El sudor recorre mi cuerpo tras el ejercicio que venimos realizando Jonas y yo.
No me ha molestado el cambio porque así puedo calificar mi experiencia en la lucha cuerpo a cuerpo y que mejor que con un oponente distinto.
Espero que Jonas sea igual o quizás más exhaustivo que Lucas porque definitivamente necesito no ser tratada como una nena, lo soy, pero igual no quiero ser tratada así.
Estoy totalmente agradecida con las secciones que he tenido con mi compañero estos pasados cinco años, donde no ha escatimado sus enseñanza en pos de mi seguridad, he analizado cada paso para mejorar y si encuentro algún fallo en mi técnica lo resuelvo con prácticas.
Lo mejor de todo he que he aprendido en ver los fallos en mi oponente, la señal de su próximo movimiento para atajarlo, no he querido demostrarle rápido a Jonas el punto de mi técnica, quiero divertirme y descargar un poco de mi frustración en el hombre que sonríe frente a mi, creyendo que la tiene fácil.
Se que no ha presenciado ningún entrenamiento entre Lucas y yo, entonces a caído en el defecto de subestimarme y lo esta tomando un poco a juego, lo que me tiene cabreada. Quiero divertirme y siento más molestia que no me debo permitir.
Anudado que he visto el bulto en sus pantalones, la indicación de que su amigo está despierto y me mosquea que no tome con seriedad el encargo que le asignaron. Hace su siguiente movimiento para rodearme con sus brazos. ¡Ahí! Es mi oportunidad, se ha acercado para restregar su pelvis en mi. ¡Maldito! Cree que es un maldito juego de apareamiento y no un entrenamiento, pero se va a enterar. Levanto el codo izquierdo y hace conexión con carne, siento el chasquido y la palabrota de Jonas.—¡Joder! Me has roto el tabique.
—No estás concentrado, requiero tu experiencia en combate y no en tu artes amatorias.
—Nadie antes se ha quejado, Alex.
—Siempre hay una primera vez —sacudo mi cabeza. —Esto no está funcionando, vete a que te curen — lo veo salir con sus manos en la nariz, incapaz de retener la sangre por la lesión causada.
No me arrepiento, soy una profesional y no busco un polvo rápido. Mi frustración sexual lo descargo en el gimnasio a base de golpe en el saco de boxeo y en los entrenamientos cuerpo a cuerpo donde mi mente se activa y el placer de hacer morder el polvo a mi oponente es una experiencia orgasmica.
¡Maldita sea! Estoy tensa y no conseguí lo que quería, subiría a mi cuarto e iba a tener una sección privada y menos satisfactoria con mi consolador el negro, me tenía que conformar con ello.
Tres días después de ese incidente y de mi medio encuentro con Nathan, porque sé que él me vio y sino fuera por Lucas, estoy más que segura, me hubiera acercado hasta donde estaba, como cualquier abeja atraída a la miel — sacudo el recuerdo en mi cabeza, para despejarme y centrarme en lo que sucede en ese momento y no irme por derroteros.
Me encuentro ahora situada en una silla, en medio de sala, con el desayuno servido y sin ganas de comer, no después de la bomba que Lucas me ha tirado.¿Por qué? — me pregunto. Si decidí hace tiempo, alejarme de el hombre por el cual suspiro, esas mismas razones me hacen acercarme a él.
La tierra gira, gira y todo da vuelta, es el sino de la vida, ¿cierto? Ahora me debo acercar a él, porque no sé, ¿quién demonios? decidió que él era parte de la investigación, una parte vital de la investigación que estamos llevando a cabo.
Me parece un chiste de mal gusto, pero al mirar fijamente a Lucas, veo que todo es real, que me está hablando serio, muy en serio.
—¿Tengo que hacerlo yo? — mi mente responde a mi pregunta: claro estupida, sino, ¿Por qué Lucas, te lo diría? De momento retorno de mi pequeño jalón de oreja mental, al escuchar a Lucas hablar.
—Si. Yo así lo elegí.
—¿Por qué?—me sentí traicionada, se que no es el caso, pero así me sentí, por él, por la vida y hasta de la justicia divina.
—Alex, se lo que hubo entre ustedes en el pasado...
Lo interrumpí antes de que continuara.
—¡No!
Fue muy tajante mi exclamación, que hasta el mismo Lucas se sorprendió de mi vehemencia.
¿Cómo es posible, que pueda valerse de su historia? Algo tan privado, tan personal deba ser expuesto para beneficio de una investigación policial.
Se que cualquier recurso sería válido lejos de cualquier contexto por fuera de la línea, pero se estaban pasando. Lucas lo estaba haciendo.
—Préstame atención, Alexandra. Tenemos objetivos aquí y Nathan Jiménez es una pieza importante para resolverlo. No me puedo dar a la tarea de perder cualquier ventaja que tenga en contra de la organización y tú como uno de nuestros efectivos, lo sabes de sobra. Creí que tu hijo era suficiente motivación para terminar con ellos.Inspiré profundo y lo mire con dardos en mis ojos. La baza, esa baza tan importante por la que me muevo, la carta ganadora y el muy cretino, la jugaba a la perfección.
—No hay de otra, pero me mamea, que me la juegues de esa manera, Lucas. Usas mis sentimientos contra mi y solo espero amigo mío, que tu no te encuentres algún día en la misma situación.
Lo vi estremecerse, como si lo hubiera atacado algo, más no le di importancia. Tenía que empezar a mentalizarme los pasos a seguir.
Pensándolo bien, la vida me estaba dando paso para una segunda oportunidad y sería, ¿cómo dijo, Lucas? Una tonta sino tomaba ventajas, las que sea que la vida me enviara.
—Ya que estamos claros... te daré los datos de la estrategia que usáremos, lo primero será es que no aparecerás en la vida de Nathan como policía.Nuevamente con un capítulo más de la entrega.
Espero que la disfruten de ahora en adelante.
ESTÁS LEYENDO
Serie ley y pasión libro 4 Inténtalo tú #NewCreativestar
BeletrieQuinta entrega de la serie ley y pasión libro 4. Inténtalo tú. Nathan ha tenido ese tiempo para intentar olvidar al amor de su vida, salió de Galway después de terminar la obra de construcción. No entendió nada del por qué la actitud de Alexandra ca...