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En cuanto entro a casa me tiro en la cama, estoy cansada y estoy segura que hoy si dormiré bien. Nos quedamos todo el día en el hospital con mi padre, solo separándonos de él para ir a comer, y él parecía muy feliz a pesar de saber que tendrá que pasar más tiempo en el hospital, el tener que esperar será largo, pero estoy segura(al menos, lo espero) que merecerá la pena.

Mientras me ducho, analizo todo lo que ha pasado en los últimos días, tan deprisa, tan sorprendente: Me vuelvo loca por Jai y él por mi, que es aún mejor. Ahora soy su novia. Mi padre sufre un accidente que lo deja en coma unos días y que le produce un derrame cerebral, pero que, gracias a Dios, ha despertado . Y hay muchas probabilidades de que se recuperará. Y por último mis amigas se enfadan conmigo, lo malo es que me he dado cuenta a última hora que quiero estar bien con ellas aunque sea tan orgullosa y tenga que dar el primer paso yo, pero no quiero perderlas. Pero ellas ya están en el pueblo de Agustina, y hasta dentro de una semana, no volverán.

Toda mi vida, ha dado un gran cambio en poco tiempo, pase de tener una vida normal, casi horrible, por no decir que lo era, a todo esto, aunque todo no sea bueno, yo solo espero que mi padre se recupere y arreglar las cosas con las chicas. Y seguir igual de bien con Jai, a pesar de que este Matias rondando. Unos minutos después, el sueño comienza a vencerme. Que dulces sueños tendré.

Me despierto como a las doce del mediodía. Lo primero que hago es mirar el móvil, tengo un mensaje nuevo. Es Jai: "Buenos días, mi pececito". No puedo evitar poner una sonrisa de boba enamorada al leerlo. Definitivamente esto es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.

Le respondo un “ Buenos días, mi tiburón”. No dudo ni un segundo en enviarlo, sonrío y lo imagino a él riendo al leerlo y espero unos cinco minutos para ver si me responde, pero al ver que no lo hace, decido levantarme de la cama ya y no darle importancia. Me ducho y me suelto el pelo rizado, como una tigresa, me miro al espejo y pienso que no esta tan mal. Preparo algo rápido para mi madre y para mi, que tiene que estar hambrienta.

Me paso todo el día en el hospital con mi padre, mi madre solo se ha ido un momento para ducharse y cambiarse de ropa, de paso trajo algo de comer, pues ninguna quería irse, mi padre ha estado la mayor parte del tiempo despierto, e intentando hablarnos, pero al notar que tiene que hacer mucho esfuerzo, desiste. Pero eso no ha impedido que yo me pase todo el día hablándole, contándole las cosas que él no recuerda, que gracias a Dios son de poca importancia, y le hago reír(aunque parece dolerle) cosa que me llena por dentro. Le hable de cómo voy en el instituto, y como ha la vuelta tendré un montón de exámenes, pues sería la “recta final” pero que ahora tengo un respiro, pues estamos en Semana Santa.

  Matias me ha llamado varias veces, pero me negué a cogerle el móvil, mi padre lo ha notado y creo entender que me preguntó que pasa, para no preocuparle solo le dije que son los de Movistar con sus ofertas. Volví a recibir un mensaje de Jai, preguntándome que haría ese día, le dije que estaría todo el día con mi padre que ya ha despertado y me respondió al instante, al parecer alegre de que por fin, las cosas fuesen mejor para mí y mi familia y un “te dije que todo tiene recompensa y mejoraría. Ya tengo ganas de conocer a mi suegro ” reí ante eso y mis padre me han mirado con curiosidad:

- Seguro esta enviándose mensajitos con su nuevo novio- dice mi madre pícara, yo me sonrojo y la fulmino con la mirada- ¿Qué?

- ¿Mi… pequeña?- logra articular mi padre con sorpresa, yo me sonrojé aún más

- No es nada, no le hagas caso.

- Espero…. Conocerlo- dice haciendo largas pausas entre las palabras

- Papa, no llevo ni una semana con él, ¿y esperas que te lo presente?

- Si.- dice con una sonrisa

Y así..El tiburón se enamoró del pececito (Jai Brooks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora