La nueva mala fama

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Había una gran conmoción al salir de la dirección, todos reían y apuntaban hacia mí. Mi pierna ya no sangraba pero al encontrarme en falda era evidente la hinchazón y el moretón que se formaban a lo largo de mi pierna derecha. Con la cabeza baja me adentré en la multitud de nuevos alumnos y caminé hasta encontrar a Olivia quien sostenía la mano de un chico, fue difícil reconocerlo sin tanto maquillaje de Halloween pero era Erick. Al verlo me paré en seco, ya sabía que ellos seguían hablando pero había pasado tanto tiempo desde que podía ver a mi amiga que sentí como si me la hubieran robado, estaba ahí frente a mi, me abrazaba, pero su mano izquierda estaba pegada a la suya, contuve el llanto tan solo por la rabia inmensa que sentía dentro de mí. 

Mientras le contaba lo sucedido a mi mejor amiga, y su ahora novio nos escuchaba hablar con atención, el director terminó de dar su discurso y nos apuntó hacia los salones donde veríamos las listas con nuestros nombres según a donde perteneciéramos. Los alumnos que aun permanecíamos en la explanada nos dirigimos como a una rebaja de temporada hacia el edificio de primer año. Caminé un total de 5 pasos cuando sentí que tiraron de mi blusa levemente; era Olivia con una expresión profunda de tristeza me confesaba que ya Erick ya había revisado las listas y no estábamos en el mismo salón. Sentí una sensación fría recorrer mi cuerpo inerte, la observé por unos instantes y me obligué a contestar -No importa... aun te veré todos los días- sonreí mientras me soltaba de su mano y caminaba rápido junto al resto de desconocidos.  

El salón donde estaba mi nombre escrito estaba lleno cuando llegué, fue mi pesadilla del primer día otra vez, todos parecían conocerse o al menos tener su grupo de amigos, pero no había un solo nombre en esa lista que me pudiera salvar de esta soledad. La primera silla junto a la puerta estaba tomada,  mi pesadilla empeoraba. Escanee con la mirada las sillas disponibles y calculé cuantas sonrisas incomodas, perdones y permisos tendría que pasar para llegar a ellas diariamente hasta que decidí que el fondo de el salón seria mil veces mejor que el medio del caos. 

Me senté en silencio y voltee hacia la ventana que daba a un pequeño jardín que dividía los edificios de primero y segundo año, un grupo de chicos probablemente de segundo estaban sentados en una mesa debajo de un árbol grande, me volcó el corazón al ver unos converse completamente negros que llevaba uno de ellos, no podía  ver su rostro por el árbol pero era de complexión delgada y sus piernas eran largas, él era alto. -Zyro...?- susurré  y una risa a carcajadas interrumpió mis pensamientos. Una chica de coleta larga y roja, con ojos verdes y hermosa reía como si le hubieran contado la cosa más graciosa en la vida, estaba rodeada de chicos y chicas que le escuchaban reír como si fuera la mas dulce melodía. Decidí entonces que la odiaría. Observé al rededor des interesadamente, todos seguían en grupos, aún no había maestro, no había nada interesante, entonces recordé los converse e incliné mi rostro hacia la ventana. Ya no estaba. Me levanté para ir abajo, tenía que saber si era él; la voz de una maestra entrada en años me detuvo en seco. -Buenos días niños- dijo con una voz que sonaba a años de inhalar tabaco. Mis planes se hicieron añicos mientras me desvanecía en el pupitre de nuevo. 

La clase de química fue inesperada,  esa señora sabía de lo que hablaba, era interesante y todo lo que enseñaba tenia un valor práctico, habría sido perfecta de no ser por la Señorita Molestia que participaba cada 5 segundos, tenía la esperanza de que solo fuese una cara bonita pero esta chica era inteligente además. Decidí hacerle frente en mi fuerte. Literatura e Inglés fueron las siguientes dos materias, mis ojos brillaban más con cada respuesta correcta que ofrecía a los maestros, era evidente que Srita. Molestia y yo competíamos, nadie más se atrevía a interferir en nuestro duelo mano a mano. 

Una a una terminaron las clases y fue momento de salir a recreo. Tomé mi mochila y caminé por el pasillo hacia la puerta, el club de fans de la Srita. Molestia no me quitaba los ojos de encima. -Estúpida subnormal- le oí decir a la Srita. Molestia -No sabes con quien te metes- silencio, no contesté- A quien se le ocurre querer saltar la malla? todo por no traer uniforme, como se le ve tan feo- escuché risas, carcajadas, pero no voltee, no contesté, caminé en silencio con la cara en alto -al menos hasta cruzar la puerta- pensé -al menos hasta bajar las escaleras-  Olivia corrió hasta mi al ver mi rostro conteniendo el llanto y me abrazó tiernamente, -que pasa Editt? que tienes?- preguntó preocupada, decidí que no le daría la satisfacción de llorar por sus insultos, compuse mi rostro, respiré profundo y por fin pude decir, - te extrañé-.

Mi mejor amiga OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora