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Jai --------------------------------

Gina, mi supuesta madre, solo habla sin parar, yo la miro, no estoy prestando ningún tipo de atención a sus palabras. Porque realmente no me importan. Ya no me importa nada de lo que ella suelte por esa boca. Veo que se le escapan algunas lágrimas que intenta disimular, yo miro a otro lado evitando mirarla, odio cuando llora. Porque joder, si, a pesar de todo esta gilipollas es mi madre.

Pienso en como todo cambio, en como todo se fue a la mierda de un momento a otro, sin darnos a penas cuenta. En Barcelona éramos medianamente felices, nos llevábamos bien, siempre habían discusiones pero lo típico, nada con importancia, pero entonces mi madre se quedo sin trabajo y eso comenzó a notarse en casa. No faltaba comida, claro que no, mi padre tenía un buen sueldo.

Pero su actitud con nosotros comenzó cambiar, le molestaba ver a mi madre sentada en el sofá viendo la televisión, le molestaba verla reír a hablando con teléfono con alguna amiga, le molestaba que me mimara como solía hacerlo, le molestaba absolutamente todo de ella. Y entonces las discusiones se volvieron diarias, cada día eran peores, mi padre comenzó a faltar al trabajo por irse a beber, llegaba a altas horas de la noche por estas con sus “amigos“.

Mi madre lo sabía. Él le era infiel. Y yo no lo entendía, joder tenía 14 años y no entendía porque mi madre le aguantaba tanta mierda. Un año después, nos mudamos a Madrid, mi padre había perdido el trabajo y vino haber si encontraba algo, entonces fue cuando mi madre comenzó a hablar con mi tío, Martín, él le consiguió un trabajo. A ella, en una casa de familia, mientras mi padre seguía sin encontrar nada y eso sé que le frustraba. Martín le pudo haber conseguido algo, como ha hecho conmigo, pero lo odiaba.

Charlie, como se llama mi padre, empeoro con su actitud. También pareció odiarme a mi. Y las peleas en casa eran ya una rutina, así que me fui a la calles, allí pasaba el día, solo iba a casa a comer y no regresaba hasta en la noche, mi padre decía que sería un fracaso, yo lo miraba y me reía de él. Estudiaba cuando habían exámenes, solo para callarle la boca.

Le pedí a mi madre que nos fuéramos lejos de él, que le pidiera el divorcio, pero ella se negó. No lo entendí, ella no lo quería. Pero una noche llego mi explicación cuando lo encontré golpeándola. Allí comenzó todo la guerra.

- Jai, ¿me estas escuchando?- me pregunta acariciándome la cara, yo aparto su mano bruscamente

- No. ¿Es que no te das cuenta que no me importa lo que digas?

- Hijo, solo quiero saber porque lo has hecho. ¿Por qué te haces ese daño a ti mismo?

- ¿Acaso te importa? ¿o solo quieres quedar bien?

- ¿No te das cuenta? ¡Te quiero, hijo!

- ¡No mientas!- le grito- si me quisieras estarías a mi lado, me hubieras preferido a mi… sin embargo, sigues con él.

- Cariño, ¿Cuántas veces te tendré que pedir perdón por eso? Lo siento, yo… sé que hice mal pero…

- Pero nada- la corto sin mirarla- no te lo diré más, vete. Si lo que querías es ver como estoy, ya me ves, estoy bien. No ha sido tan fuerte. Ahora lárgate.

- Por favor prométeme que no lo harás más- me suplica, yo la miro con indiferencia durante unos segundos, me gustaría decirle que si, que haré lo que me pida si decide irse conmigo y dejar a Charlie. Pero me callo.

- Haré lo que me de la gana, soy mayor de edad. No quieres hacer el papel de madre que tenías que haber hecho antes.

Me mira realmente dolida y con lágrimas en los ojos sale de la habitación. Yo me recuesto en la cama, suspiro profundamente. Mi vida es cada vez peor.

Y así..El tiburón se enamoró del pececito (Jai Brooks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora