Narra Minho:
Desperté al no sentir a Elizabeth a mi lado, palpe el colchón aún tibio, observé a mi alrededor y vi que estaba la luz del baño encendida, cerré mis ojos para volver a dormir, pero sentí unos quejidos de dolor provenientes del baño.
-¿Elizabeth?-Pregunté, mientras prendía la luz con rapidez- ¿Estás bien?- le dije pero no hubo respuesta. Me acerqué a la puerta descalzo, casi corriendo...
La vi... sentada en el piso frente al escusado, el color de su rostro de le había ido por completo, tenía sus ojos llorosos, y con una mano sobando su vientre.
-Corazón-Le dije acercándome a ella.
Le ayudé a enjuagar su boca, tomando el vaso que guardábamos nuestros cepillos dentales.
-Estás helada-Le dije preocupado al colocar mi mano sobre su brazo
-Salí, casi corriendo y no he podido parar para colocarme algo-Me responde realizando una leve sonrisa.
-Espérame- Le dije, y fui a la habitación en busca de la manta que teníamos sobre la cama.
Me dirigí a ella nuevamente y envolví su cuerpo tomándola al estilo nupcial, ella se refugió en el hueco de mi cuello. La deposité suavemente en la cama, acomodando las cobijas sobre ella. Fui a la cocina por un vaso de leche caliente y algunas galletas, no podía dejarla dormir con el estómago vacío.
-Gracias- me dijo con una sonrisa al verme entrar con la bandeja en las manos.
-En la salud y en la enfermedad ¿no? –Le dije riendo acomodándole las almohadas detrás.
Esperé a que tomara y que comiera tranquilamente, dedicándome a observarla en silencio.
No me había dado cuenta que su mirada tenía un destello particular que no albergaba antes. Creo que es verdad cuándo dicen que las mujeres cuándo están embarazadas, tienen un brillo especial. Ese leve destello destacaba de alguna manera aún más su belleza, sus facciones se veían un tanto más definidas, como más adulta, más mujer.La refugié entre mis brazos cuándo terminó de comer, la acomodé sobre mi pecho acariciando su suave cabello que desprendía un perfume encantador. Su respiración me calmaba, y me invitaba junto a Morfeo a acompañarla para descansar.
...
Desperté, sintiendo su cuerpo junto al mío, así que me moví lo más cauteloso posible para no despertarla. Me giré, buscando el teléfono móvil sobre el velador, ya eran las ocho de la mañana.
Me levanté despacio de la cama y caminé hasta la terraza, marqué el número del manager y le expliqué que Elizabeth no estaba bien, así que no podía ir a ensayar. Para mi suerte entendió muy bien y me dijo que cualquier cosa le avisara.
Volví a la cama, la brisa mañanera era muy helada. Me senté a su lado y me cobijé en aquel perfume que me esperaba, los leves rayos del sol que se colaban por la ventana, hacían ver su rostro con una perfecta tez y sus pestañas tupidas y largas. Siempre me encantaba contemplarla mientras dormía, lo hacía muy a menudo aunque ella no supiera, de alguna manera con ese simple acto sentía que la protegía mientras velaba sus sueños.
Poco a poco sentí como despertaba, sus ojos se movían bajo los párpados hasta abrirlos de manera lenta, suspiró enfocando su vista hasta mi rostro.
-Hola preciosa-Le dije de manera cariñosa.
-Hola-Me respondió de manera dudosa mientras se incorporaba.
-¿Cómo amaneciste?-Le pregunté acomodando las almohadas tras su espalda.
-Mejor- Me respondió y yo me acerqué a darle un beso de buenos días -Pero... ¿no tienes que ir a la empresa hoy?- Me preguntó confundida mirando mi rostro.
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Luchando contra el destino ~♡ (Choi Minho)
Romance~Segunda Temporada de "Todo fue cosa del destino" ¿Porque la felicidad no puede durar para siempre? ¿Podrán nuestros protagonistas superar los obstáculos? Inicio: 15/09/2018 Finalizado: 19/09/2019