Extracurriculares

11 2 2
                                    

Mi madre comenzó a notar que llegaba muy tarde a casa de la escuela, Olivia y yo nos pasábamos horas en nuestro lugar especial contándonos secretos, hablando bien y mal de los demás, y a ella no le agradaba después de todo aún no habíamos ni cumplido 15. Es por eso que me enroló en extracurriculares, aún cuando la informática no era problema para mí, así tendría una razón real para llegar tarde según su perspectiva. Los padres de Olivia no lo quisieron pagar, estuve sola, como siempre, nueva y a mitad de curso.

El maestro llegó tarde ese mi primer día, después de pasar con la secretaria a llevar el proceso de hacerme una id, ya molesta por dejar a mi amiga me senté hasta atrás del salón, había pocas personas, la mayoría como de mi edad, no puse mucha atención, además que me mortificaba pasar de nuevo por todo el proceso de hacer amigos, lo había hecho tantas veces que debía ser sencillo pero no era así. Suspiré mientras jugaba con mi lápiz sobre la mesa, una mano se deslizó de orilla a orilla sobre mi mesa, acarició mi mano, tomó mi lápiz y se alejó.
-Oye eso es mío!- dije con voz fuerte y molesta. Un chico más grande que yo sonreía sin voltearme a ver, alejándose mientras los demás volteaban a ver el alboroto.
-Devuelvemelo!- exiji mientras me levantaba de mi lugar para ir trás él. Era un simple lápiz no importaba tanto pero si dejaba que me molestará hoy, lo haría siempre. Le dió la vuelta al pequeño salón hasta pasar detrás de mí, se me acercó bruscamente mientras me susurraba -Te lo regreso si me das un beso- mi cara enrojecida explotaba de vergüenza.
-Que dijiste?- contesté sarcástica y pretendí no escuchar.
Un delgado, viejo y desgastado hombre entró apresurado y nos ordenó sentarnos. El chico rió, me dejó el lápiz en la mesa y se sentó en su silla, justo al frente.
Mi corazón no dejaba de latir fuera de mi pecho, no sabía si estar molesta o sentirme alagada, pero quien era este chico? Y como es que no le daba vergüenza pedirme esas cosas, se que estaba bromeando pero jamás había conocido a alguien así. Desde donde estaba podía verlo perfectamente, el color castaño claro de su cabello, ondulado y medio esponjado, su torso delgado, sus brazos levemente marcados como los de Zyro.
Mi mente divagó pensando en Ricardo, cómo le iría en la preparatoria? Ya estábamos a finales de Octubre, ya debía haberse olvidado de Olivia, y de mí.
Suspiré de nuevo, con tristeza, y ya no pude poner atención.

La clase terminó y el maestro de nuevo salió apresurado junto con todos los demás, mi tristeza no me dejaba caminar rápido, caminé entre las mesas y justo cuando iba a cruzar la puerta, apareció de nuevo el molesto chico de nuevo.
-Que quieres? Déjame pasar- le exigía más fuerte que antes, ya me estaba artando.
-Te regresé el lápiz dónde está mi beso?- me dijo burlándose
-Aquí- le contesté mientras alzaba mi mano contra su mejilla con fuerza, él la detuvo y se rió al tiempo que tomaba con fuerza mis manos, las doblaba hacia mi espalda y me besaba  a la fuerza, sus labios suaves apretados junto a los míos, moviéndose suave pero insistentemente, mis piernas temblaron, mientras me besaba con insistencia hasta que dejé de oponer resistencia y le contesté, abriendo levemente la boca, sus labios atrapando mi labio inferior, suavemente, hasta terminar en un tierno pequeño beso. Mis ojos estaban cerrados cuando se alejó de mí y me soltó despacio, casi pierdo el equilibrio a causa de mis piernas temblorosas. Se rió de mi, me empujó juguetonamente y me pasó a informar que ahora era su novia.

Mi mejor amiga OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora