Más que una Kardashian.

33: Niña multitareas...

Pov Kamil:

Bien. Ya hice una lista de todos los apodos que me han puesto en esta temporada, desde mis amigos a mis hermanas y hasta algunos de mis fans o haters. No puedo creerlo, hace como un año (Siete meses aproximadamente, para ser exacta) yo era un do-nadie, era una persona normal con una vida normal; pero puf, todo se descontroló cuando Kris y Kim vinieron a la escuela a decirme todo en pleno medio día de escuela.

El día en que todo cambio y deje todo atrás, de seguro se acuerdan. Yo me acuerdo como si hubiera sido ayer y no es que lo fuera, eh. Siete jodidos meses y ya me aprendí muchas groserías por parte de Kim y Kylie.

He logrado cosas buenas, como malas. ¡Hasta puse mí nombre en una hostería! No fue con la mejor letra, pero fue una firma. Además, el esfuerzo es lo que cuenta. Niños y niñas, tengo muchos logros en unos pocos siete meses de hospedaje al tren de la nueva vida. No es que recuerde todo lo que he hecho en este tiempo, facebook me mostró un post mío de hace cinco meses en el cual estuvimos ahí; pero después paso lo de las fotos, los haters y eso.

Pero ahora, todo fue de mal en peor.

Yo y Isabela estamos esperando en la clínica por noticias de Adrien. Estuvimos esperando toda la noche por algo, pero nada; ella está cansada, intentando mantenerse despierta al tomar como dos litros de café, mientras que yo aquí, pensando en la nada de mis recuerdos. ¿Estoy preocupada? Si no ha quedado claro...¡Quiero llorar! Mí mejor amigo puede morir y no puedo hacer nada más que sentarme en una banca de plástico azul con chicles abajo de ella.

- ¿Crees que estará bien? ¿Crees que lo hicimos a tiempo? - Pregunta Isa desesperada, abrazando sus piernas con sus brazos.

- Él...- dude de mí respuesta nerviosa. Ni siquiera sé que es lo que le pasó y debo deber si está bien. - No lo sé Isa, juro que no puedo pensar en nada ahora.

- ¿Qué crees que pudo haber pasado? - Yo me encogo los hombros y me recuesto un poco sobre ella. - Ya no me dice nada, ni siquiera me invita helados o mentas. - Continua, mirando a la nada.

- Ya no los come. De hecho, nunca veo que él coma nada. - Declaro segura, pensando en Adrien y su relación con la comida. - ¿Tu crees qué...?

- ¿Crees que...? - Intenta completar ella, pasando una mano delante de mí cara para ver si sigo despierta. Sacudo la cabeza y la vuelvo a mirar.

- Adrien tiene bulimia. Es obvio, nunca come nada y siempre se niega a estar cerca de la comida. - Ordeno mí rompecabezas mental, mientras que ella mirá atentamente hacía mí.

- Lo siento. - Admite ella, apunto de llorar de nuevo. Yo simplemente no entiendo nada. - Yo sabía de esto. Lo tiene desde hace seis meses, me lo confesó cuando le dieron el diagnóstico.

Asha shai.

- Él no confía en mí. - Escupo molesta, ella niega con la cabeza dando a entender que nuestra historia tiene un cuento que debo saber.

- Ni siquiera le dijo a su mamá, ni a su hermana quiénes nunca están y jamás las ve. - Rueda los ojos, explicando y tratando de no llorar por novena vez. - Él antes no tenía a nadie, nadie más que a mí. ¿Entiendes?

- Sí. - Miento sin más que decir, casi cayendo del sueño.

Intento comprender que es lo que hice mal, que hicimos mal; yo y mí mente no podemos procesar el por qué fuimos tan tontas para no darnos cuenta de lo que le pasaba. He leído que la palabra tiene poder. Tal vez si yo hubiera hecho algo, tal vez una palabra de apoyo mía pude haber hecho algún cambio. Tal vez yo pudiera evitar todos los royos de mí vida si fuera tan valiente y hablara sobre ello con alguien para desahogarme, hasta tal vez poner un orden en ella.