levántate!- Me gruñó, y ahí fue cuando caí que seguía encima suya.
Me aparté y me dirigí hasta la pequeña.
-Ey princesa- La llamé- ¿Qué te ha pasado?- Le pregunté mientras sacaba su cabeza de entre sus brazos. Tenía un pequeño corte en la cabeza del que salí aun poco de sangre. -¿Te has caído?- Le pregunté, ella asintió despacio.- ¿Por qué no le has curado?- Le reproché al gran sargento Dragneel. Sin embargo, no me respondió, estaba mirándome confundido, fruncí el ceño y le observé esperando a que me diera una explicación. Y fue entonces cuando reparé en lo que sostenía su mano. Una peluca rubia.
- Mierda...
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Y bieeeen ¿Qué os parece pequenios? En nada se viene el comienzo del Nalu
Espero que os esté gustando, Bye pequenios.
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INFILTRADA(completa)
FanfictionUna mudanza nunca es fácil. Menos aún si nos ponemos en la situación de que te mudas a la otra punta del mundo. Pero cuando un objetivo está claro, no puedes dejar que pequeños obstáculos se pongan en tu camino. Lucy Lobster, hija de Layla Lobster...