Pacto de Sangre [En Pausa]

4. El Heredero Imperial

Aurora estaba recostada en su cama con un libro en la mano, pero no lo leía sino que estaba viendo como Luna estaba recibiendo una bandeja con un té de hierbas para ella. Deja el libro a un lado y la ama de llaves le entrega la taza de porcelana blanca con dorado. Bebe un poco y le sonríe a Luna, quien aún estaba preocupada por el estado de ánimo de la señorita. La joven ve como su fiel cuidadora se estaba marchando y la necesidad de averiguar más sobre su nombre hace que inconscientemente la llame.

－ ¿Qué sucede? － Se gira un poco asustada por el tono angustiado que había usado la joven.

－ Es solo que,... － Estaba dubitativa de si le preguntaba o no. Luna se acerca a la cama y se sienta a los pies esperando a que ella hablara. － Es solo que hoy me entere que llevo un nombre prohibido para la sociedad vampírica. － Aquella revelación sorprende a la ama de llaves, no esperaba que ella se enterara de eso.

－ ¿Cómo te enteraste de eso?

－ Promete que guardaras el secreto de mi padre y Mo. － Ante esa petición la vampiro medita de que debe haber algo grande.

－ Está bien, prometo guardar el secreto.

－ Hoy conoci a la hija del Barón de Brasov y ella me conto sobre la historia de los ancestros. También me contó que hay nombres que solo están reservados para la familia imperial y uno de esos es Aurora.

－ ¿Conociste a un vampiro? － La aludida asiente.

－ ¿Es por eso que mi padre me mantiene alejada de los vampiros, porque mi nombre representa algo que no puede ser usado a la ligera?

－ Aurora,...

－ Por favor, dime la verdad. － Luna respira profundamente y trata de ordenar sus pensamientos para explicarle a la joven sobre su nombre.

－ Recuerdo aquella noche perfectamente, el Marqués llego empapado contigo en los brazos tras una larga cabalgata. － Omite la información de que también estaban sus altezas imperiales. － Estabas ardiendo en fiebre y llamabas a tu madre desesperadamente, también llorabas desconsoladamente. Te llevamos a la habitación más cercana y esperamos por el médico mientras tratábamos de bajar la fiebre. Estuvimos horas tratando de mantenerte estable y en ese intertanto le preguntamos al Marqués quién eras, fue en ese momento que nos cuenta lo sucedido y de que tu nombre era Aurora, eso nos sorprendió a todos, porque no hay nadie que no sepa la existencia de los ancestros.

－ ¿Y que paso después?

－ Con el pasar de los días el Marqués tomo la decisión de protegerte sin importar los obstaculos que pudieran existir y dentro de esa decisión era mantener tu nombre, porque era lo único que te quedaba de tu madre. － La joven toma la medalla que su madre le había dejado.

－ ¿Cómo consiguio los permisos?

－ Fue un camino dificil, los miembros del Consejo Imperial no estaba de acuerdo de que adoptara a una niña humana. Además, estaba el asunto de que los corregidores se enteraran de la adopción y pidieran anular los trámites. Fueron semanas difíciles mientras tu te recuperabas. Pero finalmente sus altezas imperiales intervinieron y le dieron el favor al Marqués, nadie sabe las razones detrás de su decisión.

－ ¿Y qué sucedio con los corregidores?

－ Sus altezas imperiales también intervinieron en la decisión y negociaron con los corregidores. El Marqués tuvo que prometer que te daría una vida humana y de que jamás te convertirían en una de nosotros.

－ ¿Esa es la razón de que no pueda relacionarme con vampiros?

－ Si, el Marqués lucho mucho por ti. Al cabo de unos meses, en los que habías logrado recuperarte de lo sucedido se firmaron los papeles de adopción y tu existencia pasó a ser un rumor que no resonó de manera muy positiva en la sociedad. Pero con el pasar de los años y el hecho de que no aparecieras en la sociedad llevó a que muchos comenzaran a ignorar el tema y aceptarlo al ver que no había riesgos de enfrentamiento con los corregidores.