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Jai ------------------------------------

Después de salir de la floristería, por segunda vez y avergonzado, me voy junto a Daniel a buscar mi moto, que la deje guardada pensando que ya no la usaría más, pero las ganas que le tenía a ese coche no se comparan con las que tengo de estar con __.

- Martín quiere verte- me dice serio Daniel

- Me imagino, hace mucho que no me da ningún encargo- digo encendiendo la moto- Oh mi nena, te he extrañado- le digo a la moto, Daniel me mira con una ceja enarcada y rompe a reír

- Tío y después te metes conmigo por consentir a mi Lucy

- Es que eres patético, hasta el nombre “Lucy”- él me pega en el hombro y yo río.

Salimos los dos en mi moto de camino a la guarida/casa de Martín, en menos de media hora llegamos y nos dejan pasar sus dos gorilas al reconocernos. Daniel se sienta en el sofá mientras yo sigo hasta entrar en su despacho, toco dos veces y escucho un adelante por su parte.

- Hola tío- le saludo pasando a su despacho

- Haz lo que te digo, ¿de acuerdo?- le ordena con voz profunda a un chico que no había visto antes, mi tío espera a que se marche antes de hablarme- ¿Cómo estas? Me he enterado de la tontería que hiciste- dice negando con la cabeza y su corta melena risada se mueve muy poco pues tiene el pelo demasiado engominado

- Estoy bien, no fue nada- digo encogiéndome de hombros quitándole importancia

- Bien… porque te tengo un trabajito- dice encendiendo un cigarrillo, me ofrece uno y yo niego, él me mira sorprendido pues nunca me niego

- Tengo que darme un respiro después de lo que me paso- digo con una mueca

- Me parece bien, maduro de tu parte- yo no hago ningún comentario, solo espero a que me diga que quiere que haga- necesito que lleves un paquete a las fueras de Madrid, a Pozuelo, a la salida de la Renfe te estará esperando una chica, no mucho más mayor que tu, es enviada de mi comprador, de tez morena, llevará un libro, Cien años de soledad se titula, en cuanto la veas dirígete con ella a un lugar más apartado y allí has el cambio.

- ¿Cambio? ¿Qué me tiene que entregar ella?- pregunto algo confuso, pues normalmente yo entrego la mercancía y me marcho, no tengo que volver con nada

- No es de tu incumbencia, Jai

- Si lo voy a traer tendré que saber de que se trata ¿no crees? Puede que… me intente engañar

- Tranquilo, no se le ocurriría engañarme… conozco todos sus movimientos

- Esta bien- digo a regañadientes

- Jai… no me pidas que confíe en ti más de lo que mereces… te lo ofrecí hace poco y tu rechazaste mi oferta- me dice tranquilamente

- Lo se. Y no me arrepiento. No quiero involucrarme demasiado en estos negocios… lo sabes, tío

- Si y te entiendo. Eres joven, puedes tener otra cosa en tu futuro, una vida mejor… hijos, mujer- dice esto ultimo con cierta melancolía y recuerdo que hoy se cumplen cinco años de la muerte de su familia

- Me alegro que lo entiendas- me levanto de la silla y me dirijo a la puerta- y siento que no puedas tenerlas contigo- susurro antes de salir

Encuentro a Daniel donde lo deje, solo que esta coqueteando con una de las subalternas de mi tío, yo solo niego con la cabeza con una sonrisa y sigo mi camino a otro lugar de la casa, con el encargado de darme el bolso que contiene la mercancía y un móvil con una localizador, por si las cosas no salen como pensamos y me meto en algún lío ellos acudir en mi ayuda.

Y así..El tiburón se enamoró del pececito (Jai Brooks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora