1. Claymore

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La sangre me hervía, el tiempo había llegado, era tiempo de destriparla, sacarle los intestinos y esparcirlos por todo el condado, no entendió que mi secreto debe mantenerse oculto, nadie debe saber mi maldición. Nadie, ni mis padres, ni las autoridades así que supongo que me dolerá el matar a mi amiga de la infancia, pero ella no entendió que no debe abrir la boca.

Esta tarde fui a su casa; su madre me saludo como de costumbre, me dijo que Sofía estaba en su cuarto, le agradecí por la información y le pedí que nos dejara a ella y a mí a solas. Pude notar como sus ojos perdían el color por unos instantes, acto seguido ella salió de la casa con pretexto de ir al supermercado. Hice una sonrisa amarga, al parecer mi maldición es más efectiva de lo que creí.

Abrí la puerta de la habitación de Sofía, ella estaba sentada justo al frente de la puerta, el sol que entraba por la ventana que estaba a tras de su silla me deslumbro por unos instantes, en cuanto recupere la visión algo me estremeció; ella estaba completamente desnuda y sostenía una granada entre sus manos. Sofía comenzó a reír frenéticamente; Levanto su rostro, nuestras miradas se cruzaron, después ella dijo con un tono lúgubre:

-Quiero comprobar ese poder tuyo-al terminar de decir esto le quito la espoleta a la granada que sostenía entre sus manos y me la arrojo

-¿Que es lo que haces zorra estúpida?-le dije muy enfadada

-Si en verdad tienes el poder de LuzBell en tus manos, no nos pasara nada-me dijo con una mueca burlona en su rostro

En ese momento entendí que ella había enloquecido, de mi mano izquierda invoque a uno de mis vasallos, un asesino del otro condado, el asesino tomo la granada entre sus manos, la metió a su boca y el trago. Después de unos segundos la granada exploto, toda la habitación quedo cubierta por una fina capa roja. Sofía estaba cubierta de sangre, viseras y una excitación que no pudo controlar, se levanto, vino hacia mí y me beso en la boca, recuerdo que esa tarde tuvimos sexo, entre la sangre y las viseras, en verdad fue hermoso.

La imagen era más que exquisita, el cuerpo bien formado de Sofia contrastado con la capa roja de la sangre en verdad que me éxito, tome entre mis brazos su espalda desnuda mientras mordía de una forma por demás indecente su cuello, a continuación Sofia dejo escapar un gemido de los más dulce. Esto nublo mi mente por unos segundos. Después de que las dos estuviéramos juntas, hicimos un cambio de lugares, ahora ella se encuentra mordiendo mis pechos, a pesar de que no son muy grandes, Sofia juega con ellos de una forma más que experta, en verdad no se uque voy a hacer con esta chica...

LuzBellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora