Rota...Â
Es la sensación que tengo desde que se fué ella con mi hijo AlaÃn y ahora la tengo en frente de mi, despues de tanto años.
—Rosalie, le presento a Alexandra. La pareja de mi hijo Nathan, es la nueva adquisición de el orfanato, según tengo entendido.
Rosalie se acerca a mi sin quitarme la vista de encima y yo le acerco la mano para saludarle —Alexandra Gallager — mi agarre es firme ya que me he mentalizado mucho para este encuentro y con el equipo sabÃamos que se iba a dar tarde o temprano.
—Rosalie McPherson —responde educamente.
—¿McPherson? ¿Familiar de el señor Odrie?
—Asi es señorita Gallager. Odrie McPherson es mi hermano y me ha hablando muy bien de usted, por cierto.
—Serán palabras desproporcionadas — respondo un poco incomoda, ese hombre mayor y cariñoso se ha robado un poco de mi afecto.
—Ya él me habÃa advertido sobre usted. Realmente no le gustan los elogios, Alexandra— sacudió sus manos como si no fuera importante— ¡Bien! A mi tampoco me gusta ofrecerlos al menos que sean merecidos.
Fiel a mis recuerdos.
«Aunque ahora que la he visto, tengo la leve impresión de conocerla, ¿Es posible?
—No lo creo. Es la primera vez que me asento en Londres, antes residÃa en Irlanda. De ahà es que conozco a Nathan — lo último se lo digo a la madre de Nate y esta asiente —, pero que descortés he sido. Por favor tome asiento al igual que usted señora Aneska.
—Gracias — me responden ambas, la actitud de Aneska ha cambiado o talvez se deba a las apariencias.
—Veo que maneja la lista de los auspiciadores de el orfanato y ya que la tiene a la mano, ¿Me la permite? — la pregunta viene de Rosalie y no puedo negarme al pedido.
—No tengo un problema con ello, saco una copia y asà usted se la puede llevar. Su hermano me ha encomendado un encargo y necesito entregar mi informe. Denme unos segundo y lo tendré listo para usted.
La sala de copiadoras está a pocos metros de la oficina y aprovecho para reconectarme con Lucas en tanto empiezo a copiar las hojas de el listado.
—¿Todo bien? — miro a todos lados para cerciorarme que estoy sola y asà responder a su pregunta.
—Si, no me ha reconocido.
—No vuelvas a cerrar la comunicación, no me gusta estar a oscuras contigo y esa mujer es de cuidado. Bien lo sabes, Gallager.
Se que tengo bien merecido el regaño y por ello no replico nada.
«Aún la señora Jiménez sigue en tu despacho junto con McPherson, averigua de que se conocen y luego escribe un informe que debo presentar al alto mando.
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Serie ley y pasión libro 4 Inténtalo tú #NewCreativestar
Fiction généraleQuinta entrega de la serie ley y pasión libro 4. Inténtalo tú. Nathan ha tenido ese tiempo para intentar olvidar al amor de su vida, salió de Galway después de terminar la obra de construcción. No entendió nada del por qué la actitud de Alexandra ca...