Capitulo 2

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Narra Jongdae:

Después de haber tenído una pequeña conversación con ___ fui directo a mi casa, tenía que preparar aún las cosas para el viaje pero antes de eso había ido a una farmacia para comprar algunos preservativos, estaba completamente decidido de lo que ocurriría en ese viaje. Era inevitable no hacer nada con ella, es un fácil acceso y además de tener una buena personalidad, tiene un cuerpo espectacular.
Aquella noche fue demasiado rápida, había dormido mucho antes de lo habitual esperando al amanecer.

Al día siguiente esperaba a ___ en el aereopuerto, ya estaba todo preparado y nada más faltaba su llegada. Esperé bastante ansioso, pero aquella sensación desapareció por completo al lograr capturar visualmente a (__); vestía común pero con cierto toque formal, jodidamente hermosa.

-Llegas tarde, demasiado tarde-

-He llegado a buena hora, nada tarde señor-

-A partir de ahora, deja de llamarme  "señor" no estamos en el trabajo-

-¿Cómo que no? Supuestamente estoy aquí contigo porque soy tu secretaria y tu sin mi no haces nada-

Narra (__):

Carrascó su garganta un poco molesto y miró hacia la hora que marcaba el reloj de su muñeca. -Cuida tu vocabulario ___. Vámonos, el avión no nos esperará-

Más tarde, ya sentada en el avión, deseaba que aterrizara lo más pronto posible, que el momento incómodo que estaba viviendo se acabase..., pero aún faltaba un par de horas más.

Notaba como Jongdae a veces me echaba una de sus miraditas, y lo disimulaba como si estuviese mirando por la ventanilla del avión. Al cabo de unas horas al fin aterrizamos, ninguno de los dos habíamos dicho ni una sola palabra durante el trayecto en el avión y tampoco durante el trayecto hacia el hotel en taxi. La recepcionista nos entregó un juego de llaves para ambos, la habitación 021..., no se me olvidaría el número ni de coña. Cuando llegamos, no dudé en dejar la maleta sobre la cama, el botones había dejado nuestras maletas en la entrada de habitación. Al oír cerrarse la puerta un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Narrador:

-Al fin estamos a solas- comentó Jongdae. Su mirada se fijó en la suya y mostró una media sonrisa.

-Sí, estoy algo cansada- deshizo el contacto visual que Jongdae quería conseguir. Caminó hacia la puerta pero antes, de nuevo, la voz del mayor interrumpió su acción.

-___, ¿a dónde vas?-

-Quiero salir un rato, ¿no puedo?-

-Claro que no, ya es tarde para salir y además, te recuerdo que tienes trabajo que hacer- se acercó a la chica lentamente, con sus manos metidas en los bolsillos del pantalón.

-¿Qué? ¿Tengo que trabajar ya? Acabamos de llegar—

-¿Y qué quieres que le haga? El trabajo es el trabajo, cuanto antes termines, mejor-

Suspiró profundamente y sin más preámbulos se dirigió hacia la maleta para sacar el portátil, ahí tenía toda la información y las cosas que debía de hacer. -Podría terminarlo en la noche- rechistó encenciendo el aparato y sentándose sobre la cama.

-Mira que eres cabezota, deja de quejarte, te repito que es tu trabajo-

Rodó los ojos y volvió a suspirar algo más incómoda que antes. -Terminaré dentro de unos minutos así que por favor, evite mantener una conversación conmigo—

Jongdae no la molestó más. Una vez que terminó, apagó el portátil y lo dejó sobre el escritorio, finalmente dejó la maleta al lado de la mesita de noche. El trabajo le llevó más tiempo del que pensaba, eran las 23:35.

-Ya he terminado todo, solo falta que vayas a hablar con los empresarios y listo... podemos marcharnos de aquí incluso antes de lo previsto-

-¿Enserio?- maldeció por dentro.

-¿Por qué te mentiría? Voy a comer y ahora vuelvo, hasta luego-

-Espera-

Narra (__):

Jongdae se levantó del sillón donde estaba descansando y caminó hacia mi, esa mirada no me gustaba absolutamente nada y por unos instantes pensé que sería el comienzo de una película porno. Estaba tan cerca mía que para poder mirarle a los ojos tenía que deslizar los míos hacia arriba.

-Señor Jongdae, me gustaría probar bocado, estoy hambrienta-

-Abajo, en el restaurante no tienen una comida tan buena como la que puedo darte yo mismo-

"¿¡Pero qué coño acababa de decir!?" -¿Qué dice?- Descendí la mirada después de haber murmurado aquello.

— ___, ¿cuántas veces tengo que decirte que no te hables con tanto respeto?-

—Jongdae, tengo un leoncito rugiendo en mi estómago, voy a salir a comer, me da igual lo que diga.

-¿No te gustaría probar algo de mi?- Susurró aún mirándola.

Me alejé un poco de él, pero fue inútil ya que la espalda chocó contra la pared. -No quiero nada de ti-

-¿Lo dices enserio? Podríamos relajarnos un poco—

Decidida, miré al mayor frunciendo el ceño y acto seguido llevé las manos hacia el pecho contrario para intentar alejarlo. Era la primera vez en todo lo que llevaba de trabajo que tocaba una parte de su cuerpo. -Ya basta, deja de insinuarte, estoy haciendo mi trabajo, con esto me gano la vida y no quiero tener problemas-

Suspiró y negó con la cabeza varias veces. -No tendrás ningún tipo de problema, pero estas cosas son habituales—

-Jongdae, no confudas el trabajo con la vida personal, se que muchas personas en nuestra empresa están detrás tuya, bragas mojadas a todas horas, pero yo no siento lo mismo..., así que si me disculpas, voy a probar un jodido bocado—

Me alejé de Jongdae una vez le había empujado hacia atrás. Realmente sí que sentía una atracción especial, pero no sería una puta barata como el resto. En unos instantes, antes de abrir la puerta, noté cómo la mano de Jongdae sujetaba mi muñeca y me atraía hacia él para después llevar sus dos manos hacia mis mejillas y unir sus labios con los míos. Se sentía jodídamente bien, placentero, movía los labios lentamente y transmitía a su vez el suave aliento del deseo, la lujuria.

EL JEFE | Chen y tu | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora