¿Cuántas veces has sentido que has perdido tus sueños? ¿Cuántas veces te has preguntado por qué la vida se ensaña contigo? ¿Cuántas veces has querido volver atrás y detenerte en un punto fijo de tu vida para no volver a perderlo?... ¿cuánto tiempo más dejarás ir para cumplir tu destino? ¿Cuándo podrás aprender que en la vida se lucha "Sin miedo a nada"?
La lluvia arreciaba fuertemente sobre las baldosas, ríos de agua escurrían por las banquetas mientras por la avenida alumbrada por los faroles una mujer corría angustiada con un niño en brazos. Los truenos retumbaban aquí y allá ensordeciendo a la chica que iba desesperada por las calles sin importarle nada, sólo el pequeño que llevaba entre sus brazos apretado al pecho y del cual ya no se escuchaban más que leves gemidos.
–Señor, por favor... no me lo quites... no me quites a mi niño... ¡te lo ruego!
La piel del pequeño comenzaba a amoratarse y su respiración se hacía cada momento más inaudible. La chica cayó de rodillas y su triste llanto se confundía con la lluvia que corría por su rostro.
– ¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? – gritó desesperadamente mientras golpeaba el piso con el puño.
Una mano cálida tocó su hombro mientras alguien la cubría con una sombrilla, al levantar la vista sus ojos se iluminaron con una inmensa alegría.
– ¿Puedo ayudarte en algo?
El joven miró con gran sorpresa el blanco rostro que estaba frente a él, luego reparó en el pequeño que ella sujetaba con gran fuerza, lo tomó entre sus brazos y acto seguido la ayudó a abordar el carruaje del cual había descendido momentos antes.
– ¿Qué haces aquí?
– El niño... ¡está enfermo!
– James, llévanos al Hospital inmediatamente
– ¡Sí señor!
– Aguanta bebé... –musitó ella levemente mientras las lágrimas acudían nuevamente a su rostro.
– Cúbrete, estás empapada – dijo él suavemente mientras ponía sobre sus hombros una capa.
– ¿Y el niño?
– No te preocupes, lo cubriré con esta manta... ¡está helado!
– Si no llegamos a tiempo va a morir – musitó entre sollozos la joven
– Cálmate, estoy contigo y no te voy a dejar... ni a él...
– ¡No quiero que se muera!
– Eso no pasará –dijo mirándola dulcemente a los ojos– confía en mí.
Suavemente la atrajo hacia él y abrazó tiernamente a ambos intentando darle calor al pequeño de esa manera mientras ella seguía sollozando quedamente. El trayecto duró pocos minutos, pero para ambos, el momento era interminable.
Al fin llegaron al hospital, ambos iban empapados y el pequeño estaba prácticamente inerte. El joven detuvo entonces a una enfermera de las que pasaban por ahí repartiendo fichas.
– Señorita.... Por favor...
– ¡Santo Dios! ¡Este niño está gravísimo!... habrá que llevarlo a Urgencias... ¡sígame!
Minutos después, ambos observaron como el cuerpo del pequeño desaparecía por el pasillo desierto, custodiado por un Doctor y varias enfermeras.
– ¿Usted es el padre? – preguntó la enfermera que los había guiado
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Sin Miedo a Nada
FanfictionSusana ya no está. Terry y Candy se reencuentran, pero la vida le tiene una gran sorpresa a la rubia pecosa: Terry tiene un hijo y no es de la actriz. ¿Con quién rehizo su vida Terry? ¿Quién le robó su corazón? Un pequeño secreto, una verdad a media...