Luchando contra el destino ~♡ (Choi Minho)

~♡ Buenas Noticias

Narra Elizabeth:

Varios días habían pasado desde que supe que tenía un ser dentro de mí, el doctor que me atendió, me confirmó que estaba embarazada y todo estaba muy bien, ya tenía dos meses.

Lo único malo era que había perdido un poco el apetito, el asco que sentía era terrible, una especie de acidez que me acompañaba durante gran parte de la mañana era una molestia.

Intentaba disimularlo lo más que podía frente a Minho, pero sabía que tarde o temprano se daría cuenta, porque es muy observativo, y siempre se fija en los pequeños detalles.

En fin, ya tenía todo listo para contarle, pero no hallaba el momento adecuado. O cuándo estaba a punto de hacerlo siempre nos interrumpía el celular, ya sea mío o el de él.

Hoy había amanecido sin apetito como siempre, me daba tanta pena, Minho se había esmerado tanto en preparar el desayuno para los dos, pero yo con la primera cucharada que me eché a la boca, el estómago se me revolvió.

Se veía tan sereno, su cabello aun estaba medio despeinado, y me fascinaba verlo al natural, sin una gota de maquillaje, su piel se ve radiante y sana. Estábamos en el comedor, él concentrado en leer las noticias en su celular mientras disfrutaba de un café.

A los pocos segundos se dio cuenta que lo estaba observando, me miró, pero su rostro era muy serio, cosa que me hizo temblar de miedo, y luego de un suspiro profundo me habló:

-Dime por favor que te ocurre, has estado muy extraña estos últimos días- Me preguntó examinándome con la miraba mientras dejaba a un lado la taza de café.

Deslizó su mano por la madera de la mesa, y buscó la mía para atraparla con su gran palma, mientras me acariciaba levemente, me preguntó esta vez con tono preocupado:

-Estás muy pálida, y no creas que no me he dado cuenta que no comes casi nada ¿Estás enferma? ¿Quieres que vayamos al médico?-

Este era el momento, tenía que aprovechar la oportunidad.

-Necesito decirte algo, espérame aquí – Le dije.

Corrí a la habitación, busqué entre los cajones del closet, y escondí detrás mío al salir, el pequeño regalo que le tenía. Lo invité a sentarse en el sillón, con un suspiro muy profundo y con manos de gelatina, estiré el regalo delante de él, y le entregué un pequeño bolsito.

-¿Y esto?- Me preguntó con el seño fruncido.

-Sólo ábrelo-Le dije con un nudo en la garganta.

Abrió dudosamente, y miró el interior con asombro e incertidumbre... 

Su rostro de miedo se transformó en uno de felicidad al instante...

-¿Pero... que?-Dijo balbuceando en estado de shock, alzó el contenido de la bolsa frente a él. Miró por algunos segundos aquellos pequeños zapatos blancos pestañando rápidamente.

-Vamos a tener un bebé... cariño- Le dije mientras el escozor de mis ojos se hacía presente.

Los segundos fueron eternos...

Me tomó por la cintura, alzándome y dimos vueltas. Su acción fue inesperada, nuestras risas inundaron todo el lugar haciéndonos uno, la felicidad no cabía más en mi pecho, el miedo de pensar por un segundo que no quería este bebé, se me esfumó al instante.