¡¿Tienes una cita?!

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Hoy me levanté tarde, así que corrí a preparame y desayunar. Amy y Tyler me gritaban para que me montara en el coche. Una vez dentro, iba comiéndome unas tostadas que me había dado tiempo a hacer.

-Por favor no manches el coche- dice Tyler -O me tocará a mi limpiarlo como siempre.

-Sí, sí, sin problema- dije pero se me cayó una a la alfombra del coche, ups, bueno mientras no se entere no pasa nada.

Cuando aparcamos el coche, tiré la tostada que se me había caído y fui a clases. Me tocaba con Amy, así que seguramente nos echen.

-¿Nos saltamos la clase?- me dice ella sonriendo.

-¿Qué plan tienes?- le dijo echándole una mirada.

-Comedor, ya sabes, no has desayunado del todo, así que tendrás hambre- dice encogiéndose de hombros.

-Me has convencido, la comida siempre convence- le digo siguiéndola.

Después del buen desayuno, ahora sí estaba llena, me fui a clase. Me tocaba con Tyler en la siguiente y cuando llegué me senté con él. La clase fue aburrida y cuando tocó la siguiente hora solo quería huir y esconderme. Genial, tocaba educación física, ya sabéis, eso de correr, saltar y no sé que más. Odiaba al profesor Smith, siempre me hacía correr más que los demás, pero no era justo. Los demás eran lobos o por lo menos la mayoría de ellos, pero claro, él no lo sabía.

-Bien- dice el profesor -Quiero diez vueltas al campo.

-¡¿Qué?!- grito abriendo los ojos -¡¿No eran cinco?!

-Señorita Mitch he subido la cifra y no se queje o correrá tres más.

-Genial- murmuro enfadada.

A lo lejor vi a la chica esa, la rubia teñida de la que no recuerdo el nombre. ¿Cómo era? Bueno da igual. Empezamos a correr y después de las vueltas, yo solo conseguí dar seis y media, hicimos dos equipo. La rubia tenía su grupito y como dijo Amy parecía la jefa ahí. Luego el profesor nos puso a jugar voley.

-Allá va- dije antes de golpear la pelota y como la mala suerte que siempre tengo conmigo, le di en la cara a la rubia -Lo siento- me disculpo cuando veo la pelota rebotar.

-¡Tú, maldita! ¡Me has dado a propósito!- chilla la chica sobándose la cara.

-No era mi intención, ha sido sin querer- le contesto.

-Esta me la pagarás, ya lo creo que me la pagarás- dice para después irse con su séquito de amigas a la enfermería.

Genial, ahora las cosas van empeorando, pero no sabía que empeorarían más a la hora de comer en el comedor. Cuando llegó la hora y ya me había cambiado porque después de hacer deporte sudas y apestas. Y sí, había sudado, aunque no lo pareciera, porque para mi hacer deporte o correr es sudar y apestar como un perro mojado.

-Chicos- dije sentándome en la mesa -He muerto.

-Te ha matado otra vez el Señor Smith- dice Amy riendo -¿Cómo puedes ser tan lenta si el otro día huyendo corristes super rápido?- dice recordando lo de esa noche.

-Mira y ahí viene tu perseguidor número uno- dice Tyler mirando de reojo detrás de mi.

-¿En serio?- le digo mirando su cara, aunque esta se transformó a una extrañada y confusa.

-Hey- saluda alguien a mi espalda haciendo que un escalofrío me recorra.

-Hola Blackesley, ¿qué quieres?- dice Amy extrañada.

-Vengo por tu amiga, Lana- dice.

Lo primero que hago es mirar a mis amigos y ellos me lanzan miradas de qué es lo que quiere o qué es lo que he hecho. Yo les contesto con la mirada de que no he hecho nada y no sé qué es lo qué quiere.

-Quería decirle que pasaré por ella a las seis para salir- le dice a mi amiga -Así que prepárate- dice lo último dirigiéndose a mi.

-¿Prepararme para qué?- le digo girándome a él sin comprender.

-En serio te has olvidado o te estás haciendo la tonta- me dice un poco enfadado -Ya sabes, lo de ayer, las barritas, esta tarde, salir.

-Ehhh...- digo intentando recordar y todo me golpea en la cara -¡Ah! ¡Ayer!

-De verdad no lo recordabas- dice el chico incrédulo.

-Bueno, tenía muchas cosas que pensar y estoy muy ocupada, pero vale, a las seis nos vemos- digo volviéndome a girar para que se marche.

Después de largarse, hubo un rato de silencio en el que mis amigos me miraban para que les dijese algo, en cambio, yo comía tranquilamente, hasta que al final levanté la mirada en su dirección, empezaban a ponerme nerviosa o a taladrarme con la mirada, no sé, pero quería que pararan.

-¿Qué?- les digo para que hablen.

-¿Qué ha sido eso?- dice Amy confusa.

-¿A las seis? ¿Pasar por ti?- dice ahora Tyler.

-Ah, bueno, ayer me lo encontré en la tienda y no quedaban barritas, él tenía, así que me las dio a cambio de salir hoy con él- les digo haciendo un resumen rápido.

-¿A eso no se le llama tener una cita?- dice Amy procesando lo que había dicho.

-¡Tienes una cita con un lobo!- dice Tyler alarmado y abriendo los ojos -¡Y no un lobo corriente, con un Alpha!

-El Alpha- dice Amy -El Alpha que quería darte caza la otra noche- dice muy tranquila.

-¿Es una cita?- les pregunto solo centrándome en lo primero que han dicho.

-Tú nos dirás- dice Tyler serio.

-Oh, no, pero qué he hecho- digo dándome cuenta ahora de que me estoy metiendo en la boca del lobo, no miento cuando lo digo -¡Es una cita!- digo horrorizada.

Otro problemas más que añadir a la lista en el día de hoy. Qué se supone que voy a hacer esta tarde, he quedado con Marc, con un lobo, con lo que tendría que estar evitando. Si me descubre estaré muerta y soy muy joven para morir todavía. Qué alguien me ayude por favor, necesito enfermar o desaparecer o yo que sé, alguna escusa.

La última brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora