Capítulo 5

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Narrador:

La mañana transcurrió más rápido de lo que ella se imaginaba, incluso durante el viaje de vuelta a casa le fue de lo más normal. Jongdae no actuó como los días anteriores, al contrario, solo le hablaba cuando lo veía necesario.

Cuando ambos llegaron era tarde, el cielo estaba oscuro y la luz de la luna ayudaba a iluminar un poco las calles. Se despidieron y fueron a sus respectivos hogares, como si se tratasen de dos amigos que habían quedado para tomar un café.

Al día siguiente, ella empezó su rutina diaria, se visitó correctamente para el trabajo y fue a la oficina. Cuando el ascensor la detuvo en la planta deseada, sintió cómo miles de miradas se clavaban en su espalda pero ignoró todo eso y rápidamente fue hacia su oficina donde estaría a salvo de aquellas miradas que cortaban nada más verlas.

En cuestión de segundos, Jongdae apareció en el despacho y obviamente ella lo vio por lo que se levantó de la cómoda silla en la que estaba descansando y se acercó a él.

— ¿Qué tal has dormido?

—Bien, supongo— dijo sin nisiquiera devolverle la mirada. —¿Hay cosas para hoy?—

—Sí, he recibido un mensaje de una nueva empresa que quiere asociarse a la nuestra.

—¿Algo más?— insistió sentándose en su esponjosa y cómoda silla.

—Pues... el trabajo que hice durante el viaje ha sido un éxito.

—Si no tienes nada más para mi, puedes seguir con tus cosas— añadió centrándose en el ordenador.

Ella asintió algo confusa ante el comportamiento contrario pero no le dio suma importancia e hizo caso omiso a su petición, al fin y al cabo era su deber. Así lo hizo hasta que llegó la tarde, el sol caía y él no habia salido de su despacho en ningún momento, solo ordenó a (__) que le trajera algo de comida rápida.

El sol caía y ninguno se habían dirigido la palabra, aunque ella se vio tentada a preguntarle algo, pero no lo hizo.

Jongdae estiró sus brazos hacia arriba aunque de vio algo retenido a causa de la camisa que llevaba. Acto seguido la voz femenina resonó en el despacho mientras que ella misma se acercaba a su mesa.

—Jongdae, una chica de la planta 5 quiere verte... ¿Acepto?

—¿Para qué?

—No lo sé, ella me ha enviado un comunicado rápido hace unos segundos...

—Acepta, dile que venga aquí.

En cuestión de minutos, aquella chica llegó a su despacho. Apenas había gente en la oficina en general porque ya todos estaban terminando sus respectivas jornadas pero aquella chica aún seguía ahí por algún motivo. (__) fue a su pequeño despacho que estaba en el mismo que su jefe y puso su atención en la conversación a pesar de estar mirando el papeleo que tenía entre manos.

—Jongdae, ¿no crees que ya he esperado demasiado tiempo?— refunfuñó aquella chica, acercándose a la mesa.

—¿Esperar? ¿A qué?

—¡A ti! ¡Antes de irte a aquel viaje de negocios me dijiste que tendrías tiempo para mi!— insistió.

—Oh vaya... ¿te dije eso?— comentó levantándose de la silla y acercándose a la chica, que le miraba con deseo. —Verás, a veces digo cosas sin pensar y...  este caso es un claro ejemplo—

—¡Jongdae!— exclamó cogiendole de la camisa. —¿Tan difícil es tener sexo contigo? Se que le has dado esa oportunidad a muchas personas aquí, ¿por qué a mi no?

—Lamento decirte que te has informado mal. Y simplemente no quiero tener relaciones con alguien que me lo pone tan fácil, no me gusta— sonrió acariciando su cabello. —Además deberías de saber que pronto contestaré a un nuevo personal... asi que ve haciendo bien tu trabajo porque ahora estás en peligro, ¿acaso ves normal que aún en mi horario de trabajo vengas aquí para tener sexo? Por favor, márchate—

Aquella chica se fue, con ojos cristalizados ante el rechazo. (__) había escuchado todo y no pudo evitar salir de su pequeño despacho y hablar sobre el tema con Jongdae.

—¿Tienes a todo el mundo con ganas de sexo o es mi impresión?

Jongdae la miró, después de tanto tiempo sin hacerlo. —Tú eras una más— contestó. —Además, ¿qué mierda haces escuchando conversaciones ajenas?—

—¿Qué hay de ti? Que yo sepa tú fuiste quién me dio el empujón a hacerlo.

Jongdae se acercó a ella y la miró seriamente durante unos instantes. —¿Qué demonios esperas de mi? ¿Acaso crees que después de haber follado contigo debo tratarte como una muñeca de porcelana? Tú fuiste quién dijo que querías que todo fuese como antes, ¿no?—

—¿Por qué no puedes ser una persona normal? ¿Acaso te he hecho algo? Joder, solo quiero que me trates bien, esto no es un maldito juego.

—Bueno, si te sientes incómoda puedo buscar a otra secretaria personal.

—Oh, claro, ¿por qué no? Estoy segura que no tendrás problemas para ello— comenta mientras coge sus cosas; el abrigo y su bolso, en el que estaba metiendo algunos objetos que había sacado. —Me he llevado unos cuantos años aguantando tu maldito carácter pero creo que he llegado a mi límite, no puedo más, haberme acostado contigo ha sido lo peor que he hecho en mi vida—

—Sí, sí, lo sé, ahora es lo peor, pero bien que lo disfrutaste. Vete por hoy, necesitas descansar nena.

(__) se acercó de nuevo a Jongdae y contestó con el ceño fruncido. —Para tu puta información Jongdae, uno, tratame con más respeto, nada de "nena" y dos, descansaré bien hoy, mañana y todos los días que me quedan de por vida porque te acabas de quedar sin secretaria— dicho aquello, se marchó del despacho pero antes añadió algo más, algo que siempre quiso decirle. —Que te jodan Kim Jongdae—

Después de unos minutos, Jongdae reaccionó, no se esperaba que las cosas saliesen de tal forma. Caminó hasta su silla y descansó ahí, su mente estaba comenzando a recapacitar lo sucedido.

—Seguro que volverás— pensó.

EL JEFE | Chen y tu | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora