La "cita"

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Estaba esperando a que Marc llegará, al final no se me ocurrió nada para evitar la "cita". Así que mientras esperaba tumbada en la cama, arreglada, pero no demasiado, recuerdos del pasado pasaron por mi mente.

"-Debes esconderte, que nadie sepa lo que eres o estarás en peligro- decía una chica rubia agarrándome de los brazos."

"-Ya no hay brujas, los lobos acabaron con ellas- decía esta vez un chico castaño."

"-Solo quedas tú, miau- me decía Félix -Así que tienes que tener cuidado Lana, todos irán por ti, miau."

El timbre sonó sacándome de mis pensamientos, genial, ya estaba aquí. Me levanté para ir a la puerta, cuando la abrí, ahí estaba él. Era guapo si me fijaba bien, pero también mi enemigo. Amy y Tyler estaban en el sofá observando curiosos, no les hacía gracia que saliera con Marc, pero tenía que cumplir mi promesa, después de todo fue por las barritas de chocolate. Aunque después de esto me alejaré de él, ya me había acercado mucho al límite entre el peligro y la zona segura y yo prefiero la zona segura.

-Hola- saluda llamando mi atención -Te he traído algo.

Dicho eso sacó una caja de barritas, oh dios, maldita sea, me he enamorado y otra vez las malditas barritas de por medio, pero no las puedo culpar.

-Os quiero, venid con mami- digo quitándoselas de las manos.

-Oye, yo también quiero alguna, así que comparte- dice él molesto.

-Me las has regalado, así que son mias-digo corriendo dentro de la casa para guardarlas.

-¿Salimos ya o seguirás haciéndome esperar?- dice en la entrada.

-¡Voy!- grito escondiendo las barritas.

Estaba feliz con el regalo, así que no me importó salir con él. Primero fuimos al cine, a ver una peli.

-¿Quieres?- dice ofreciéndome palomitas con una sonrisa.

-Claro- digo devolviéndole la sonrisa, malditos genes de lobo, los hacen guapos.

La película empezó, pero como no me era interesante empecé una pequeña guerra de palomitas. Marc no se quedó atras y me devolvió las palomitas tirándomelas. Al final nos salimos, o bueno, nos echaron.

-Tienes palomitas aquí- dice quitándomelas de la cabeza.

-Gracias- le digo sonrojándome, maldita sea, no seas tan tierno conmigo.

-¿A dónde quieres ir ahora?- me pregunta.

-Demos un paseo, necesito aire- le digo.

Después fuimos al parque, allí había gente paseando a sus mascotas. Un lindo perrito se acercó al banco dónde nos encontrábamos.

-Oh, que lindo- digo acariciándolo.

Un gruñido sonó a mi lado y el perrito salió corriendo, vaya, genial, Marc asustó al perrito. Yo le eché una mirada, tenía el entrecejo fruncido y estaba enfadado.

Marc's POV

Me encantó cuando Lana se sonrojó al salir del cine, pero en el parque un pequeño chucho se le acercó y ella lo acarició. No me gustaba que ella le mostrara cariño a ese chucho, estaba conmigo así que tenía que ser yo el que recibiera su cariño. Creo que me he vuelto loco, se supone que estaba enfadado con ella, primero me debía una disculpa, segundo me llevó la contraria delante de Noa, tercero me molestaba, pero como dijo Kyle también sonreía mucho cuando pensaba en ella.

-¿Me llevas a casa?- dijo sacándome de mis pensamientos.

-¿Qué?- digo sin comprender.

-He dicho que si me llevas a casa, mañana hay clases y habrá que levantarse temprano- me explica.

-Está bien- digo ¿desilusionado?

Mientras caminábamos, intenté mantener alguna conversación.

-¿Cómo os conocisteis tu y AJ?- le pregunto.

-¿AJ?- dice ella confusa.

-Amy- le aclaro -Así la llamabamos Kyle y yo de pequeños.

-Ah, bueno- dijo pensando -Nos encontramos y ella me habló. Al final nos hicimos amigas, ya sabes, hablar y conocerse hasta entablar una amistad, ¿no?- dice intentando quitarle importancia.

Su respuesta me dejó sin palabra, es decir, no la comprendía del todo. Era como si no quisiera hablar de eso, de su pasado y de ella.

-Sabes- digo cambiando de tema -Mi segundo nombre es Devon- le digo mirándola de reojo.

-¿En serio?- dice aguantando una pequeña risa.

-Me lo puso mi padre porque le gustaba ese nombre, pero mi madre prefería Marc- le explico -Cuando ella se enfada siempre dice mi nombre completo, me da escalofríos cada vez que lo hace.

-Entonces- dice inclinado un poco la cabeza hacia un lado -Marc Devon- dice y eso me tensó.

Escuchar mi nombre salir de sus labios me volvió en cierto modo loco. Dios, quiero que lo vuelva a decir, creo que de verdad necesito a un doctor como dijo Kyle, desde ayer estoy enfermo o eso creo.

-Gracia por las barritas- dice mirando su casa a lo lejos -Como estoy de buen humor te daré una, así que siéntete importante porque yo nunca comparto- dice mirándome.

-Te echo una carrera, haber quién llega antes- suelto de repente.

Su sonrisa se borró de repente, hizo una mueca que me pareció linda.

-Odio correr, además ya he corrido hoy en clase- dice -Como mucho dentro de dos años volveré a correr otro poco, para entonces dímelo de nuevo.

-Venga, está cerca- la animo.

-No, gracias, corre tú si quieres.

-Y si te llevo a caballito- le sugiero.

-Bueno eso me lo puedo pensar.

-Entonces...- le digo esperando su respuesta.

-Quedaría muy feo negarme si alguien se ofrece- dice sonriendo.

-Sube- digo agachándome.

Ella se lo pensó un poco, pero al final accedió. Era ligera, no pesaba tanto o puede ser por mi fuerza de lobo, quién sabe. Corrí con ella subida a mi espalda, se agarraba a mi cuello y eso me gustaba. Al llegar, Tyler, el chico castaño, salió a recibirla. Cuando nos vió, su cara cambió a una de sorpresa y preocupación al ver que llevaba a Lana a cuestas. Se acercó a nosotros apresurado.

-¡Lana! ¿Está bien?- dice revisándola -¿Te has caído?¿Te han hecho algo?- preguntaba sin parar.

-Estoy bien Tyler- dice bajando de mi espalda -Solo me llevaba a caballito porque no quería correr.

-Ufff- dice el chico aliviado.

-Gracias por todo Marc, me divertí mucho- me dijo.

-Gracias a ti por venir- le digo yo.

-Lana, vamos- dice el chico para que entrase.

-Voy- dice ella.

Los dos entraron y yo me quedé allí fuera. Me molestó que ese chico le mandara entrar a Lana, ¿quién se creía? Esperaba que hubiese pasado algo más, pero parece ser que no fue así. Entonces antes de girarme para marcharme la puerta se abrió y apareció Lana. Esta se acercó y me dió un beso en la mejilla, eso hizo que algo dentro de mi se removiera.

-Si se lo dices a alguien, lo negaré todo- dijo para después volver adentro.

Yo me fui de allí sonriendo, nunca antes me había sentido tan feliz. De verdad tenía que estar enfermo, pero enfermo de ¿amor? No, no puede ser eso o tal vez sí, no estaba seguro.

. . . . . . . . . .

Y con esto se confirma, Marc siente algo por Lana, ¿no?

Pero hay un problema, ¿por qué Lana no puede estar con Marc?

Os espero en el próximo capítulo, besos.

La última brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora