El día en la oficina se hizo demasiado largo, pero por suerte ya estoy a cinco minutos de estar fuera.
Tuve el agrado de conocer a un nuevo socio italiano que si todo sale bien invertirá con nosotros. Por otro lado nos ha invitado a Judith y a mi a una fiesta de disfraces en Verona, Italia. Tan solo espero que mi esposa haya podido conseguir un traje que no sea demasiado extravagante. No quiero que piensen nada malo de mí.
Cuando tecleo la última cruz que apaga el computador, me encamino hacia la salida y en la pasada cojo una bolsa que contiene una caja, la cual guarda el disfraz del conde Drácula, algo bastante sencillo. Raúl esta vez ha hecho un buen trabajo.
Veinte minutos después con habilidad estaciono el Mercedes Benz en el garaje. Al descender miro la caja que descansa en el asiento del copiloto y decido dejarla en el auto ya que mañana partimos a Italia
Al ingresar pregunto por mi esposa y Mariza, mi ama de llaves, me informa de que aún no ha llegado. Frunzo el ceño al ver en mi reloj que son las 10 pm. Será mejor que la llame, ya es muy tarde, pero cuando cojo mi móvil para marcar su número siento que la puerta de entrada se abre y segundo después veo a una mujer de pelo castaño subir las escaleras con unas diez bolsas en las manos. Alzo las cejas al notar que mi esposa a cambiado el look. No se por que pero estoy deseoso de verla, pero antes debo de ver a Sofía y darle un beso.
Subo las escaleras de dos en dos, y luego de caminar unos pasos, me introduzco en el dormitorio en donde encuentro a mi niña aun despierta.
Al verme esboza una amplia sonrisa que revela que se le ha caído un diente.
A pasos agigantados me acerco y le proporciono un beso en la mejilla y un fuerte abrazo.
Por unos minutos me dedico a observarla. Mi hija es mi locura, el amor de mi vida y la única persona que debe ocupar mi mundo, junto a los imperios Ferrara. Luego recuerdo que debo tener un hijo con Judith y que como buen hombre que soy no puedo abandonarlo, así como lo hizo mi padre con nosotros. No puedo ser tan hijo de puta y que solo me importe el dinero. Inevitablemente libero un suspiro que se hace notar en la habitación.
Jodidamente por primera vez no se que hacer y tampoco que es lo que haré con Judith. <<¿qué es lo que buscaba mi abuelo con toda esta mierda?>>
He comenzado a mantener distancia con Judith, y a tratarla con frialdad, pero también sé que eso no me ayudara a la hora de enamorarla. Hoy e visto reflejado su desconcierto en su rostro y mi corazón destruirse un poco más. ¡Maldición! esa mujer me gusta y mucho, pero no puedo enamorarme de ella.
Mi pequeña me entrega un libro el cual cojo con gusto. Me encanta consentir a mi hija y es por eso que me acomodo en un sillón y comiendo a leer el cuento de caperucita roja. Veo cómo en segundos empieza a cerrar lentamente sus ojos hasta que en un momento se queda dormida.
Me encamino hacia mi dormitorio y al ingresar descubro a Judith sentada en el borde de la cama. Cuando entro en la habitación veo que se levanta de un salto, se gira sobre su eje y rápidamente comienza a acomodar la cama.
Con un tono serio le informo que partiremos a Venecia al otro día, pero su voz entrecortada me indica que algo no anda bien.
--- Judith ¿sucede algo? --- interrogo acercándome a ella.
--- nada, tranquilo, estoy bien. solo que estoy un poco resfriada --- ese cuento ya me lo conozco, asi que sin mas, la cojo del brazo y la giro lentamente. Judith intenta ocultar su rostro mirando hacia el piso. Coloco uno de mis dedos en su barbilla y a continuación empieza a alzar la cabeza. Comienzo a retirar sus cabellos de su rostro y descubro que sus ojos están demasiado hinchados, lo que me indica que ha llorado por un largo tiempo.
--- no me mire, por favor -- expresa con la voz entrecortada.
--- ¿que ha pasado, Judith? -- pregunto exaltado en tanto la invito a sentarse en la cama.
— no me ha pasado nada, descuida -- Judith mira nuevamente al suelo, y yo comienzo a ponerme histérico.
Veo como mi esposa en un momento coloca sus manos en su rostro y comienza a llorar. Su espalda comienza a temblar al tiempo en que observo como baja y sube.
Rápidamente me abalanzo sobre ella para abrazarla. A Continuación coloco mis labios en sus cabellos y le doy un casto beso.
Unos minutos después, Judith retirar sus manos de su rostro y me mira con los ojos rojos e hinchados. Verla así me parte el alma.
-- perdóname, pero es que ya no puedo más... — luego de un breve silencio, agrega :— Extraño a mi padre, y el no saber qué pasará me pone así
— puedes estar tranquila de que todo estará bien. Él está ahora en las mejores manos — confieso — Mi amigo es uno de los mejores doctores de Estados Unidos.
— y te lo agradezco — dicho esto Judith vuelve a llorar — ¿pero es que todo lo malo me ocurre solo a mi?
— ¿por qué lo dices? — mi esposa me mira y niega con la cabeza.
— es que no se que va a pasar — dicho esto me replanteo la idea de que ella me acompañe.
---- lo siento Judith, yo te estoy obligando a ir a Venecia, conmigo y me he olvidado de que quizá tu querias ir a New York. Estar con ellos --- expreso mientras ella me mira retirando una lágrima de su rostro.
---¡no, Luka! Tu nos has ayudado demasiado y la forma de pagarte es ir contigo.
--- no se trata de eso, se trata de egoísmo y eso es lo que soy en este momento. Un jodido egoísta que solo ha pensado en sí mismo, en el dinero y en su empresa — levanto la mirada y agrego: — Mañana tomarás un avión hacia Estados Unidos y estarás con tus padres.
--- ¡no, Luka! --- ella toma mi rostro con sus delicadas manos haciéndome que la mire --- iré a Italia contigo y no quiero que me digas lo contrario --- meneo la cabeza a modo de negación
— no puedo permitirlo
---¡joder Luka! tu si que eres terco --- alzo la mirada y la miro fijamente --- si ya lo sé, Judith la boca --- a continuación comienza a carcajearse mientras meneo la cabeza --- iré contigo a Venecia, conoceré a tu abuela y me llevaras a conocer la fontana de Trevi
--- ¿la fontana de Trevi? Eso queda en Roma, y llegar hasta allá es más complicado.
— Bueno, está bien--- Judith me acaricia la mejilla y en un momento tengo sus labios aterciopelados en los míos. La beso --- Luka, te debo la vida y no te dejaré solo en esto ¿me has oído?¿me ha entendido señor ferrara? --- susurra en mis labios y yo asiento con la cabeza mientras acaricio sus castaños cabellos que caen en cascadas sobre sus hombros.
— duerme en la cama hoy — sentencia Judith.
Me recuerdo en la cama y la invito a que apoye su cabeza en mi pecho. Acarició su cabellera por unos minutos mientras su aroma a lavanda me invade.
— te quiero — revelo sin importarme nada.
— yo también, mi amor— dice Judith adormilada.

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Contratada para casarme © BORRADOR
Romance¿Qué pasaría si de la noche a la mañana un contratro cambiara tu vida para siempre? Judith Colman es contratada por el empresario Luka Ferrara luego de enterarse que está a punto de perder su empresa. Ella, una mujer libre en donde el compromiso no...